Aquí, entre amigos, no conozco otro modo de comenzar esta nota: mientras ciertos medios “clásicos” muestran un dedicado desinterés en entrar en el experimento con los modelos de gestión de la prensa y hasta algunos ya incluidos avanzan con inefable paciencia, líderes de un grupo de reconocidas publicaciones culturales recibieron al presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) para darle, en directo, su noticia: “Nosotros queremos sumarnos”.
La frase, típica de él, es del presidente del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), Alexis Triana, un entusiasta de toda la vida que, para no perder la costumbre, conduce también el empeño de inclusión de estas redacciones en el cambio de funcionamiento de entidades comunicacionales promovido por la UPEC. Con olfato periodístico, algo —que aún escapa a otros— vieron en el experimento.
Así que Ricardo Ronquillo, el presidente de la UPEC, fue hasta la Casa del ALBA Cultural, que sería sede del centro multimedial que ellos proponen, y dialogó con Alexis y otros directivos y creadores, como el destacado intelectual Enrique Ubieta, director de la revista Revolución y Cultura, uno de los colectivos que se incluirían, junto con La Jiribilla y el canal Streaming Cuba, en el proyecto.
Esa es la primera cara de la noticia; la otra, que la complementa, es la respuesta de Ronquillo, quien les llamó a preparar una caracterización del proyecto —diseño editorial, salto de las plataformas, modelos de negocios e ingresos y estructura profesional que sustentaría todo— para incluir en el mes de junio, en la propuesta de medios a sumarse al experimento, la de esta multiplataforma que ilustraría sobremanera el perfeccionamiento tanto de las instituciones de la cultura como del periodismo que emana de ellas.
Triana condensa en una idea lo que ya vienen haciendo esos colectivos con sus productos comunicativos: “trasvasar los medios”, pero lo curioso es que ese es el mismo concepto que Ronquillo ha defendido, una y mil veces, en delegaciones de bases remotas geográficamente a las que ha sugerido sumar fuerzas en telemisoras locales y otras entidades de multimedialidad que aprovechen lo poco que tenemos en recursos materiales… y en profesionales formados.
“Siempre les proponemos —comentó Ronquillo— crear canales digitales con salidas analógicas. Hay que dejar de pensar en medios aislados, a veces separados, literalmente, por una pared”.
Los gestores del nuevo centro multimedial que, de ser aprobado, radicaría en el estratégico emplazamiento de la Casa del ALBA Cultural, perfilan el perfeccionamiento de la infraestructura de recursos humanos para asegurar el soporte de cuatro centros de costo bajo un paraguas general que, sin embargo, no les desteñiría sus perfiles particulares.
A estas alturas del experimento, Cubaperiodistas casi no tiene que decir que los ingresos adicionales al presupuesto estatal que sean capaces de conseguir serían acopiados netamente por ellos y enaltecerían una estimulación sin “techo” —¡cuánto anhela el periodista un premio económico mensual a cielo abierto!— a quienes hagan mejores aportes.
Los conocimientos, la sensibilidad, la técnica y los fuertes lazos con figuras y públicos de la cultura representan una garantía al éxito del multimedio en camino, que involucraría a 112 trabajadores.
Triana apuntaba al respecto que la misma junta de producción que ya asegura video clips, documentales y otros contenidos para las instituciones de la cultura podría también hacerlo en función de nuevos clientes. «No se trataría de perder los perfiles del sitio, sino de potenciar el valor del sitio. Lo que buscamos es que se miren las caras todos los que ahora están desarticulados», afirmó.
Además de palpar la gestación de un muy probable proyecto estrella del experimento de nuevos modelos de gestión editorial, económica, tecnológica y de formación profesional, la charla dejó otra buena noticia: el mayor acercamiento entre estos colectivos, que incluyen periodistas, y la UPEC, que está llena de referencias, pilares e inclinaciones culturales.
Al final, en plena despedida, Ricardo Ronquillo adjudicaba a este multimedio en camino un potencial que pocos pueden superar: ofrecer contenidos muy entretenidos como antesala de la comunicación de alto valor que tanto precisamos.