Este 11 de abril se cumplieron cinco años de la reclusión del periodista australiano Julian Assange en Belmarsh, una prisión de alta seguridad de Reino Unido. Mientras él lucha contra la solicitud de extradición de las autoridades de Estados Unidos, la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, declaró:
“Julian Assange se atrevió a sacar a la luz revelaciones de presuntos crímenes de guerra cometidos por Estados Unidos. Es inaceptable que se le hayan robado años de vida. Continúa recluido arbitrariamente en Reino Unido por cargos que obedecen a motivos políticos, presentados por Estados Unidos por revelar sus presuntos actos indebidos. Las autoridades de Estados Unidos no han llevado a cabo una investigación completa y transparente sobre sus presuntos crímenes de guerra. En cambio, han optado por actuar contra Assange por publicar información que se le había filtrado, aunque era de interés público. El enjuiciamiento en curso de Assange constituye una burla de las obligaciones de Estados Unidos en virtud del derecho internacional y de su compromiso declarado con la libertad de expresión”.
“En caso de ser extraditado a Estados Unidos -consideró Callamard- Assange correrá el riesgo se sufrir graves abusos, entre ellos el de ser recluido en régimen de aislamiento prolongado, práctica que violaría la prohibición de la tortura y otros malos tratos. Las dudosas garantías diplomáticas ofrecidas por Estados Unidos en cuanto al trato que recibirá, no valen más que el papel en el que están escritas, entre otras razones porque no son jurídicamente vinculantes y están plagadas de lagunas jurídicas.”
Para la funcionaria, se pretende actuar contra Assange por actividades que son fundamentales para todas las personas que ejercen el periodismo y la edición, que con frecuencia reciben información gubernamental confidencial de fuentes externas.
“Wikileaks -dijo- publicó información sobre muertes de civiles y presuntos crímenes de guerra. La ciudadanía tiene derecho a saber si su gobierno infringe el derecho internacional. Las autoridades de Estados Unidos están preparando el terreno para sentar un precedente nefasto para la libertad de los medios de comunicación en el mundo si Assange es extraditado. Estados Unidos debe retirar todos los cargos contra Assange, lo que permitirá su liberación sin demora de la custodia estatal de Reino Unido”.
Julian Assange puede ser procesado en Estados Unidos en virtud de la Ley de Espionaje de 1917, una ley de tiempos de guerra que nunca tuvo la finalidad de penalizar el trabajo legítimo de editores y periodistas. Julian Assange podría ser condenado a cumplir hasta 175 años de prisión. Por el cargo de uso indebido de la informática, podrían condenarlo a un máximo de 5 años.
El 26 de marzo, el Tribunal Superior de Reino Unido aplazó su decisión para dar a Estados Unidos la oportunidad de presentar nuevas garantías diplomáticas. El tribunal de Reino Unido reconsiderará el permiso de Julian Assange para apelar contra su extradición a Estados Unidos el 20 de mayo de 2024.
Con información de Amnistía Internacional