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Retrato de Ernesto Ver(d)a(d)

En la presentación de su propio audiovisual sobre el gran colega, la periodista Patricia María Guerra Soriano contaba ante reconocidos colegas y jóvenes estudiantes de la carrera y del colegio universitario que el material es parte del mapa de afectos que nos cartografió Ernesto Vera como una ruta para sus «biógrafos» y exploradores esenciales: hijos, amigos, gente del gremio…

Así comenzó la andadura por la trayectoria del recordado presidente nacional de la UPEC (entre 1966 y 1986) y Premio José Martí por la Obra de la Vida 1999 que en el próximo mes de julio cumpliría —«cumplirá», sostienen unos cuantos que le recuerdan— 95 años y que honra, junto a los 132 marzos del periódico Patria y al aniversario 170 del natalicio de Juan Gualberto Gómez, la actual jornada de la prensa cubana.

Ante un auditorio raigalmente familiar, presidido por sus hijos Martha y Ernesto —este último, periodista—, colegas y amigos compartieron desde la pantalla trazos del rostro íntimo y público del hombre que, como el Apóstol, hizo de la patria y el periodismo un solo sustantivo.

Martha y Ernesto Vera, junto a Ricardo Ronquillo Bello, en el homenaje de esta mañana

«Decente, preocupado, cabal, fidelísimo a Fidel, danzonero, callado, serio…» fueron algunos de los brochazos cordiales recogidos en el audiovisual, que tenía todavía definiciones de mayor calado de alma.

Ángela Oramas evocó el ambiente agradable que el homenajeado construyó en la UPEC, durante su larga etapa como líder del gremio, y Elson Concepción recordó al hombre iluminado de razón… que jamás impuso algo.

El presidente de Honor de la UPEC, Tubal Páez, insistió en una idea que le escuchamos a cada rato: el «código Vera», compuesto por una suerte de encadenamiento proafectivo entre periodismo, ética, verdad, compromiso y ejemplo. Y en una de sus frases más cuerdas, el querido «Loquillo» de la televisión confesó a Patricia que, a su juicio, Vera es, «entre los mejores, el mejor».

Después, bueno… después hubo un apagón que pospuso para otro día el regusto de ver completo el audiovisual, pero entonces un trío de ponentes —con los ya mencionados Tubal y Elson, junto al colega Gustavo Robreño— abrió para los muchachos, la presidencia profesional de la UPEC en pleno y los invitados una charla más directa.

Robreño resaltó la incansable defensa que sostuvo Vera de un nuevo orden internacional de la información y las comunicaciones, lucha suya que parece emprendida para ahora mismo.

En un discurso ejemplar por la pertinencia para con el público que tenía en frente, Tubal recordó a los jóvenes que la lucha de ese hombre que no conocieron era, sin embargo, la misma de ellos y los llamó a «deshojar margaritas», como él hiciera, para emprenderla. «Interésense por hombres semejantes; lean a Juius Fucik, el colega que escribía cada día su reportaje aunque sabía su destino mortal; busquen a Pablo de la Torriente, el periodista que dejó sus huesos en España y aún así nos da lecciones», les dijo.

Como a reales hijos —¿qué otra cosa son los estudiantes de nuestra carrera?—, Tubal les recordó que no hay periodismo sin pasión, que existimos en la palabra y que la vocación que nos marca no se verifica en el acto de leer sino en la imposibilidad de vivir sin hacerlo.

A seguidas, encajó muy bien la certeza de Elson de que Vera estaría muy contento ante jóvenes amantes de la carrera porque «él creía en ellos; en hechos, más que en palabras». Tras elogiar la feliz comunión entre «parte del presente y parte del futuro» del gremio, Elson refirió el enorme respaldo del homenajeado a sus colegas latinoamericanos y, yendo más allá, afirmó que en la Organización Internacional de Periodistas (OIP) su sola mención inspiraba respeto.

Distinguiendo magistralmente lo hondo de lo aparencial, Elson recordó que sí, que Vera hablaba bajo y era callado, pero agregó que su protagonismo estaba siempre asegurado por su ética y sabiduría.

En el encuentro, los jóvenes recibieron los libros de Ernesto Vera El periodismo y la lucha ideológica —en coautoría con Elio Constantín— y Acciones legítimas del periodismo digno, obras que refrendan todo lo hecho por él y lo dicho por sus compañeros.

Los jóvenes recibieron los libros de Ernesto Vera: “El periodismo y la lucha ideológica” y “Acciones legítimas del periodismo digno”.

Otros colegas hablaron, incluido el presidente nacional de la UPEC, Ricardo Ronquillo, que entregó a Ernesto (hijo) y Martha Vera la Moneda Aniversario 60 de la UPEC, como un reconocimiento a la familia de este maestro, pero al final la urgencia —¡esa perenne condicionante periodística!— de una clase de los jóvenes acortó un tanto la charla.

Pese a ello y pese al «vaso medio vacío» de la visión incompleta del audiovisual de Patricia, los muchachos se veían satisfechos. No era para menos: habían vencido, junto a probables colegas y profesores, las penumbras de un apagón con la intensa luz de verdades que emana de Ernesto Vera.

 

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Enrique Milanés León
Forma partede la redacción de Cubaperiodistas. Recibió el Premio Patria en reconocimiento a sus virtudes y prestigio profesional otorgado por la Sociedad Cultural José Martí. También ha obtenido el Premio Juan Gualberto Gómez, de la UPEC, por la obra del año.

2 thoughts on “Retrato de Ernesto Ver(d)a(d)

  1. Tuve la suerte de conocerlo en el mismo año: 1966 en que asumió la presidencia de la Upec y yo empezaba como periodista, primero, de redactor de mesa y luego de reportero del periódico Adelante, donde me mantengo activo con 78 años sobre mis hombros.
    Con determinada frecuencia venía a Camagüey e intercambiaba con los colegas con una naturalidad, modestia, y sencillez como defensor a ultranza de la ética de los periodistas y de incondicionalidad a la Revolución y a Fidel.
    No hace mucho encontré entre mis papeles y documentos una foto de Vera hablando cuando el primer festival del humor, patrocinado por la Upec se celebró en Camagüey con la imagen de otros grandes: de la Nuez (El Loquito), Blanquito. Fue inolvidable aquella jornada. No sé si en los archivos de la Upec nacional queda constancia de ese momento.
    Gracias a Vera –y del resto del ejecutivo de entonces- tuve la suerte de representar a la Upec en un encuentro internacional sobre el desarrollo industrial de Bulgaria, celebrado en mayo de 1977, auspiciado por la OIP (Organización Internacional de Periodistas), además, de cumplimentar un intercambio con la Unión de Periodistas Soviéticos ese propio año.

  2. Qué dominio tiene Milanés para en pocos párrafos ofrecernos con extrardinaria belleza y profesión lo acontecido en este homenaje al gran Ernesto Vera “entre los mejores, el mejor” según el querido Loquillo, con lo cual concuerdo plenamente.

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