Es rara, más que curiosa, la exposición que se gesta con un nombre y, en plenas palabras de apertura, pierde parte de él para ganar en alcance y resonancias bajo otra oración. Tal metamorfosis pudo apreciarse este viernes, como cuando en el cielo se alumbra una estrella, en la galería de la UPEC, con una muestra humorística de DDT que se llama(ba) «Tinta cubana por Palestina» y ahora convoca bajo la frase «Tinta por Palestina».
Sin tener tiempo para sentarse a apreciar el brillo del Premio Nacional Juan Gualberto Gómez por su obra de 2023 en periodismo gráfico, anunciado apenas un rato antes, Adán Iglesias, el director de DDT, explicó al público que desde ahora la convocatoria abrazará a artistas de cualquier país que deseen sumar trazos por la justicia a estas 27 piezas que exigen el fin del genocidio en Gaza.
Convencida de que la idea vence a la bala, el mismo día que el régimen de Netanyahu elevó a 135 la cifra de periodistas asesinados, la organización del gremio en Cuba ripostó con este espacio en que DDT ha querido trocar su antesala de 55 años el 25 de febrero en recámara de solidaridad con colegas y pueblos hermanos.
Ante el embajador palestino en Cuba, Akram Mohammad Samhan, el miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Rogelio Polanco, y amigos de otras naciones, el presidente de la UPEC, Ricardo Ronquillo, entregó a DDT la Medalla «Aniversario 60 de la UPEC».
El líder del gremio afirmó que la velada expresa los valores profesionales y políticos tanto como las concepciones éticas de los periodistas cubanos. «Que DDT dedique su aniversario a hacer esta denuncia revela las motivaciones e ideales que nos guían», señaló antes de recordar la estampa de vanguardia de la publicación.
En la apertura de la muestra intervino también el colega palestino Bassel Salem, de la revista Al Haddaf, quien subrayó que, pese al dolor, acciones de este tipo significan mensajes de aliento y esperanza cuando más de 38 000 compatriotas suyos han perdido la vida en los 140 días de este nuevo capítulo de agresión.
El periodista palestino reafirmó la voluntad colectiva de no abandonar a la Franja de Gaza, de sentirla cerca donde quiera que se esté, como un mensaje para el enemigo y para quienes lo apoyan, pero también para los amigos. A seguidas, mostró una foto de Benjamín Netanyahu con un mapa profanado, en la ONU, y exclamó: «¡Si hay un nuevo Medio Oriente, lo escribimos los palestinos con nuestra sangre!».
El embajador palestino agradeció la solidaridad recibida a lo largo de toda Cuba y llamó los amigos a presionar al régimen de Israel y a su tutor estadounidense para que cese un fuego que está matando a los niños de Gaza.
Camino a mutar, de oruga a paloma (de la paz) por la sufrida nación, «Tinta cubana por Palestina» honrará la galería de la UPEC en lo que sus organizadores acopien la «tinta» que apoye bajo otros gentilicios.
Mientras ocurre el milagro de esta transformación, la muestra con obras de Ares, Martirena, Adán, Del Toro, José Luis, Lacoste, LAZ, Lema, Moro, Mongo, Pedro y Osval aportará un rostro gráfico a la jornada por el Dia Nacional de la Prensa, que se iniciará muy pronto.
Cada vez que al menos una de estas obras ayude a evitar la estampa que recrea un cuadro de Moro -el padre lleva en brazos, amortajado, el cadáver de su niño que se va de la vida con un ramo de olivo sobre el paño-, tendremos que celebrar que corran y se crezcan en Cuba, por Palestina, todos los ríos de tinta del mundo.