COLUMNISTAS

Para que la literatura cubana crezca

Cada edición de la Feria del Libro deviene motivo para hablar del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso y su labor en la búsqueda y preparación de jóvenes escritores.

Para ello acudimos a la información atesorada sobre la actividad de esa entidad cultural recogida por los medios de comunicación a lo largo de su cuarto de siglo de vida.

El nombre de la institución no deja lugar a dudas, se trata del Cuentero mayor, destacado periodista y narrador, cultor de la identidad nacional a todo lo largo de su vida y obra.

En la memoria de sus primeros alumnos está presente aquel encuentro fundacional del 24 de octubre de 1998, cuya clase inicial la ofreció Eduardo Heras León para hablar de la literatura a través de la evolución de la técnica, una travesía por el interés del hombre comunicar sus vivencias e historias.

A partir de ahí, de la idea y manos del Chino Heras, su compañera Ivonne Galeano y Francisco López Sacha, la institución ha dotado de conocimientos teóricos, técnicos y prácticos a quienes tienen como meta conquistar el mundo tenaz y maravilloso de la letra ficcionada.

De esa iniciativa tuvo noticias Fidel, quien propuso brindar un curso de técnicas narrativas por televisión que, además, inició la programación de Universidad para Todos, el 2 de octubre de 2000, en el contexto de la Batalla de Ideas.

La acogida que tuvo el curso por la pantalla chica y el éxito de los primeros egresados del centro, marcaron la ruptura con prejuicios sobre el valor de sentar las bases narratológicas en quienes desde la subjetividad, talento mediante, buscan contar el mundo.

Un hito en esta acción pedagógica devino la publicación de Los desafíos de la ficción, en 2001, libro de más de mil páginas compilado por Eduardo Heras León y con textos traducidos por Ivonne Galeano, impreso en colaboración con la Casa Editora Abril.

Considerado por escritores y especialistas como una verdadera joya en la materia, en esa recopilación sobre técnicas narrativas se abordan temas de redacción, el autor y el narrador, los puntos de vista espacial, temporal y del nivel de realidad, los personajes, el argumento, entre otros, complementada con materiales acerca de poéticas y experiencias de narradores como Edgar Allan Poe, Antón Chéjov, Guy de Maupassant, Augusto Monterroso y Jorge Luis Borges.

Frente al aula brindando sus saberes, figuras de las letras cubanas como como Ambrosio Fornet, Graciela Pogolotti, Enrique Pérez Díaz, Arturo Arango, Senel Paz. Allí estuvo también el Premio Nobel de Literatura José Saramago, Eduardo Galeano y Juan Madrid, entre otras personalidades de la narrativa latinoamericana y mundial.

El 24 de noviembre de 2000, por resolución del Ministerio de Cultura, lo que se inició como taller literario auspiciado por la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), devino Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso bajo el imperativo de Mucho que contar que le sirve de brújula y meta inagotable desde entonces.

La mejor evidencia

La mejor evidencia del valor pedagógico y trascendencia cultural del Centro Onelio está en los más de mil egresados de sus cursos, en quienes han ganado concursos literarios nacionales e internacionales, y los que en cada feria presentan sus libros.

Seleccionados previamente a partir de una prueba de aptitud, sus alumnos tienen entre dieciséis y treinta y cinco años, provienen de diversos campos profesionales y de disímiles lugares del país.

La actividad principal es el curso anual de técnicas narrativas; asimismo, la institución otorga el premio de minicuentos El Dinosaurio, en homenaje al escritor guatemalteco Augusto Monterroso; tiene la editorial Cajachina y la revista El Cuentero; y concede las becas de creación El caballo de Coral a jóvenes que presenten proyectos singulares de libros.

Vale destacar igualmente el soplo de vitalidad creativa brindado al periodismo literario cubano, tanto por los talleres de técnicas narrativas del centro, como los brindados en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí por Heras León y López Sacha.

Pasión por contar y enseñar

Pasión, tenacidad y talento para contar y enseñar le prodigó Eduardo Heras León al Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso: «En nuestros cursos no sólo se forman mejores narradores, sino también mejores seres humanos, que sin dudas contribuirán al crecimiento espiritual de la nación».

Murió a los ochenta y dos años, el trece de abril del pasado año y había recibido el Premio Nacional de Literatura en el dos mil catorce.

Él es uno de los más destacados narradores cubanos posteriores al triunfo de la Revolución, valorado como un hombre de principios, sencillez y amor a Cuba. Su obra más reconocida es Los pasos sobre la hierba, mención única en el concurso Casa de las Américas de mil novecientos setenta; el escritor Ambrosio Fornet la describió como un pequeño clásico de la cuentística revolucionaria por la minuciosa pasión con que captó el torbellino de una época.

La actual fiesta del libro está dedicada a otro de los pilares constitutivo del Centro Onelio, el narrador, ensayista y maestro Francisco López Sacha. Con este reconocimiento también se rinde homenaje a la institución donde germina todos los días la simiente de la nueva narrativa cubana.

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Roger Ricardo Luis
DrC. Roger Ricardo Luis. Profesor Titular de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. Jefe de la Disciplina de Periodismo Impreso y Agencias. Dos veces Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí.

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