La actriz cubana Eslinda Núñez, con una exitosa carrera cinematográfica y teatral, celebró este 27 de diciembre su cumpleaños 80, destacó la agencia cubana Prensa Latina (PL).
Núñez, también con una vasta trayectoria en la Televisión, inició su camino en el arte en la Academia de Teatro Estudio, desarrollándose con importantes obras como La casa de Bernarda Alba, Los días de la guerra y Santa Camila de La Habana Vieja, hasta su debut en el Teatro Musical de La Habana en 1962.
En ese entonces la compañía era dirigida por el mexicano Alfonso Arau, quien 30 años después se anotó uno de los mayores éxitos de taquilla del cine latinoamericano con «Como agua para chocolate».
De su entrada al cine se encargó otro extranjero, el francés Armand Gatti, quien le ofreció un papel en la surrealista El otro Cristóbal (1963), el primer filme rodado en Cuba que compitió en el Festival de Cannes.
Pese a eso, cuando se habla sobre Eslinda casi todo el mundo la recuerda, conciente o inconcientemente, con el segundo cuento de Lucía (1968) de Humberto Solás.
En la década de los años 60 del pasado siglo interpretó otros dos papeles imprescindibles para la filmografía cubana, que conforman, junto con Lucía, la tríada de oro del cine de la isla: Memorias del subdesarrollo, y La primera carga al machete.
Para ella -destacó PL- ha sido un privilegio estar en esos repartos con papeles destacados, según sus propias palabras; en las tres mejores películas de aquella época, tres clásicos que confirmaron con el tiempo su altura estética, dirigidos por Humberto Solás, Tomás Gutiérrez Alea y Manuel Octavio Gómez, apuntó en una nota de prensa el crítico de cine Joel del Río.
En los años 70 estuvo nuevamente bajo la dirección de Solás con Un día de noviembre, y según el mencionado crítico, «arriesgándose a renunciar por completo a todo lo que pudiera esperarse de su imagen histriónica en Cecilia, en la cual conformó a una Isabel pragmática y cínica».
Del Río añadió en su nota de prensa que prevaleció en ella ese deseo de romper con lo anterior y se presentó a interpretar películas muy diversas en los años 80, como el melodrama de época Amada, de nuevo con Solás; filmes de vanguardia como Son… o no son, con Julio García Espinosa.
También comedias en el estilo de No hay sábado sin sol, con su esposo, el realizador Manuel Herrera.
Entre todos estos papeles tan distintos, vale destacar la segunda consagración de la actriz a través del filme Amada, tradicionalmente subestimado por críticos e historiadores del cine cubano.
Por su interpretación de esa mujer reprimida, Eslinda obtuvo el premio de actuación en el Festival Cinematográfico Internacional de Huelva, España, y otorgado también el mismo lauro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Ya consagrada en el séptimo arte de la isla, trabajó en la pequeña pantalla en telenovelas, como Pasión y prejuicio, Doble juego y Cuando el agua regresa a la tierra.
En el cine contemporáneo acompaña a menudo los cortos o largos de algunos nuevos realizadores, como Alejandro Gil en La pared, Juan Carlos Cremata con Viva Cuba o Alejandro Brugués mediante la exitosa Juan de los Muertos, producida por su hijo Inti Herrera.
Por su habilidad para protagonizar papeles secundarios o protagónicos, por incursionar de forma meritoria en algunos de los momentos más relevantes del audiovisual cubano de los últimos 50 años, Eslinda Núñez fue laureada con el Premio Nacional de Cine en 2011, lo cual corona una carrera notable.
Foto de portada: Radio Habana Cuba