La comisión La UPEC del siglo XXI, moderada por Jorge Legañoa Alonso, vicepresidente del Instituto de Información y Comunicación Social, contó con los ponentes Adalys Ray Haynes y Víctor Hugo Leyva Sojo, presidentes de la organización en las provincias de Las Tunas y Santiago de Cuba, respectivamente. Ricardo Ronquillo Bello participó en el debate junto a más de setenta colegas de todo el país y Odalis Acosta, líder del gremio en Artemisa, hizo la relatoría.
Tras escuchar el documento preparado por los ponentes, la discusión fue iniciada por Freddy Moros, del grupo asesor de la UPEC, quien apunto el reto de la OPEC para los próximos años, cuando deberá ajustar su labor a las condiciones del país, con un paisaje económico que rebasa o lo estatal. Señaló el cariz económico que debe ajustar la organización para captar ingresos que respalden su gestión.
La UPEC, dijo Moros, debe representar al Estado, al pueblo y nuevos intereses, por lo cual llamó a tener en su membresía a personas vinculadas a nuevos modelos de gestión económica, y eso exige nueva mentalidad. «Creo que la UPEC tiene que proceder a cambios internos que la ajusten a nuevas situaciones que enfrenta el país. Nunca dejará de defender la Revolución, y eso es muy importante».
Moro, no obstante, llamó a ser prudentes con los cambios, dada la delicadeza de la situación política de Cuba, asediada por Estados Unidos. Debemos defender la Revolución desde nuevas formas, dijo.
Emilio Rodríguez Pupo, de Radio Mayarí refirió el rol de la delegación de base en el municipio, desde donde se solidifica el prestigio de la organización. Desde allí se estructura la formación vocacional. Holguín ha aprovechado la herramienta del aula virtual para irradiar conocimiento; en lo cual, dijo, hay reservas aún, como mayor convocatoria.
Además, llamó a incentivar los proyectos para mejores ingresos económicos, lo cual puede estimular a los jóvenes y reducir el éxodo y la compleja situación de las plantillas. Los bajos incentivos, acotó, no estimulan tampoco la integración a la UPEC.
La colega Inés Castro, de Audiovisuales Niquero, afirmó que la UPEC del siglo XXI tiene una responsabilidad en la formación vocacional de las nuevas generaciones, lo cual exige que preparemos nuevos proyectos y programas, con la carrera y con el propio funcionamiento de la UPEC, que debe incluir la recuperación del Movimiento de periodistas docentes Elio Constantín.
La UPEC tiene que mirar, además de lo económico, a esos jóvenes que pudieran formarse como periodistas. Desde cada pedacito de Cuba, los afiliados podemos apoyar ese objetivo con acciones concretas.
Legañoa apuntó que, ciertamente, puede mejorar la coordinación con los centros universitarios.
En tanto, el colega Ricardo Rodríguez dijo que el periodismo del siglo XXI lo van a hacer fundamentalmente estudiantes que ahora estudian en la Facultad de Comunicación, quienes deben ser atendidos de manera intensa, integral y permanente desde la UPEC y desde los medios más cercanos a ellos. A los periodistas les toca ir a las aulas a dialogar con ellos a explicarles, escucharles y dotarlos de las armas que requiere la comunicación.
El presidente de la UEC en Pinar del Río, Félix Témerez, dijo que la UPEC es fuerte solo donde hay un medio de prensa fuerte. Hay que insistir mucho en las acciones desde los municipios. En Pinar hay municipios cuyas emisoras podrían quedarse sin ningún periodista. Sugirió que en esos lugares de fuerzas menguadas se piense en la opción de crear multimedios que integren los talentos disponibles. Ello, agregó, ayudaría a hacer desde allí un mejor periodismo del que se hace.
Señaló que si el dinero de plazas desocupadas en medios territoriales se ocupara en premiar el múltiple trabajo de quienes permanecen, se avanzaría más y se evitaría la triste realidad de muchas gente haciendo muchas cosas… ¡ninguna de ellas bien!
Legañoa señaló que las nuevas estructuras del Instituto de Información y Comunicación Social puede ayudar en esos cambios de concepción y diseño que propuso Témerez. En tanto, Adalys Ray comentó que los proyectos de desarrollo local pueden ayudar al empleo y estímulo de los talentos periodísticos en todos los municipios.
Dialogando con Témerez y el colectivo reunido en la comisión, Ricardo Ronquillo Bello dijo que también los medios son fuertes si la UPEC es fuerte porque hay interdependencia de ambas fortalezas. Ambos ámbitos de necesitan y complementan. «Sin la transformación del modelo de prensa no tendríamos en el país ni medios fuertes ni UPEC fuerte», consideró.
La UPEC, dijo Ronquillo, tiene que liderar la transformación de los medios. Todas las organizaciones de la Revolución tenemos que revisar nuestras funciones en el contexto de las transformaciones del siglo XXI. Hemos perdido -dijo- a más de 900 colegas, algunos con liderazgo, por eso también nosotros tenemos que replantearnos nuestra labor en medio del acoso que sufre el socialismo en Cuba.
Ronquillo señaló que ya la UPEC no escapa del problema migratorio en el país y que esas señales tenemos que captarlas adecuadamente. «La nuestra no es una organización cualquiera porque nació de las luchas del pueblo cubano por un proyecto de independencia nacional y justicia social. La UPEC tiene una gran responsabilidad en la vida política de Cuba», afirmó.
Además, lamentó que se haya devaluado la percepción social del periodismo, lo cual tiene que ser una preocupación para nosotros. Se repiten los casos de egresados que no quieren ir a los medios y de estudiantes de preuniversitario que no muestran interés por la carrera. Todo ello luego del enorme liderazgo que la UPEC sostuvo en el periodismo del país a lo largo de décadas.
«Tenemos misiones grandiosas por delante, pero debemos tener conciencia del trabajo de atracción con los jóvenes», concluyó Ronquillo.
Jorge Legañoa sugirió que los colegas presenten proyectos para hacer comunicación en los programas e desarrollo local, lo que puede atraer financiamiento para nuestra labor.
Beatriz Vaillant, directora de Somos Jóvenes, de la editora Abril, dijo que no habrá UPEC de siglo XXI sin considerar que el mundo vive en una sociedad en red y sin tener en los medios personas que hagan periodismo. Eso pasa por cómo motivemos al relevo, por las carencias del gremio y por la claridad que sobre nosotros tengan las instituciones. «El periodista no es el enemigo de la Revolución», sostuvo la periodista.
Vaillant también criticó que los obstáculos de acceso hacen a menudo que el periodista llegue tarde, a pesar de las herramientas profesionales con que cuenta.
La colega apuntó además que el desarraigo no es solo un problema con los estudiantes y recién graduados: hay profesionales con diez años de graduados y no manifiestan interés por ingresar a la UPEC. De igual modo, llamó a que revisemos quiénes dirigen los medios, pues a veces hay gestiones que dan más daño que beneficio.
La directora de Somos Jóvenes insistió en fortalecer el proceso de formación del nuevo periodista para evitar o reducir la pérdida de un caudal profesional que, al final, aprovecha otro.
Liliam Nigth, de Bohemia, comentó la necesidad de recuperar legitimidad en los públicos. Agregó que la necesidad de información no desaparece, se redirige, y resulta que la desmotivación económica y la autocensura y el cuestionamiento externo. No se puede dudar del periodista que trabajo desde la construcción social para defender la legitimización de los medios.
Ronquillo señaló que el experimento que se inicia en los modelos de gestión de los medios pretende mejorar los ingresos de los periodistas y los trabajadores. La transformación apuesta por la mejora económica de los medios y con ella la modernización y la mejora en proyectos y eficacia. Este proceso, agregó, exige mucho liderazgo. Los primeros enamorados de estos cambios tienen que ser los directivos de los medios.
La guantanamera Yamilka Álvarez, de ACN, refirió otras pérdidas: las de COVID-19, las crisis energéticas que han colapsado el trabajo de las redacciones, rutinas productivas que unían al colectivo y se han perdido con el trabajo a distancia. Consideró que hay «fantasmas» que siguen ahí, como la censura y la autocensura, y con ellos, no importa que llegáramos a ganar mucho dinero, porque nuestra labor es hacer periodismo.
Yamilka celebró que busquemos una UPEC autónoma, pero sin perder de vista que representa a todo el gremio, con su línea ética sagrada, ajena a todo compromiso con terceros. A su juicio, los periodistas deben ser incluidos, desde los territorios, en los programas de atención que se sostienen en todo el país.
Sergio Martínez, de radio Siboney, dijo venir al Congreso esperanzado y orgulloso porque ve claridad en cómo encaminar un modelo económico para el periodismo cubano, pero enfatizó que eso debe concretarse rápido porque «los viejos se cansan y los nuevos se desestimulan». La UPEC del siglo XXI debe ocuparse de los periodistas del siglo XX. Tenemos que resolver que se pague la antigüedad, como ocurre con otras profesiones.
Ileana García, del bloque ramal político, comentó que, si no cambia la mentalidad en torno a la comunicación, seguiremos en lo mismo. Propuso que la UPEC debe ser abanderada de una campaña por la ética ciudadana y la educación cívica desde la primera infancia.
Por su parte, Rafaela Vázquez Aroche, de la televisión, dijo que «no podemos esperar» para atender de manera especial a los jóvenes del sector de la prensa. En los medios apenas se les atiende y muchos se van a los pocos meses de graduados. «El experimento puede seguir, pero los demás no podemos esperar», concluyó Rafaela.
En ese punto, Víctor Hugo Leyva afirmó que ciertamente no se puede esperar, pero tenemos que ocupar nuestro rol desde la base y recordarles a las autoridades locales que para transformar el municipio, hay que contar con la prensa. Hay que lograr que la proyección de fuerza de trabajo desde los municipios incluya a los futuros periodistas.
El presidente de la UPEC en Ciego de Ávila, Pastor Batista, se preguntó qué nos impide ir a una escuela primaria y fomentar un círculo de interés de periodismo, llevar a los niños a la radio o la televisión, enseñarles a hacer fotos; por qué no vamos a los preuniversitarios, a las universidades. La UPEC del siglo XXI tiene que ser la de la pasión de los jóvenes. «Tenemos que ver a los estudiantes como nuestros hijos profesionales», señaló.
Jorge Alberto Piñero, del semanario DeDeTé, alertó que en el periodismo cubano no se puede perder la historia ni hacer exclusiones; lo que, a su juicio, afecta al humor escrito, que a menudo «lleva la de perder» frente a otros contenidos porque no se le concede valor como literatura ni como género. Propuso la creación de un premio periodístico con el nombre de Héctor Zumbado.
Rosa María Pérez, presidenta de la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales, llamó a estrechar más la relación entre esa entidad y la UPEC, dadas las múltiples confluencias profesionales que tienen. «Eso nos hará más fuerte para lo que necesita el país», comentó.
El subdirector del periódico Escambray, Yosdany Morejón, refirió la experiencia de contratación temporal de tres estudiantes de periodismo, que brindaron un gran servicio, con calidad apreciable en sus contenidos y gran aceptación del público.
Muy interesantes los debates y las propuestas. Quien se considere periodista debe tener el deseo permanente de escribir y leer. Quien no lo tenga nunca será periodista.