Mi primer acercamiento al Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, fue fortuito y rápido. A inicios de diciembre de 2007, con solo unos meses de graduado como Licenciado en Periodismo en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, mi director en el Telecentro Perlavisión, en Cienfuegos, me envió allí a cursar el Diplomado Nacional de Periodismo Digital.
Es cierto que durante mi quinto año de la carrera había pasado por el Instituto, camino a la Facultad de Periodismo, que en esa época radicaba en la acera de enfrente, pero nunca me había imaginado el vínculo que forjaría con esa institución y sus trabajadores.
Fueron cinco meses de aprender mucho sobre la comunicación digital, pero sobre todo de llevar a la práctica los conocimientos frescos que traía de la Universidad y de sumarle otros aportados por colegas de casi todo el país.
Fue una dicha sentarme en las aulas y con el paso de los años escuchar a geniales profesores en los cursos de Tendencias del Periodismo Contemporáneo; Periodismo y Turismo y Comunicación para el Desarrollo. Pero fue más placentero prepararme para estar yo frente a esas mismas aulas para compartir mis conocimientos en el Taller de Periodismo Digital Avanzado Cibermambí, en diplomados de Reorientación al Periodismo o de Periodismo Digital. Estos fueron organizados por el Instituto, pero impartidos en Cienfuegos, para mis colegas periodistas y otros comunicadores.
En un “lejano” año de 2017 el director del Instituto, Ariel Terrero, para mí una figura de mucho respecto, me invitó a un Coloquio de Comunicación para el Desarrollo y fui en la doble condición de alumno y profesor. En esos días, sentados en su oficina, me embulló a preparar un curso completamente nuevo, sobre temas de periodismo desde el móvil, algo que había presentado en mi medio de prensa un año antes en un simple Power Point.
En pocos meses, esas ideas germinaron con rapidez y en abril o mayo del 2018 se hizo la primera convocatoria del Taller Nacional de Periodismo Móvil. Esa puerta me abrió otras como el Curso Posgrado de Periodismo de Datos, el Curso de Posicionamiento web SEO, el de Podcast y el de Periodismo Hipermedia.
Con el paso de los años esas aulas, antes extrañas para mí, se convirtieron en propias. Ahora me saludan desde la cocinera hasta los choferes.
También con el tiempo pasó algo curioso y agradable, que me llena de orgullo sano. Esos profes que antes tenía enfrente, Roger Ricardo, Dixie Edith, Iraida Calzadilla, el mismo director Ariel Terrero, hoy nos sentamos juntos a hablar de los alumnos, de los cursos, de los avatares de armar un curso para que pueda participar la mayoría o de cambiar fechas para mejores momentos.
No puedo olvidar un curso donde pasé una pena enorme. Un día veo en el aula a la profe Iraida Calzadilla y pensé que venía a saludar o hablar del Evento Nacional de la Crónica, esa cita que tanto le gustaba en Cienfuegos. Pero no. Me equivoqué, venía a pasar uno de mis cursos, para aprender de mi tema, dijo ella. Se me subieron los colores y estuve una semana en el aula pensando cada palabra varias veces, para no equivocarme ante una profesional que considero como ejemplo y que esa semana tuve como alumna.
El Instituto Internacional de Periodismo José Martí, sus aulas y sus cursos me llevaron a pensar más en la forma en que hacemos periodismo en Cuba, en sus dificultades, en cómo aprovechar lo que tenemos y explotarlo al máximo.
De las ideas de mis cursos salió mi tema para el Doctorado en Ciencias de la Comunicación e ideas para mi libro Manual Cubano de Periodismo Móvil, editado por la Editorial Pablo de la Torriente, pero enormemente impulsado por el director Ariel Terrero y convertido en bibliografía obligatoria de mis cursos.
Hoy me saludan alumnos de toda Cuba que han pasado por esas aulas. A veces no recuerdo sus nombres o sus caras, pero me dicen: “profe, yo le entregué en mi prueba final un reportaje sobre tal tema”, y entonces los recuerdo. Y me acuerdo de aquel año 2007 cuando llegué por primera vez con mi mochila al hombro desde Cienfuegos y la cabeza llena de ideas sembradas en la Universidad, pero que germinaron finalmente allí, con el análisis diario de cómo hacer un mejor periodismo en Cuba.