Como miembro del secretariado de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), estuve relacionado con el Instituto Internacional de Periodismo “José Martí“, desde su apertura, el lunes17 de Septiembre de 1983. Mañana cumple cuarenta años de vida fructífera en su casona natal de G y 21, Vedado. Lázara Peñones Madan, egresada de la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana (UH) y Doctora en Ciencias Filológicas de la Universidad de Lomonosov, Unión Soviética, fue nombrada decana en 1984 . Ella dirigió dos cursos y pasó a decana de la Facultad de Periodismo de la UH el 6 de septiembre de 1974. Yo la sustituí en el Instituto 6 días después, el miércoles 12.
El Instituto fue creación de la Unión de Periodistas de Cuba con el auspicio de la Organización Internacional de Periodistas (OIP), con sede en Praga, República de Checoslovaquia, que favorecía el sistema de escuelas de superación profesional.
Curso básico, actividades extraescolares y disciplina
El sábado 6 de octubre iniciamos el III cuso con la presencia de 16 cursantes. Tuvimos una larga conversación con ellos, explicándoles el programa denominado Cuso Básico, las actividades extraescolares y la necesidad de mantener la disciplina. En el inmueble de G y 21 se realizaban las actividades docentes y residían los alumnos, que disponían de facilidades de alojamiento, alimentación e higiene.
La UPEC convocaba a colegas latinoamericanos y caribeños a cursos de tres meses de duración, a través de organizaciones afines y hermanadas como ella a la FELAP, siglas de la Federación de Latinoamericana de Periodista, y a la OIP.
Provenían en su mayoría de la prensa alternativa, llamada así por no estar al servicio de corporaciones hegemónicas, sino que respondían a organizaciones gremiales y grupos exponentes de la vida, las demandas y las aspiraciones de sus regiones o comunidades, lo cual no excluía a profesionales que laboraban dignamente en grandes órganos de prensa. Recuerdo, por ejemplo, a una colega de la radio local de Tarija, Bolivia; a colombianos del Cauca y Guajira; a brasileños del nordeste y de la Amazonia; a mejicanos de Querétaro y Chihuahua, y a ecuatorianos de Esmeraldas y Guayaquil.
El programa no perseguía enseñar Periodismo, dado que los cursantes lo ejercían, sino intercambiar experiencias. Hacían ejercicios para debatir en colectivo, siendo opción del estudiante el asunto a tratar y el género o modo de hacerlo, bien de las conferencias recibidas de expertos y dirigentes sobre la realidad cubana, bien de las visitas a centros de producción, enseñanza, salud, etc. en todo el país. Disfrutaban esas giras, que les permitían conocer la cotidianidad e idiosincrasia de nuestro pueblo, así como similitudes y diferencias con los suyos.
El cuerpo de profesores lo integraban compañeros de una gran experiencia y saber en el ejercicio de su profesión. Mencionamos a los que se desempeñaron de forma permanente en los tres primeros años de vida de ese centro de estudios: Vicente González Castro, documentalista y coordinador docente; José Antonio Benítez, maestro de los géneros de opinión; José Rodríguez Méndez, técnico de la redacción en todos los medios de prensa, durante su ya larga vida, y del Servicio Informativo de la TV cubana en aquellos momentos; y al comentarista de internacionales Carlos Mora. El ex canciller Ricardo Alarcón de Quesada era conferencista habitual del tema Política Internacional de la Revolución Cubana.
Cada curso tenía encuentros ocasionales de relevancia, como el sostenido en la UNEAC con su presidente, nuestro Poeta Nacional Nicolás Guillén el 7 y 8 de marzo de 1985, y el 2 de abril de ese mismo año con un grupo de intelectuales encabezados por el Dr. José Antonio Portuondo. Pablo Milanés cantó dos veces en 1985 acompañándose con su guitarra en los bajos del plantel, rodeado en semicírculo por los estudiantes.
Las visitas a lugares de interés las disfrutaban tanto para informarse como para compartir con nuestra gente. Enunciamos algunos: Antillana de Acero, fábricas de tableros y de ron en Santa Cruz del Norte, Combinado de Prisión del Este y Cooperativa Agropecuaria de Nueva Paz. Visitaban una provincia, donde las autoridades locales, dentro de la esmerada atención le mostraban lo más significativo de su territorio.
Todos fueron a Varadero y a un campismo. Participaron en algún evento memorable que coincidía con su estancia aquí. Así los del V Curso tuvieron la opción de asistir a la Conferencia Científica de Ciencias Sociales en la Facultad de Periodismo de la UH, y los del VI fueron invitados a presenciar desde la tribuna presidencial el desfile del primero de mayo.
Es oportuno agregar que dadas las particularidades del Caribe anglo parlante, entre ellas el idioma, se intercalaba anualmente un seminario de colegas de la región.
Hechos extraordinarios
El huracán “Kate” azotó La Habana el l9 de noviembre de 1985. El local estuvo sin luz varias horas. Los estudiantes recogieron ramas y troncos y limpiaron azotea y jardín. En un ejercicio de Alerta Temprana ante una supuesta incursión aérea del enemigo imperialista, las muchachas y los muchachos buscaron refugio en la vecindad y regresaron al cesar la alarma. Los vecinos habían sido informados previamente para que le dieran “amparo”.
Dirigí el Instituto hasta marzo 19 de 1986, en que asumí la jefatura del Departamento de Educación y Cultura. Pero seguí atendiéndolo asistido por la periodista venezolana Alicia Herrera, residente en Cuba tras revelar en un reportaje en Caracas las actividades terroristas de Luís Posadas Carriles y Orlando Bosch, agentes de la Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) y autores confesos del sabotaje al avión cubano y la muerte de los 73 pasajeros y tripulantes a bordo tras despegar del aeropuerto de Barbados el 6 de octubre de 1976.
Centro de estudios de posgrado
El Ministerio de Educación Superior le concedió al Instituto categoría de Centro de Estudios de Posgrado, por lo que se proyectaron para 1987 eventos de ese carácter para cubanos y seminarios de periodistas latinoamericanos. Concluyo con la grata no tan nueva de que la presidencia de La UPEC había decidido incluir a un cubano, no interno, en aquellos primero cursos básicos, y el primero seleccionado fue el entonces muy joven Ariel Terrero Escalante, actualmente director del Instituto. Pero de eso, mejor que hable Ariel.
