Cuando el receptor recibió la bola y salió en una torpe carrera hacia el jardín central, nadie se percató que se había desplomado en el césped aquel mulato alto y jaranero.
Unos segundos antes, él mismo había solicitado un tiempo al árbitro de segunda base, se quitó la gorra, se pasó un pañuelo por la frente y lanzó un grito de guerra para animar a su tropa matancera, pero solo Dios sabía que se estaba bloqueando el flujo de sangre a su cerebro.
Se vaciaron las bancas, todos corrieron detrás del enmascarado para auxiliar al hombre que, tres años antes y desde su puesto de cuarto bate, había conectado el batazo clave que le dio a los yumurinos el pase a la final del Torneo Nacional de Softball de la Prensa.
En vísperas del partido -como otras veces- el mulato alto y jaranero había recibido señales de alarma, pero el natural de Cárdenas, buen bebedor y fumador empedernido, estaba acostumbrado a exprimir su cuerpo para alcanzar sus metas, y ese día no iba a ser la excepción.
Mientras lo cargaban entre varios jugadores para llevarlo al policlínico más cercano, nunca perdió el conocimiento. Un hombre que siempre había peleado contra los demonios de este mundo desde su trinchera periodística, no caería fácilmente.
“Hay mucho calor, pronto estará acá otra vez”, dijo uno de esos optimistas que pululan en todas partes, pero Jorge Luis Valdés Rionda no regresó jamás al terreno, a la redacción del periódico Girón… ni a su casa.
El polémico bohemio de alma pura y aguda pluma, poeta y conocedor como nadie del género comentario, llegó al hospital en malas condiciones, y aunque resistió varios días apoyado en su fuerza de 42 años, se fue a otros mundos paralelos.
Para honrar su memoria, el campeonato nacional de softball para periodistas lleva su nombre, y mientras ese mulato alto y jaranero está en alguna parte haciendo swings y tecleando historias de vida, nosotros seguimos lamentando su muerte… 21 años después.
Bien lo recuerdo. Era un juego en Matanzas y Villa Clara. Ese día era mi cumpleaños y hacía poco me había felicitado y había quedado celebrarlo más tarde.
Jorge vivió intensamente sus cortos años. Era amigo y solidario. Sus córneas, riñones y hasta su piel viven en otros a los que salvó.
Lo recuerdo como ahora, ese día en un terreno aledaño jugaba el equipo de Holguin no recuerdo contra quien pero yo estaba lanzando por los holguineros y vi cuando Jorge Luis mi tocayo, se desplomaba en el césped, y allí corrimos todos, la noche antes en la villa habíamos compartido junto a el ya que era una gente muy cordial y amistoso con todos y su fallecimiento nos conmovió a todos..Este 27 de Septiembre del 2023 iniciara el Vigésimo primer torneo Nacional y se le hará un digno homenaje ya que nuestro Torneo Nacional lleva su nombre. en Gloria este siempre.