Víctor Joaquín Ortega fue el encargado de mostrar en el tabloide Mella, con un pie de foto que me identificaba, a aquel muchachón de 16 años que encestaba una canasta en un partido del campeonato de esa baloncesto en el muy amplio Plan de Becas.
Lo menos que pensaba entonces es que la vida uniría al joven que reseñaba un partido entre becados con ese sudoroso deportista aficionado, cuya máxima meta era llegar algún día a defender una camiseta con las cuatro letras que veneraba (y aún lo hace): CUBA.
Los avatares del destino –suena ridículo pero parece ser cierto—hizo que mientras aquel reportero se convertía en un profesional de mucha sapiencia, prestigio y valores, el que era becado de bachillerato en ciencias, unos años después, en 1969, comenzara su camino en esa profesión como auxiliar de redacción.
La historia del primero, aún activo a sus 81 años, porque escribe para CubaSi y radio COCO, es de las que no puede faltar en cualquier recuento sobre el periodismo de nuestro país. Ecured lo presenta como ”Narrador, periodista y poeta cubano. Orden al Mérito Deportivo. Corresponsal de guerra en Vietnam. Distinción por la Cultura Nacional. En total ha escrito 16 libros…”
Resulta que este capitalino es bisnieto, por parte de su padre mexicano, “del general Joaquín Ortega, quien peleó con Pancho Villa… y se enfrentó a los invasores yanquis”. Ha honrado esa herencia con su vertical posición antimperialista y anticapitalista, sostenida a lo largo de su vida.
Víctor Joaquín compartió filas conmigo en la Asociación de Jóvenes Rebeldes y después en la Unión de Jóvenes Comunistas y ya en 1963, fecha del mencionado reporte del baloncesto, ingresó en la revista Mella, en la cual llegó a ser jefe de las páginas deportivas.
Vendrían después su paso por Juventud Rebelde, diario del que fue jefe de información; el Sierra Maestra, Somos Jóvenes, Alma Mater, Tribuna de La Habana, la Casa Editora Abril, El Habanero, La Calle (de los CDR) y Tribuna de La Habana.
Este es uno de los más premiados de mis entrañables colegas. Se le consignan más de 120 premios y menciones en concursos y unas 25 condecoraciones. Entre otros reconocimientos es poseedor de la Orden al Mérito Deportivo, el Premio Provincial de Periodismo Guido García Inclán por la obra de la vida y la Distinción por la Cultura Nacional. En enero de 2015 recibió el premio Abelardo Raidi a la obra de la vida, que otorga la Asociación Internacional de Prensa Deportiva (AIPS).
Ahora disfruté, en el canal deportivo de la televisión cubana, de una entrevista que le hicieron sobre boxeo, hace unos pocos años, en la que disertó con la excelencia que podrían mostrar sobre el ring el legendario Kid Chocolate o el admirado Teófilo Stevenson.
Acabo de conversar con él, animoso, enérgico como siempre, y compartimos (y coincidimos una vez más) en visiones del presente y futuro por el que seguir luchando y me vino a la mente una nota que Ricardo Ronquillo, presidente de nuestro gremio, escribiera poco después de entregarle la medalla por el 60 aniversario de la Unión de Periodistas de Cuba, de la que fue fundador:
“La vida de Víctor Joaquín Ortega, el gran cronista, maestro de generaciones de periodistas, ha sido como una gran rebelión, que comenzó el día en que abandonó, muy joven, la vida de comodidades y privilegios del mundo burgués y se enroló en el remolino de la Revolución. Con ella se refundó a sí mismo y fundó otras muchas, entre ellas nuestra Upec y medios que son parte de la historia nacional. Parte de su lucha contra los viejos prejuicios es su predilección por las mulatas, una de las cuales es su esposa de más de 40 años. María del Carmen Mestas estaría también, por rebelión propia, en el salón Sierra Maestra del hotel Habana Libre, el 15 de julio de 1963, el día en que nació nuestra Unión. El amor los uniría a ambos luego para una vida de pasión por Cuba…”
Orgulloso estoy de que fuera Víctor Joaquín Ortega Izquierdo quien publicara mi primera foto en la prensa.
Fotos: reporte del Mella (1963), Víctor Joaquín en distintos momentos de su vida profesional.