Como es tradicional cada 23 de agosto, la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHCH) reunió a trabajadores y colaboradores para homenajear a su fundador, Emilio Roig de Leuchsenring, en el 134 aniversario de su nacimiento que, en esta ocasión, se sumó al regocijo por la declaratoria, en mayo reciente, de las Actas del Ayuntamiento de La Habana del período colonial como Patrimonio de la Humanidad, en el Programa Memoria del Mundo de la Unesco.
A propósito de ambos acontecimientos, en el Palacio de Lombillo, Plaza de la Catedral, se abrió al público la exposición “Actas del Ayuntamiento de La Habana (1550-1898) Memoria del mundo” que reivindica la labor incansable para salvar y preservar tales documentos realizada por Roig de Leuchsenring (1889-1964) y continuada por Eusebio Leal Spengler (1942-2020).
La muestra, que estará abierta durante un año, pone en valor el trabajo archivístico, recorre siglos de historia con textos e imágenes que enfatizan en un tema o personalidad; combina una infografía didáctica y algunos ejemplares de libros capitulares y otros textos vinculados, según explicaron a los presentes Natacha Moreira y Ana Lourdes Insua, especialistas del Archivo Histórico de la Subdirección de Patrimonio Documental, OHCH, auspiciadora de la exhibición.
Según las expertas, a Roig de Leuchsenring hay que agradecerle la visión y empeño por salvar de la desidia las Actas capitulares, piedra angular para crear el Archivo Histórico que, junto a la Biblioteca Histórica Cubana y Americana y la dirección de Publicaciones, conformarían la OHCH en su primera etapa. Desde 1967, Leal Spengler aseguró la continuidad de la obra de su predecesor y la actualizó sin que perdiera su esencia.
De esta forma, el Historiador de La Habana hasta su muerte en 2020, gestionó espacios con mejores condiciones, un mobiliario más adecuado para los documentos; recabó cooperación internacional en aras de restaurar algunos de sus ejemplares, y habló en disímiles escenarios a favor de su rescate y de la importancia para la memoria histórica de Cuba y del mundo. Por eso, fue él quien soñara por vez primera con esta declaratoria.
En sus palabras, ambas significaron que las Actas del Ayuntamiento de La Habana (1550-1898) -cuyo dossier presentado para obtener el Título de Memoria del Mundo comprende 273 libros-, han llegado hasta nuestros días, gracias al tesón de muchas personas que durante 85 años se han involucrado en la obra de la Oficina, tanto los historiadores líderes como los integrantes de los equipos de trabajo, caracterizados por un alto sentido de pertenencia y constancia.
