La lucha de Estados Unidos por recuperar la primacía tecnológica que hoy tiene China en sectores como el 5G, el reconocimiento facial o la inteligencia artificial será a todo o nada: está en juego la hegemonía a escala global durante el siglo XXI y este «es solo el principio», advierte un artículo publicado en el blog Hipermediaciones de Carlos Scolari, de la Facultad de Comunicación de Barcelona, luego de las sanciones de Washington a la tecnología china y las respuestas del país asiático a esas medidas punitivas.
En cualquier análisis de este conflicto sociotecnológico (que es también geopolítico) deben tenerse en cuenta los actores chinos, ya sea que se trate de plataformas o productores de hardware como Huawei, opina.
Estados Unidos, recuerda, ya le sacó tarjeta roja a TikTok: desde el Departamento de Estado y Seguridad Nacional (DHS) hasta la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), pasando por Amazon, han prohibido a sus empleados utilizar la red social china de moda con la excusa de que pueden estar vigilándolos y robándoles datos. En el mes de junio, el gobierno de India ha bloqueado 59 aplicaciones de procedencia china, incluyendo a TikTok, Weibo y WeChat, recordó.
Es muy probable que las medidas contra Huawei por parte de Estados Unidos sean solo un primer ejercicio de precalentamiento geopolítico que se extenderá a decenas de productores de hardware y plataformas, alerta.
Sin embargo, según el autor, la gran cantidad de usuarios/clientes que tienen las empresas chinas en su país les ofrece una base de operaciones muy sólida desde la cual resistir los embates que llegan desde Washington.
El espectro chino de redes
En su artículo, Scolari identifica las distintas plataformas chinas que conviven con la poderosa Tik Tok , también conocida como Douyin (chino: 抖 音; pinyin: Dǒuyīn; literalmente: sonido vibrante) : una aplicación de medios de iOS y Android para crear y compartir vídeos cortos que permite a los usuarios crear vídeos musicales cortos de 3–15 segundos, y vídeos largos de 30–60 segundos. Es una plataforma líder de vídeos en Asia, Estados Unidos y otras partes del mundo.
Propiedad de ByteDance, la aplicación se lanzó como Douyin en China en septiembre de 2016 y se introdujo en el mercado extranjero un año después. En 2018 ganó popularidad y se convirtió en la aplicación más descargada en los Estados Unidos en octubre de 2018. Hasta ese año, estaba disponible en más de 150 mercados y en 75 idiomas.
En 2017, TikTok compró musical.ly, una plataforma muy bien posicionada entre los adolescentes de Estados Unidos. La fusión, realizada en 2018, la consolidó como una de las más grandes comunidades de usuarios a nivel mundial, afirma. En abril de este año TikTok era la segunda app móvil con mayor número de descargas, afirma, citando a El País.
Douyin, (la TikTok original que mantuvo su nombre en China) tiene hoy más de 400 millones de usuarios activos diarios en ese país (la mitad del total) y transmite más de mil millones de videos por día, asevera.
El ecosistema de las plataformas en China
Pero el ecosistema mediático chino está poblado por plataformas en gran parte desconocidas para los usuarios occidentales, advierte el artículo.
Algunas de ellas son WeChat y Weibo, dos plataformas relativamente presentes en los radares europeos. Con la primera no solo es posible intercambiar mensajes: también se puede pagar el transporte o realizar cualquier otro tipo de transacción económica gracias a WeChatPay. Como Facebook, esta aplicación no para de crecer e incorporar nuevas funciones.
Aprovechando los más de mil millones de usuarios de WeChat, WeChat Kandian Live es una de las principales plataformas de streaming en China para contenidos comerciales y profesionales. A diferencia de TikTok y otras plataformas como BiliBili, WeChat Kandian Live solo ofrece contenidos profesionales.
También forma parte de ese espectro Sina Weibo, con unos 500 millones de usuarios y considerada una de las grandes redes sociales en el país asiático. Presenta un modelo híbrido entre el microblogging de Twitter y la amplitud de funciones de Facebook.
Xiaohongshu, también conocida como RED, es una red social y plataforma de comercio electrónico creada por Miranda Qu y Charlwin Mao en junio de 2013. El año pasado ya había superado los 300 millones de usuarias (el ocho por ciento son mujeres), de las cuales el 70 por ciento pertenecen a la Generación Z. Es una plataforma muy utilizada para compartir información de productos, viajes y promover lifestyle stories. RED es muy buscada por las empresas para consolidar su reputación y, gracias al sistema de e-commerce integrado, hacer llegar los productos a sus clientes.
Bilibili es una plataforma similar a YouTube especializada en vídeos de anime, manga y videojuegos. La gran diferencia es que los comentarios, en vez de aparecer debajo del vídeo, se superponen a las imágenes en tiempo real (bullet chat), generando una experiencia de visionado interactiva y multimodal sumamente original. Es la red por excelencia de la Generación Z.
Taobao es una plataforma de streaming para comprar, socializar y compartir información sobre productos que pertenece al ecosistema de Alibaba. En Taobao cualquier empresa o individuo puede abrir una tienda en línea para vender productos nuevos o usados. Es territorio de influencers y Key Opinion Leaders, los que promocionan productos con enlaces directos e inmediatos a los portales de venta. Actualmente cuenta con unos 700 millones de usuarios activos.
Kuaishou es otra plataforma para compartir vídeos que apunta a contenidos personales y cotidianos, explica. En China cuenta con unos 400 millones de usuarios (muchos de ellos en zonas rurales) y ha crecido mucho en el extranjero; entra en la lista de las aplicaciones most downloaded en Google Play y Apple App Store en ocho países, donde se la conoce como Kwai.
Su antecedente fue GIF Kuaishou, un plataforma para compartir imágenes GIFs fundada en 2011 que fue evolucionando hasta incluir los vídeos breves como contenido principal.
Hay que aprender a convivir con el gigante asiático
La misma supervivencia del modelo económico chino necesita conquistar nuevos mercados para mantener sus fábricas funcionando, afirma el autor.
En este sentido, valora, el panorama es muy complicado y hay múltiples frentes abiertos. Si bien muchas empresas occidentales como Mango, Apple o Nike están volviendo a producir en sus países de origen, Huawei, una pieza clave de este ajedrez internacional, anuncia que abrirá una fábrica de antenas 5G en Francia. Y mientras desde el Reino Unido ARM avisa que no venderá más microprocesadores a Huawei, el gigante chino sigue batiendo récords: acaba de montar la primera estación 5G a 6 500 metros de altura.
Cualquier análisis del ecosistema mediático (no solo chino) debería dejar de lado las posturas maniqueas y evitar caer en las trampas del apocalipticismo y/o integracionismo. Los sistemas interpretativos (no sólo del periodismo, también pienso en las ciencias sociales) a menudo simplifican realidades de alta complejidad, asegura.
En el caso específico de la potencia oriental, decir que China es el futuro «me parece un error», confiesa el autor: su tradición cultural y sus condiciones sociales, históricas y políticas son muy diferentes a las de las sociedades occidentales. Basta caminar un par de horas por las calles de Beijing, Shanghai o Shenzhen para percibir una lógica y una manera de ser muy diferente a la occidental, asegura.
Si bien es innegable su acelerado desarrollo tecnológico y la fuerza de su mercado interno, muchas cosas que funcionan en China (o creemos que funcionan) probablemente no funcionarían en Europa. Y viceversa. Lo que sí es seguro es que debemos aprender a convivir con una superpotencia que, durante siglos, se replegó sobre sí misma pero ahora acaba de salir del cascarón.
Con información de hipermediaciones.com