Las ostensibles «zancadillas» de Estados Unidos para obstaculizar el desarrollo tecnológico de China han vuelto a emerger después que el diario The Wall Street Journal anunciara que una nueva norma obligará a los proveedores estadounidenses a pedir permiso al Gobierno antes de prestar servicios de computación en la nube a los clientes chinos.
La noticia sigue a otras restricciones de ese tipo impuestas desde el año pasado a Beijing, y entre las cuales se encuentran los más recientes obstáculos para limitar la exportación a China de chips utilizados para la inteligencia artificial, con el objetivo, dijeron observadores, de dificultar el ingreso de las tecnologías, incluidas las militares, al mercado del gigante asiático.
Esas medidas han provocado advertencias como las de Chen Nanxiang, presidente y director ejecutivo interino del principal desarrollador de chips de memoria de China, Yangtze Memory Technologies (YMTC), quien afirmó hace unos días que la geopolítica y las preocupaciones de seguridad nacional de varios países están amenazando la globalización de la industria mundial de chips y su crecimiento futuro.
«Hay mucha intervención gubernamental, y en medio se añade mucho contenido político», aseveró.
Tales decisiones tienen mucha relación con lo que se anuncia ahora, cuando personas familiarizadas con el asunto y no identificadas por The Wall Street Journal habrían afirmado que las autoridades estadounidenses se disponen a restringir el acceso de las empresas chinas a los servicios de computación en la nube.
De adoptarse como norma, esa decisión podría obligar a los proveedores estadounidenses como Amazon y Microsoft, a pedir permiso al Gobierno antes de prestar esos servicios a clientes chinos, de modo de cerrar lagunas en las normas actuales, escribe el periódico: los analistas de seguridad nacional de EE. UU. advierten que las empresas chinas de inteligencia artificial podrían haber eludido las normas de control de las exportaciones físicas, utilizando servicios en la nube.
Además, el reporte explica que los servicios prestados por los proveedores de este tipo de servicios permiten a los clientes obtener potentes capacidades informáticas sin tener que adquirir equipos modernos, incluidos los chips.
«Si cualquier empresa china quisiera acceder a [la tarjeta de video] Nvidia A100, podría hacerlo desde cualquier proveedor de servicios en la nube. Es totalmente legal», detalló Emily Weinstein, investigadora del Centro de Seguridad y Tecnologías Emergentes de Georgetown (EE.UU.).
Asimismo, las autoridades estadounidenses estarían sopesando medidas para restringir a los proveedores chinos de servicios en la nube, tales como Alibaba y Tencent, la posibilidad de operar en el país norteamericano.
La prohibición de uso de los servicios en la nube por las empresas chinas se sumaría a una serie de restricciones entre Washington y Beijing sobre semiconductores y otras tecnologías avanzadas.
No es solo EE. UU.
Las presiones sobre China en este ámbito se extienden a los Países Bajos, que también ha impuesto restricciones a la exportación a China de semiconductores o equipos asociados a su producción, lo que fue denunciado por Beijng como una acción que secunda el afán de Estados Unidos por frenar su acceso a la tecnología.
Por ello, el Ministerio chino de Comercio urgió a la nación europea a dejar de aplicar medidas contrarias a la cooperación bilateral y el desarrollo de la industria de los chips, tras considerar que Holanda fue coaccionada por Washington, promovió artificialmente el desacoplamiento industrial, y también la ruptura de cadenas de suministros.
China llamó a Países Bajos a no abusar de los controles a la exportación tecnológica, enfatizó en el daño a nivel global de la medida y deploró que se tomara esa decisión pese a la continua comunicación entre las partes, al tiempo que instó a la nación europea a respetar las normas del comercio internacional, apegarse a los principios del mercado y velar porque no se afecten la estabilidad y el avance de las relaciones mercantiles.
Según PL, las autoridades de Ámsterdam trabajan desde hace meses en esa norma, usando como argumento preocupaciones sobre riesgos para la seguridad nacional.
En marzo pasado, incluso, prohibió a la firma ASML enviar al gigante asiático equipos ultravioletas de avanzada para fabricar chips.
Japón procedió de forma similar y frenó las transacciones de la empresa Nikon Corporation a China.
Ambos territorios siguieron así los pasos de Estados Unidos, que en octubre de 2022 vetó vender al país asiático maquinaria y chips para supercomputadoras e inteligencia artificial, además de ajustar una norma que extiende la cobertura extraterritorial de los controles de exportación a ciertos artículos producidos en el extranjero.
Según se argumentó, así se restringirá la capacidad de China de obtener tecnología de punta para desarrollar supercomputadoras y fabricar semiconductores avanzados para aplicaciones militares.
En lo que pudiera constituir una respuesta a las presiones desde Holanda, China anunció esta semana restricciones a la exportación de galio y germanio, metales claves para la fabricación de semiconductores y otros componentes electrónicos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de los Países Bajos respondió instando a la Unión Europea (UE) a responder a las nuevas normas de China, que exigen una licencia para exportar dos metales claves para la fabricación de semiconductores y otros componentes electrónicos.
Previamente, la Comisión Europea también expresó su preocupación sobre los planes de Beijing.
Con información de RT y PL