“El ajedrez tiene que ser masivo”, le dijo en una ocasión el Comandante Ernesto Guevara a José Luis Barreras, comisionado nacional. Y comenzó la masificación.
Barreras preparó un libro de enseñanza, puso de moda las simultáneas en el país e inició una labor divulgativa sin precedentes. El Che le “ordenó” que tenía que publicar todos los días la palabra ajedrez y estuvo durante cinco años escribiendo una crónica diaria, primero en Revolución, luego en Granma.
Se fabricaron juegos hasta de bagazo de caña. Otros ingredientes que sazonaron la masificación que quería el Che fueron el Club Móvil en un vagón de ferrocarril, los torneos de participación, los Juegos Escolares, las revistas Ajedrez y Jaque Mate, los memoriales Capablanca, con figuras cumbres del ajedrez mundial, y en 1966 la Olimpiada de La Habana.
Hablando del ajedrez y de su desarrollo masivo Ernesto Guevara expresó: “Se juega con interés creciente en todos los niveles. La juventud ha tomado la senda que trazó Capablanca”.
Definió el ajedrez como educador del raciocinio, y su entusiasmo por el desarrollo de nuestras figuras puede aquilatarse en este testimonio publicado por Barreras en el periódico El Mundo el 16 de octubre de 1967: “Cuando en los torneos Capablanca algún criollo ganaba una partida, solía decir el Che ¡otro puntito para Cuba!”.
¿Por qué se empeñó tanto en que se creara en Cuba una cultura ajedrecística? Silvino García, quien estuvo cerca de él en los trajines del intelectual deporte, expuso:
–El Che vio en el ajedrez un instrumento educativo para la juventud, y por eso insistió en su práctica masiva. Es que la práctica del ajedrez implica una severidad intelectual y moral, que necesariamente resulta formativa para las nuevas generaciones.
Y sin esa alfabetización no hubieran sido posibles las clases por televisión sobre cultura de ajedrez, que por iniciativa de Fidel comenzaron el 8 de febrero de 2003 y al redactar estas líneas se mantienen al aire
Caballero de la FIDE
Como en los tiempos de las cruzadas, el Che fue nombrado Caballero por la FIDE por concebir y estimular la hazaña de la masificación del ajedrez en Cuba. Es uno de los pocos que han recibido tal galardón y único en nuestro medio ¿Cómo sucedió tal acontecimiento?
Siendo Danilo Buela Valdespino comisionado nacional, el 15 de junio de 1999 informó al GM Silvino García Martínez, presidente de la Federación Cubana de Ajedrez, la comunicación recibida de la FIDE. Con motivo de cumplirse ese año el Aniversario 75 de su creación, daba a conocer a las Federaciones Nacionales la nómina de las personalidades llamadas a integrar el LIBRO DE ORO de la FIDE.
Se propuso al Comandante Ernesto Che Guevara, con el fundamento de haber sido guía de la labor integral de masificación del ajedrez cubano.
La Federación Internacional tenía relacionados para el Libro de Oro al MI Eleazar Jiménez y al AI José Luis Barreras Meriño. La propuesta añadida fue informada por el MI José Luis Vilela, Secretario de la FCA, a la FIDE.
Con fecha 20 de noviembre de 1999 el nombramiento de Caballero de la FIDE, la más alta distinción de la entidad, está firmado por su presidente entonces, Kirsan Iljunzhinov. Desde luego que además fue inscripto en el Libro de Oro de la FIDE, al igual que Barreras y Jiménez.
Pero el hecho no fue conocido en Cuba hasta el año 2 000 y se hizo pública el 24 de mayo en la clausura del XXXV Memorial Capablanca, que tuvo por sede por primera vez a Varadero ese año.
Poco antes, en 1998, otra noticia había alegrado el tablero del ajedrez cubano, cuando Vivian Ramón conquistó el primer título de Gran Maestra, inscripto en Libro de Oro de la FIDE además como la primera de Iberoamérica junto con la ecuatoriana Martha Fierro y la argentina Claudia Amura.
Así se expresa Vivian Ramón: —El primero en hablarme del Che ajedrecista fue Rogelio Ortega y la primera partida del Che que vi fue la que le ganó a Ortega en unas simultáneas. Después vi las buenas tablas que logró con el Gran Maestro Filip. Tenía el Che sentido de la posición. Muy merecido el título de Caballero de la FIDE: Nosotros somos el ejército de ese Caballero.
Esta es la partida, con breves comentarios del Gran Maestro Reinaldo Vera:
Blancas: MN Rogelio Ortega
Negras: Ernesto Guevara
Sistema Zukertort
1.Cf3 d5 2.e3 e6 3.d4 Cf6 4.Ad3 g6 5.0–0 Ag7 6.b3 0–0 7.Ab2 b6 8.Cbd2 Ca6!? 9.Aa3
No es buena 9.De2? por 9…Cb4!
9…c5! 10.Ce5
10.dxc5 Cxc5]
10…Dc7 11.Tc1 Cd7 12.f4 Cb4! 13.Axb4
Luego de este cambio, las negras ganan la pareja de afiles.
13…cxb4 14.e4?!
Debilita irremediablemente el centro en especial el punto d4.
14…Dc3!
Magnífica jugada que pone en jaque al descoordinado ejército blanco, en especial al peón de d4.
15.Cdf3?
Un grave error que cuesta una pieza. Era mejor 15.Cef3 Axd4+ 16.Cxd4 Dxd4+ 17.Rh1 Ab7 18.Cf3 Dc3 Con ventaja evidente de las negras.
15…dxe4 16.Axe4 De3+! 17.Rh1 Dxe4
La partida está decidida.
18.Cg5 Dd5 19.c4 bxc3(ap) 20.Txc3 Ab7 21.Cgf3 Tac8 22.Td3? Aa6! Y rinden las blancas (0–1).
Ortega hablaba con mucho cariño del Che, quien siempre combatió la discriminación racial, que todavía en los primeros años de la Revolución se notaba en algunos.
Sobre la partida que acabamos de ver, Vivian Ramón le dijo en broma al maestro cuando fue su alumna en la ESPA: –Orteguita, te dejaste ganar por el Che…
Y Rogelio Ortega le dijo: –No, no, qué va, al Che había que jugarle con mucho respeto.
Foto de portada: Tomada de Chess 24
