La reciente negativa del gobierno de Estados Unidos de conceder visado a los periodistas rusos que acompañaban a su ministro de Exteriores a la clausura de su presidencia del Consejo de Seguridad, supone un atropello a la legislación internacional y al derecho a la información.
No es el único caso en el que las autoridades estadounidenses han abusado de la ubicación de la sede de la ONU en Nueva York para impedir el acceso, a pesar de que esas sedes se consideran territorio internacional.
El pasado el 24 y 25 de abril se celebraban sesiones del Consejo de Seguridad en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. Rusia, como miembro permanente, asistiría y, por tanto, la delegación rusa debía entrar en Estados Unidos para acceder a la sede de la ONU.
El conflicto ha surgido cuando Estados Unidos ha negado el visado de acceso a parte de la delegación rusa, en concreto a los periodistas que acompañaban al ministro de Exteriores Serguéi Lavrov, quien participaba en los actos de clausura de la presidencia rusa del Consejo de Seguridad.
Como es lógico, para Rusia y para cualquier otro país, la cobertura de sus periodistas del evento más importante bajo la presidencia rusa del Consejo de Seguridad de la ONU era fundamental.
Estados Unidos estuvo dando largas al problema de los visados hasta el último momento, incluso prometiendo que se iba a solucionar, algo que no sucedió.
Dos violaciones muy graves
Impedir el acceso de unos periodistas incluidos en una delegación diplomática a una sede las Naciones Unidas bajo el pretexto de negarles el visado para entrar a Estados Unidos supone dos violaciones importantes, la de la libertad de expresión y la del Derecho Internacional.
La sede de la ONU está ubicada en 750 United Nations Plaza, en Manhattan, Nueva York (Estados Unidos) y es visitable. Es un complejo con varios edificios, el de la Secretaría General con 39 pisos que alberga la oficina del Secretario General, el edificio de la Asamblea General, con capacidad para 1 800 personas sentadas y, por último, el edificio de conferencias que alberga la Sala del Consejo de Seguridad.
La sede de la ONU, territorio internacional
Las sedes de la ONU, aunque deben estar ubicadas, lógicamente, dentro de las fronteras de algún país, se consideran territorio internacional y neutral. El terreno que ocupa la sede de Nueva York no está bajo la administración del gobierno de los Estados Unidos, sino de la ONU, ya que el área fue convertida en territorio internacional a través de un tratado de acuerdo con el gobierno de los Estados Unidos.
Ningún oficial federal, estatal o local o funcionario de los Estados Unidos, ya sea administrativo, judicial, militar o policial, puede ingresar a la Sede de la ONU excepto con el consentimiento y bajo las condiciones acordadas por el Secretario General de la Organización.
La sede de la ONU tiene sus propias fuerzas de seguridad y de extinción de incendios y su propia sucursal de correos, con una disposición especial para los sellos de la ONU.
De ahí que las autoridades norteamericanas no puedan impedir el acceso con la coartada de la denegación del visado para entrar a su país. De hecho, incluso países que no tienen relaciones diplomáticas normalizadas con Estados Unidos, cuentan con visados diplomáticos para sus delegaciones.
La consideración excepcional de esas sedes se muestra en que muchos de los visados para el acceso a ellas no permiten moverse por el resto del país. Son exclusivos para esas sedes y su periferia. No es de recibo, por tanto, la argumentación estadounidense de que los visados pueden suponer un peligro de seguridad.
La sede de la ONU se encuentra en un terreno que inicialmente se planeó para un proyecto llamado X-City que comprendería un edificio de hotel, un complejo de entretenimiento y apartamentos. La familia Rockefeller compró el terreno y lo donó a las Naciones Unidas.
También a los periodistas cubanos
Lo sucedido ahora con los periodistas rusos no es algo excepcional, ya ha sido una forma recurrente de Estados Unidos de violentar las leyes internacionales, especialmente con los periodistas cubanos.
La agencia latinoamericana de noticias Prensa Latina estableció una oficina en los Estados Unidos desde la década de los años 60. Pero a los cubanos de esta agencia se les exige renovar su visado cada vez que salen de los Estados Unidos, una práctica extenuante y excluyente. Dos periodistas de esta agencia, Ibis Frade y Ernesto Redonet, acreditados ante la ONU salieron de vacaciones a su país en diciembre de 2019 y en mayo de 2022 seguían sin concederles el visado para volver a su trabajo en la sede en Nueva York.
La propia Asociación de Corresponsales de Naciones Unidas (UNCA), que es la encargada de esas gestiones, consideró inexplicable el retraso en la entrega de las visas a los periodistas acreditados ante ese organismo.
En 2022, en 2008
Los obstáculos a los periodistas para informar en la sede de la ONU, en función de su nacionalidad, también se produjo en 2008 en una situación similar. Entonces, el gobierno de Estados Unidos les denegó el visado a dos periodistas cubanos de la agencia Prensa Latina para poder incorporarse como corresponsales en la sede de la ONU en Nueva York tras sus vacaciones en Cuba.
Se trataba de los periodistas Ilsa Rodríguez Santana y Tomás A. Granados Jénez y fue denunciado por la Federación Latinoamericana de Periodistas (FELAP). La pareja de periodistas llevaba más de tres años destacada en la ONU y posee acreditaciones válidas hasta 2009.
Negar visado incluso a ministros
Algunas veces Estados Unidos ha ido más allá. En 2019 incluso negó el visado a toda delegación cubana, incluido el ministro de Salud, al 57 Consejo Directivo de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Eso supuso que no pudieron asistir al encuentro más importante entre autoridades de salud de toda la región.
Sedes de la ONU en otros países
La ONU posee tres sedes regionales adicionales, en Ginebra, Viena y Nairobi, nadie se imagina a las autoridades de Suiza, Austria o Kenia negando el visado a periodistas de delegaciones de países que se reúnan en esas sedes.
Igualmente, la ONU pose 15 agencias especializadas, ubicadas fuera de Estados Unidos. Sería inimaginable que las autoridades de Italia impidieran a un periodista acceder a la sede de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con sede en Roma; o las francesas a la sede de la UNESCO, en París.
De nuevo el doble rasero de la geopolítica
Que Estados Unidos utilice el privilegio de que la sede la ONU se encuentra dentro de sus fronteras para permitirse el atropello de negar visados a periodistas y diplomáticos es algo que debería ser condenado firmemente por la comunidad internacional, las organizaciones de prensa y los medios de comunicación. Sin embargo, una vez más, se aprecia el doble rasero de las relaciones internacionales y la geopolítica.
Tomado de Crónica libre