El acontecimiento es supernoticia, porque el hecho de que un chino haya ganado el campeonato mundial de ajedrez resulta tan relevante como cuando Estados Unidos tuvo un presidente negro y la iglesia un Papa latinoamericano.
China demoró mucho en sobresalir en esta especialidad que se asocia con la inteligencia, por el arraigo de su gigantesca población en la práctica del llamado “ajedrez chino”. Fue en 1990 que tuvo su primer Gran Maestro, con Ye Rongguang.
Las primeras en brillar fueron las mujeres, cuando Xie Jun derrotó a Maya Chiburdanidze en 1991 y se coronó campeona mundial. Hoy dominan el universo del tablero entre ellas. La reina actual es Ju Wenjun, la sexta de China.
Aparte de la superpotencia ajedrecística que fue la URSS, el primer país en tener los dos campeones mundiales al mismo tiempo fue Bulgaria, con Antoaneta Stefanova y Veselin Topalov. Ahora le sigue China, con Ju Wenjun y Ding Liren.
¿De dónde saló este muchacho que a lo mejor hoy, o en estos días, oye mencionar por primera vez? Pues fue campeón mundial en categorías infantiles y desde hace varios años está en la élite del ajedrez aunque haya una docena más populares. Es el tercero del ranking del mundo por el Elo, después de Carlsen y Nepomniachtchi.
Lo primero que me impactó de su trayectoria deportiva ocurrió en 2018, cuando arribó a 96 partidas oficiales sin conocer la derrota, para quebrar la marca del Genio de Riga, Mijail Tal, que era de 95.
¿Cómo llegó a discutir la corona? Se efectuó un torneo de candidatos para elegir al retador del noruego Magnus Carlsen, el Rey durante el último decenio. Lo ganó el ruso Ian Nepomniachtchi. Pero Carlsen decidió no defender la corona, y la FIDE subió al ruedo a Ding Liren, segundo lugar entre los candidatos.
De este modo en Astaná, Kazajistán, acaban de combatir frente a frente este chino nacido el 24 de octubre de 1992 y el ruso que no representaba a su país (jugó con la bandera de la FIDE), por oponerse a la guerra con Ucrania.
Amplio favorito era Nepo, que había sido el último retador de Carlsen. Todavía no salgo de mi asombro, por un post que publiqué en Facebook, pronosticando el triunfo de Liren. El match fue muy combativo y reñido. Nepo ganaba y después Liren igualaba las acciones.
Luego de las 14 partidas pensadas” concluyó 7 a 7. Se pasó entones a un match de semi rápidas a cuatro partidas. Con 1,5 en el marcador para cada uno, Ding Liren realizó el mejor juego de su vida, llevando negras por demás, y ganó la partida, el match y el título del orbe. Su madre, en la sala de competencia, corrió a abrazarlo.
Tuve amistad con un presidente de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) ya desaparecido, el filipino Florencio Campomanes, quien me decía que su mayor orgullo era haber despertado el ajedrez en Asia, y especialmente en China, con sus mujeres. Hoy estaría dando saltos de alegría.
Foto de portada: Tomada de El confidencial
