Integración, un vocablo pocas veces escuchado en voz del Banco Mundial (BM), vuelve a aparecer en el más reciente informe de la entidad financiera, donde alerta que el Producto Interno Bruto (PIB) de Latinoamérica y el Caribe crecerá apenas en 1,4 por ciento este año, y observa más adelante que «la región sigue siendo una de las menos integradas».
Mientras, apuntó, «la apertura comercial y la inversión internacional directa se han estancado o han disminuido en la mayoría de los casos durante los últimos 20 años».
Según el documento, el Producto Interno Bruto (PIB) de la región crecerá un 1,4 por ciento en 2023 y un 2,4 por ciento en 2024, tasas que considera «demasiado bajas para lograr progresos significativos en la reducción de la pobreza».
La previsión coincide con informes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), y muestra una disminución con respecto a los pronósticos realizados a inicios de año, al tiempo que marca un retroceso tras la modesta recuperación mostrada por el PIB de Latinoamérica y el Caribe luego de lo más crudo de la pandemia, en 2022, cuando la región creció en el entorno de un cuatro por ciento.
El informe del BM asevera que ese limitado crecimiento se debe, en parte, a la elevada inflación que todavía aqueja a esta parte del mundo desde 2021. Según la institución, América Latina y el Caribe reportaron una inflación de 7,9 por ciento en 2022 y se estima que este año podría bajar al cinco por ciento, excluyendo a Argentina.
Los bancos centrales han respondido con alzas en las tasas de interés, las cuales encarecen el costo del dinero, explicó, y alertó que, según dos agencias calificadoras, se prevé una ola de impagos de deuda a partir de los altos costos del financiamiento, sobre todo entre empresas.
De las cinco economías más grandes de la región, Chile tendrá el peor desempeño este año, con una contracción del PIB proyectada del -0,7 por ciento. México, Brasil, Colombia y Argentina crecerán 1,5; 0,8; 1,1; y 0 por ciento, respectivamente, afirmó.
En un comunicado, Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe, estimó que «los países deben urgentemente acelerar el crecimiento inclusivo para que todos se beneficien del desarrollo, y esto requerirá mantener la estabilidad macroeconómica y aprovechar las oportunidades que hoy ofrece la integración comercial», consideró.
Por su lado, William Maloney, economista jefe del BM para la región, remarcó que esta «sigue siendo una de las menos integradas, mientras que la apertura comercial y la inversión internacional directa se han estancado o han disminuido en la mayoría de los casos durante los últimos 20 años».
Maloney estimó que los países deben encontrar formas de ganar atractivo y aprovechar la tendencia hacia la relocalización de empresas, además de «aprovechar la extraordinaria ventaja comparativa» que representa para ella la producción de energía sostenible, y posesión de los productos básicos necesarios para las industrias verdes emergentes, lo que estima como su capital natural único y «una nueva fuente potencial de crecimiento».
Pero para ello, dijo, Latinoamérica y el Caribe requerirán políticas que faciliten el acceso a los mercados globales, capital y tecnología.
«América Latina, por lo general, comercia menos de lo que debería, teniendo en cuenta la proximidad a sus socios y sus tratados de libre comercio. Deberíamos estar exportando mucho más», afirmó también Maloney.
No obstante, el BM no se desprendió de su quehacer tradicional y ensalzó los esfuerzos de la región en cuanto a la gestión macroeconómica, a lo largo de los últimos 20 años. «Preservar este logro será primordial», advirtió.
El informe se divulga cuando diez países de América Latina y el Caribe, unidos y convocados por México, se aprestan a buscar acuerdos comerciales que les permitan combatir la inflación y paliar la negativa repercusión que ello tiene en el nivel de vida de sus ciudadanías; sobre todo en lo relativo a los precios de los alimentos.
Lograr acciones concretas implicará tomar en cuenta la complementariedad y la posibilidad de abaratar gastos de infraestructura para el intercambio comercial como el transporte, y rebajar aranceles.
Si el propósito se materializa, será un ejemplo de cuánto pueden lograr los países de la región con la voluntad política de integrarse comercialmente, más allá de los foros regionales.
Con información del diario El país y DW
Foto de portada: El alto precio de los alimentos es una de las evidencias de la inflación en América Latina y ha sido considerada como un problema grave por la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Uno de los antídotos frente a ella podría ser la integración comercial regional / Prensa Latina