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Pablo González Casanova: agradecimiento y deuda

Líderes políticos y destacados intelectuales, medios de prensa y plataformas al servicio de la verdad, entre otros muchos, lamentan el fallecimiento de Pablo González Casanova, un hombre defensor de las causas justas con su verbo y su pluma, quien dijo adiós a los 101 años en su tierra natal.

«Desde Cuba, cuya Revolución defendió con sólidos argumentos, atractiva prosa y apasionado compromiso, lamentamos la muerte del gran intelectual revolucionario latinoamericano, nacido en México, Pablo González Casanova, Premio José Martí de la UNESCO», escribió en su cuenta en Twitter el presidente Miguel Díaz-Canel.

En su patria, al transmitir sus condolencias, el jefe de Estado Andrés Manuel López Obrador lo calificó como «gran maestro de las ciencias sociales, defensor de la justicia y de la soberanía de los pueblos y naciones».

«Mientras estemos aquí nos tendrá a la orden Don Pablo González Casanova, para seguir su ejemplo y sus orientaciones. Lucha y coherencia para el amor por una humanidad de iguales», escribió en la propia red social su conterráneo y prestigioso periodista y escritor, Fernando Buen Abad.

En tanto, su colega argentino Atilio Borón consideró la muerte de González Casanova como «un golpazo brutal» y le calificó de «un científico social excepcional y un hombre de una admirable integridad y coherencia políticas».

«Solo nos resta honrar su memoria siguiendo su ejemplo y retomando sus banderas», agregó.

En igual sentido se pronunció en un mensaje publicado en su sitio web, el Capítulo cubano de la Red en Defensa de la Humanidad, de la cual González Casanova fue uno de sus fundadores.

«Tenemos el deber de seguir y continuar el ejemplo, de palabra y obra, que Pablo González Casanova nos hereda. Sus años de lucha, su pensamiento y tesoro teórico, son vida para nuestras generaciones y las venideras».

El texto califica al prestigioso hombre de ideas como «un luchador con los pies bien puestos en la tierra, su tierra y la tierra de los pueblos de quienes recogió saberes y praxis para una moral y luces, inclusivas e incluyentes, en todas nuestras militancias», y aseguró que Casanova ocupará siempre en esa Red, «un papel principal como orientador en las batallas contra todas las formas de la explotación».

«Nosotros nos hemos beneficiado de sus batallas. Como él sin cansancios ni claudicaciones, aprendimos que debemos luchar y amar como le gustaba insistir, para la lucha por la libertad, la justicia y la democracia, es decir la vida misma. La coherencia. El tamaño latinoamericano de Pablo González Casanova es el tamaño de su lucha», añadió.

«Con Pablo González Casanova todo es deuda, pero de esas que uno conserva siempre porque son deudas que enriquecen», precisó el mensaje, que exaltó también su disposición siempre «para la crítica al poder y la pasión por la verdad en defensa de los oprimidos».

Desde México, el diario La Jornada, del que fue colaborador, recordó, al dar la noticia, la esquela de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la que fue rector en el periodo de 1970–1972, que lo señala como «muy distinguido universitario, impulsor de la democracia en México, baluarte del pensamiento crítico y siempre comprometido con las mejores cauces sociales».

González Casanova, apuntó, nació en Toluca, estado de México, el 11 de febrero de 1922. Fue sociólogo, politólogo e historiador, además de miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y acreedor de múltiples reconocimientos y distinciones, entre ellos el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1984.

Abogado de formación, él fue un académico de larga trayectoria, «cuya consecuencia en sus ideales fue el signo que lo caracterizó y que le valió el reconocimiento como uno de los referentes intelectuales en el mundo».

En La Jornada, evoca la nota, publicó diversos artículos donde reflexionó sobre temas como la Revolución Cubana, el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), (organización que lo consideró como su comandante), además de otros múltiples temas sociales y políticos.

El artículo señala que sus vínculos con Cuba datan de la década de 1940, cuando comenzó una fructífera relación con Julio Le Riverend, con el que compartió la admiración hacia figuras cimeras del pensamiento sociopolítico antillano como Julio Antonio Mella y José Martí.

«Pablo formó parte de la hornada de intelectuales mexicanos que se deslumbró con la Revolución Cubana a comienzos de los años 60 —de la que formaron parte Fernando Benítez, Arnaldo Orfila Reynal, Miguel León Portilla, Carlos Fuentes y David Alfaro Siqueiros— y que estampó la declaración de principios “Cuba es el ejemplo actual de América”».

En reconocimiento a sus tantísimos méritos, la Isla lo distinguió en 1983 con la Orden Félix Varela y, en 2003, con la Orden José Martí, máxima condecoración que otorga el Estado cubano.

Foto de portada: Tomada de Letras libres

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Redacción Cubaperiodistas
Sitio de la Unión de Periodistas de Cuba

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