Confusión, asombro y malestar son algunas de las reacciones que despertó la red social Twitter en sus usuarios cuando inesperadamente un perro encarnó el logo representado por el icónico pajarito azul.
Sin previo aviso desapareció el ave para dar paso a un rostro de canino de raza Shiba Inu, devenido célebre meme conocido por Doge, y cuya popularidad comenzó a crecer desde 2013 en la red de redes.
La imagen mereció su mayor difusión cundo hace una década el ingeniero Billy Markus y su socio Jackson Palmer decidieron usarla como base para crear una nueva criptomoneda: el Dogecoin.
Aun cuando el dueño de Twitter, Elon Musk, no revela el motivo del cambio, dejó entrever que no se trataba de un error al postear una caricatura de la nueva imagen y señalar a la anterior como cosa del pasado.
Si bien pudiera pensarse que el magnate busca reverenciar al mejor amigo del hombre, otros motivos parecen estar detrás del destierro del ave azulada.
Lo cierto es que Musk es un gran fanático de Doge y se ha dedicado a promover a la criptomoneda que, según se dice, le sirvió para financiar algunos proyectos, como el envío de un satélite a la Luna.
Algunos lo ven entonces como una forma de patrocinar aún más a Dogecoin, cuyo valor creció cerca de 30 por ciento después de la promoción dada por la red social.
Otros interpretan que es su manera de reaccionar ante la acusación de que realiza estafas piramidales con ese criptoactivo.
De hecho, la parte acusadora en ese pleito pidió hace pocos días en la corte federal de Manhattan, Nueva York, una multa de 258 mil millones de dólares en una demanda que los abogados de Musk calificaron como una obra de ficción fantasiosa.
Más allá de la imprevista sustitución del logo, el cambio generó confusión en algunos usuarios de Twitter pues los retuits no estaban siendo etiquetados correctamente.
Los twitteros alegaron que podían ver los retuits como si fueran parte de su propia línea de tiempo, lo que hace que sea más difícil distinguir entre los mensajes originales y los repetidos.
Aun cuando no se aclara si los ladridos de Doge serán ahora definitivos en la versión web de la red social, el errático comportamiento de su dueño debería constituir una alerta suficiente de que estemos listos para otras transformaciones que quién sabe si incluyan gruñidos o maullidos.
Tomado de Prensa Latina