A 35 profesionales de la comunicación de los medios nacionales; a 50, de medios provinciales y del municipio especial Isla de la Juventud y a tres trabajadores de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), les fue otorgada, este 9 de marzo, la distinción Félix Elmusa, la cual reconoce, en el contexto de la Jornada por el Día de la Prensa, “una relevante ejecutoria al servicio del periodismo cubano”.
La ceremonia se desarrolló en el salón Embajadores del hotel Habana Libre, el mismo lugar, donde – como recordó el Premio Nacional de Periodismo José Martí, en 2017, Eduardo Yasells – nació la UPEC, el 15 de julio de 1963.
De ese momento, Yasells, uno de los fundadores de la organización, recuerda muchos nombres y muchos de los propósitos que, desde entonces, tenían quienes ayudaron a construir la Unión de Periodistas en el país.
Por eso, concluyó su intervención con una frase que Honorio Muñoz, el primer presidente de la UPEC, utilizó en su discurso y que ahora a Yasells le pareció de total actualidad: Las herramientas del periodismo son muchas; la inteligencia es una de ellas, siempre que se utilice en función de un periodismo revolucionario.
Al finalizar, Yasells entregó a Dayana Rebollo, directora comercial del hotel, una fotografía enmarcada del día de la fundación de la UPEC, que será colocada, como recordatorio, a las afueras del salón.
Para el periodista del Sistema Informativo de la Televisión Cubana, Abdiel Bermúdez “el valor del periodismo, su inmensa carga de humanismo y el esfuerzo para vencer sinsabores cotidianos en el cumplimiento de la misión social, no caben en la calamina de una medalla”.
En nombre de todos los reconocidos, Abdiel expresó: “La luz de la prensa cubana pasa por el camino de la verdad que nos sale al paso día a día, lleno de baches y escollos. Superarlos depende de nuestra capacidad para adaptarnos a un contexto mediático muy diverso, incluso fuera de lo institucional.
Asimismo – agregó – se trata de entender de que el riesgo no está en lo novedoso o en lo diferente, sino en el desgano y el silencio y “depende de la articulación de un modelo de prensa más funcional, con la visión económica que hoy late en Cuba, en un contexto comunicacional que exige nuevos modos de contar nuestras historias”.