Ochoa cámara en mano
COLUMNISTAS

Combatiente de la imagen en movimiento

Mulato curtido en tareas al aire libre, Héctor Ochoa siempre estará en la memoria de quienes le conocimos como el hombre enérgico y directo al hablar, con su eterna gorra verde olivo, un entrañable recuerdo de Playa Girón, cuando filmó la derrota mercenaria y un rotundo triunfo de sus ideas patrióticas.

 

Ochoa fue siempre un torbellino indetenible con su “cámara de cuerda”, una Bell & Howell, como se usaba en sus inicios de reportero fílmico y a la que nunca renunció a pesar de las nuevas tecnologías que luego tuvo a su alcance. Le encantaba el “cuadro a cuadro”, los olores de la química para el revelado de aquel celuloide translucido en el que las imágenes captadas cobraban vida “24 por segundo” para registrar históricas escenas como las dejadas por el ciclón Flora en su paso por el oriente cubano, en 1963, fecha en la también fue fundador de su querida Unión de Periodistas de Cuba.

De él se ha escrito mucho en estos días por dos razones: su fallecimiento a los 92 años y, en días previos, haber ganado el máximo galardón del periodismo cubano, Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida.

En estas fechas se reprodujo en Cubadebate una entrevista que le hiciera hace un par de años el joven colega Andy Jorge Blanco que resume brillantemente su origen e historia.

Por eso estas líneas no abundan en sus méritos y realizaciones y se ciñen a hacerle mi homenaje personal a ese impetuoso veterano, que en mis tiempos de dirigente nacional de la Upec, irrumpía en mi oficina con materiales en elaboración y/o ideas para recrear pasajes de la historia de nuestra Revolución de la que había sido testigo.

Su entusiasmo contagiaba, porque además de lo sensato de su propósito, lo expresaba en una jerga popular y cariñosa, difícil de no hacerle un ser sumamente simpático.

Compartí con frecuencia con él durante los 12 años que permanecí como vicepresidente de la organización gremial, en cuyas actividades de corte histórico siempre estuvo presente. En una de ellas, en la presentación de un libro sobre Fidel, expuso con gran elocuencia y su habitual vehemencia su admiración por el Comandante en Jefe, de quien estuvo cerca en trascendentales acontecimientos. De ese momento le tomé las fotos que acompañan estas líneas.

A finales del pasado febrero, le llamé cumpliendo una encomienda del Grupo Asesor, al que pertenecíamos, y él acababa de salir del hospital: un asunto –me dijo—de la próstata y “otras cositas” lo habían llevado allí y debía de darle seguimiento con varias pruebas.

Nada traslucía su gravedad porque seguía con su energía intacta y la memoria envidiable, al punto de reconocer por teléfono mi ahora gastada voz y luego de yo saludarle, preguntarme con una expresión de otros tiempos: “¿Dígame, jefe?”

Bromeamos durante minutos sobre los avatares de la vida y la profesión y compartimos la satisfacción de ambos de haber sido propuestos por el Grupo Asesor para el Premio que, en justeza por su obra, se le otorgó entre otros cuatro valiosísimos colegas y que, lamentablemente, él no pudo sostener entre sus huesudas manos. Fue nuestra última conversación.

Con Ochoa, el periodismo cubano no solo ha perdido a un excelente camarógrafo y documentalista, premiado en diversas ocasiones; uno de esos profesionales formados en el quehacer desde abajo y temprana edad; combatiente en la clandestinidad, exiliado y luchador permanente.

También ha incorporado en el cuadro póstumo de la profesión a un ejemplo a seguir, a uno que, como dijo en la citada entrevista “¡Yo soy guapo! Para ser periodista hay que ser valiente”.

Convicción que trasciende la guerra militar, aplicable al combate que a diario estamos convocados los cubanos ante los desafíos de todo tipo que enfrenta nuestra sociedad.

Foto del avatar
José Dos Santos
José Dos Santos (1947) Periodista cubano. Bachiller en Ciencia. Licenciado en Ciencias Políticas. Comenzó su vida periodística en 1969 en la Agencia Prensa Latina, donde fue desde auxiliar de redacción y Jefe de Servicios Gráficos, corresponsal jefe en la RDA y la RFA y vicepresidente para la Información (1984-1993). Quince años vicepresidente primero de la UPEC (1993-2008) y dos años subdirector de la revista Bohemia (2014-2016). Entre sus condecoraciones cuenta con seis Distinciones, tres Medallas y dos Sellos. Es autor de varios libros testimoniales y sobre el jazz, materia sobre la que es fundador de un sitio web del Ministerio de Cultura y escritor y productor de programa radial La Esquina del Jazz, desde 1993.

One thought on “Combatiente de la imagen en movimiento

  1. Fiel retrato literario-gráfico que define, la vida, obra, personalidad, entrega social del característico y siempre recordado, presente, fraterno Héctor Ochoa, este trabajo , crónica, excelente, realizado por el colea Dos Santos, quien al igual que Ochoa hacen honor en nuestro Grupo Asesor. Sugiero sea leido en el merecido homenaje que el martes 21 del corriente mes de marzo tributaremos en la UPEC Nacional.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *