I
El 2022 marcó el inicio de una coyuntura difícil para la economía de la Federación de Rusia debido –fundamentalmente- al negativo impacto de la guerra con Ucrania, que comenzó el 24 de febrero de este año.[1]
Por su enorme importancia, en cualquier análisis resulta imprescindible examinar las implicaciones del conflicto, cuyo origen se ubica en las maniobras de la OTAN para acercarse a las fronteras de la antigua URSS con posterioridad a la desaparición de esta en 1991 y el papel desempeñado por Ucrania como partícipe de esa política, especialmente a partir del golpe de estado contra el gobierno de Víktor Yanukovich en 2014 y los enfrentamientos con la población de origen ruso en territorio ucraniano.[2]
Aunque en el 2015 se lograron algunos acuerdos[3] que permitieron que los conflictos no escalaran entonces a una crisis de mayores proporciones, los mismos solo se firmaron por Occidente para dar tiempo a que Ucrania se fortaleciera.[4]
Paralelamente, entre el 2014 y el 2021, se implementaron contra Rusia 4 350 sanciones económicas y políticas por parte de Occidente, cuyos resultados no fueron los esperados, pues aunque las mismas tuvieron un negativo efecto de unos 60 000 millones impactaron en Rusia,[5] también costaron 40 000 millones a países miembros de la Unión Europea.[6]
Un importante elemento en el reacomodo estratégico del balance geopolítico mundial. que se empezó a operar hace casi diez años. fué el significativo acercamiento de Rusia y China que se opera desde entonces.[7]
En efecto, el avance en las relaciones bilaterales se ha manifestado en el crecimiento del comercio entre Rusia y China, que alcanzaba ya un volumen de unos 68 016 millones de dólares en el 2014, y que llegó en 2021 a 146 887 millones, lo cual representa un incremento de más de dos veces, con una la meta de alcanzar en breve los 250 mil millones de dólares[8]. Este crecimiento implica –en términos de las exportaciones de Rusia- un crecimiento significativo en petróleo y gas, así como en una intensa colaboración en el terreno militar.[9]
Lo anterior demuestra cómo las relaciones de cooperación desde el punto de vista estratégico entre Rusia y China, resultan de una enorme importancia geopolítica en la actualidad y han estado determinadas por la noción –común entre ambos países- que considera a EE.UU. como el enemigo principal a enfrentar, a partir de su política de hostigamiento y agresiones del gobierno norteamericano contra los dos estados. A esto se une una visión compartida sobre la necesaria multipolaridad en el mundo de hoy, a lo que se añade una elevada complementariedad desde el punto de vista económico,[10] mientras que China cuenta con un nivel de desarrollo económico superior, capaz de satisfacer en muchos aspectos las demandas rusas.
Por otro lado, ante la política de sanciones contra Rusia, el país se preparó para asegurar sus intereses nacionales frente a la amenaza a su seguridad que emergía de la violación del protocolo de Budapest de 1994 en cuanto a la neutralidad de Ucrania y su no ingreso a la OTAN.
Al respecto todavía en enero de 2022 Rusia se preguntaba: “¿Por qué Occidente no cumple sus compromisos sobre la indivisibilidad de la seguridad e ignora nuestros intereses, aunque estén muy abierta y claramente expuestos?”[11]
La respuesta resulta evidente: la manipulación de Ucrania contra Rusia y su enfrentamiento militar tiene como objetivo alcanzar la derrota estratégica de Rusia con una guerra de desgaste -a lo que se suman hasta hoy más de 10 000 sanciones económicas-, en una confrontación en la que Occidente no ha dejado de buscar pretextos para prolongarlo a cualquier precio.
Al parecer, consciente de esta realidad y del poderío militar ruso, hasta ahora la OTAN se ha contenido para no tener una participación directa en el conflicto, aunque EE.UU.[12] y la OTAN han acelerado la entrega de armamentos a Ucrania, al tiempo que la guerra económica y mediática ha ganado el principal protagonismo en el conflicto. Todo indica que la prolongación de la guerra –que se perfila como el eje central de la estrategia occidental- apunta a lograr un desgaste irreversible de Rusia en lo militar, lo económico y lo político. Para apoyar al gobierno ucraniano, Occidente ha invertido –hasta el cierre de 2022- 52 000 millones de euros por la Unión Europea, a lo que se suman 48 000 millones por Estados Unidos.[13] por concepto de ayuda humanitaria, económica y militar.
II
¿En qué medida se han alcanzado esos objetivos por la OTAN? Las sanciones con mayor impacto implementadas hasta el momento se concentran en:
- La prohibición de compra del petróleo y el gas ruso. En diciembre de 2022 se añadió un precio tope de 60 USD al barril.[14]
- La congelación de reservas internacionales de Rusia –depositadas en bancos occidentales- por unos 300 mil millones de dólares, lo que cubre aproximadamente el 50% de las mismas..
- La exclusión de bancos rusos del sistema de mensajería financiera SWIFT.
- La retirada de más 400 firmas occidentales de Rusia y
- El bloqueo a la compra de productos de alta tecnología en el mercado internacional
Ante todo, resalta como la medida de mayor peso, la elevada dependencia del gas ruso en Europa, que se cifra –como promedio- en alrededor del 30 a 33% del consumo, pero al detallar los datos del gas entre los receptores más importantes, se encuentra una situación muy diferente y muy grave, desde Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte y Moldava que dependen en un 100% del gas ruso; Finlandia (94%), Letonia (93%) y Serbia (89%), hasta Hungría (40%), Francia (24%), Países Bajos (11%) y Rumania (10%).
Como una primera decisión frente a las sanciones, Rusia implementó una fuerte contramedida, ya que estableció que el pago del suministro del gas –y otros productos posteriormente- para los países calificados como hostiles, tenía que hacerse en rublos,[15] lo que elevó la demanda de esta moneda, incrementando su valor frente al USD.[16] En efecto, al iniciarse la guerra la moneda rusa se devaluó frente al dólar, con una cotización superior a 160 rublos por dólar, pero el 29 de enero de 2023 esa tasa descendió a alrededor de 69 rublos por dólar, una posición cercana a la existente antes de que estallara el conflicto bélico.
Adicionalmente, en el ámbito monetario el gobierno ruso aplicó otras contramedidas para fortalecer el rublo. De este modo, el Banco Central de Rusia elevó las tasas de interés el 28 de febrero del 9.5% al 20%; impuso una tarifa del 30% sobre las compras de divisas, reducida después al 12% y los exportadores deben convertir el 80% de sus ingresos en divisas en rublos.[17] A esto se añadió un fondo de unos 9 000 millones de dólares para compensar las pérdidas de las empresas rusas afectadas por las sanciones
Por otro lado, la decisión de cortar el suministro de gas ruso no ha podido implementarse totalmente a pesar de las presiones de EE.UU., que pretende apoderarse de ese mercado mediante la venta de gas (GNL) a Europa, a un precio muy superior al que vende Rusia. En tal sentido para 2022 se estableció por la UE reducir el consumo de gas un 15% y llenar el 80% de sus reservas, llegándose en enero 25 de 2023 al 77.06%.[18]
El beneficio de EE.UU. es algo que los medios occidentales no destacan y es que la venta del gas norteamericano –a altos precios-,[19] brinda ganancias multimillonarias a las corporaciones de EE.UU. y coloca a los países europeos en un nivel de dependencia energética de Washington aun peor y más costoso del que hoy tienen del combustible ruso
En la energía las sanciones abarcan también el corte de los suministros a Europa de petróleo ruso, que alcanzaba 2.3 millones de barriles diarios. Luego de intensos debates, se acordó que este corte no afectará a países que no pueden recibir el combustible por mar, y continuarán recibiéndolo a través del oleoducto Druzhba.[20] Por otro lado, a través de los gasoductos un grupo de países europeos, que incluye Austria, Bosnia Herzegovina, Hungría, Italia, Serbia y Eslovaquia se mantendrán como compradores de gas ruso durante años.[21]
Como se ha reconocido claramente “La realidad actual es que la UE paga el gas a un precio mayor que el previo a la crisis, porque no puede pasar sin él ni sustituir la fuente como quisiera, y que las reservas de dinero rusas canalizadas a través de las ventas de dicho gas no han hecho más que aumentar.”[22]
En resumen, las medidas energéticas adoptadas por Occidente no han resultado de acuerdo a lo previsto, ya que, por un lado, han sido aplicadas parcialmente por imperativos de la realidad que no puede romperse súbitamente. Por otra parte, Rusia no se ha visto afectada económicamente como se esperaba, ya que estas sanciones dispararon los precios del petróleo, el gas y el carbón por lo que aun con un volumen menor de exportaciones, las empresas rusas han tenido ingresos mayores. A esto se añade, que los portadores energéticos que produce el gigante euroasiático han encontrado otros mercados –como China, Paquistán, Turquía y la India- donde han aumentado las ventas.[23] También se reporta que Rusia ha tenido éxito en el empleo de medidas para eludir la persecución de las ventas de combustibles en el mundo,[24] aunque hubo caídas en las ventas a los mercados controlados por Occidente.[25]
La congelación de una parte de las reservas internacionales de Rusia tampoco ha tenido los efectos esperados, ya que el total de estas reservas supera los 640 mil millones de dólares y aún cuando la sanción impacta en la economía rusa, no ha provocado que el país incumpla sus pagos internacionales, que era uno de sus objetivos principales.[26]
En este punto cabe notar que los fondos especiales no están incluidos en las reservas y en febrero del 2018 se decidió mantener el Fondo de Bienestar, actualmente con depósitos por 148 000 millones de dólares. Por otro lado, el 1º de diciembre del 2020 el Fondo Soberano de Rusia alcanzó 177 000 millones de dólares y en octubre del 2021 representaba un 12% del PIB. Este fondo es importante para la estabilización en la economía y la ley permite que el 10% del mismo se invierta en necesidades de inversión doméstica.
La exclusión de un gran número de instituciones bancarias rusas del sistema SWIFT[27] de mensajería financiera, si bien crea trastornos a corto plazo, ya desde el 2014, se creó un sistema alternativo denominado “Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros” conocido por sus siglas en ruso como SPFS. Por su parte, en 2016 China creó el “China International Payments System” conocido por CIPS por sus siglas en inglés. Todos estos sistemas alternativos se inscribieron en una política para eliminar el USD de las transacciones internacionales por los riesgos que las mismas suponían.
También se conoce que el empleo del rublo ruso y la rupia india en el intercambio comercial ha llevado a un sistema de pagos alternativo que igualmente sustituye el sistema SWIFT.[28] Adicionalmente, Rusia cuenta con un colchón de unos 45 000 millones de yuanes en sus reservas, lo que le posibilita eludir el impacto de las sanciones en dólares o euros.[29]
En síntesis, muchos especialistas piensan que la fractura del SWIFT apunta a favor del proceso de desdolarización de la economía mundial y será perjudicial a la larga para el dominio del dólar en el mundo.
Por su parte, la retirada de Rusia de más de 400 firmas de Estados Unidos y sus aliados no ha transcurrido sin fuertes impactos en esas entidades, pues muchas de estas empresas han ido a parar a propietarios rusos. En este sentido vale la pena mencionar que la corporación petrolera SHELL, perdió unos 5 000 millones de dólares por la liquidación de sus negocios en Rusia.
Finalmente, en relación al bloqueo de la compra de productos de alta tecnología la información disponible no revela hasta el momento impactos significativos, aunque esta medida puede tener consecuencias negativas de importancia para la economía del país y en ello jugará un importante papel la posición de China como suministrador de parte de estos productos.
La aplicación de sanciones económicas contra Rusia puede afirmarse que no ha provocado –a corto plazo- los resultados esperados como medidas punitivas contra ese país y múltiples especialistas afirman que su empleo ha sido contraproducente.[30] Así se afirma que las sanciones “Lejos de obligar a Rusia a salir de Ucrania, están causando un gran sufrimiento en todo el mundo a medida que se disparan los precios de los alimentos y la energía.”[31] Igualmente se reconoce que “Las sanciones pueden haber dañado la solvencia de Rusia, pero solo el aumento del 70% en los precios mundiales del gas ha sobrealimentado su balanza de pagos. Su superávit comercial en cuenta corriente, según su banco central, es ahora más de tres veces el nivel anterior a la invasión. Al mismo tiempo, las sanciones están perjudicando claramente a los países de Europa occidental y central que las imponen.”[32]
Sobre este tema y según Vladimir Putin, el costo para la Unión Europea de las medidas punitivas tomadas contra Rusia podría alcanzar más de 400 mil millones de dólares.[33]
(Continuará)
[1] Ver un interesante análisis del contexto en que se inicia esta guerra en Katz (2022) y Rodríguez (2022).
[2] En este punto el autor se apoya en su trabajo “Notas sobre el impacto económico del conflicto entre Rusia y Ucrania” publicado en www.cubaperiodistas.cu entre junio y julio del presente año.
[3] Se trata de los llamados acuerdos de Minsk.
[4] Ver PL (2022)
[7] Ver IEEE (2023)
[9] Rusia exportó el 19% del total de los armamentos vendidos en el mundo entre 2017 y 2021, mientras que China fue el quinto importador mundial con el 4.8%. Ver SIPRI (2022)
[10] En los vínculos económicos entre Rusia y China resalta la enorme importancia del gasoducto Power of Siberia (I) y su ampliación, lo que resulta un elemento clave para la seguridad energética de China.
[12] En el desarrollo del conflicto. EE.UU. ha aprobado ya un paquete de medidas por valor de 40 000 millones de dólares, un 60% de esa cifra conceptuado como ayuda militar. Ver CUBADEBATE (2022a).
[13] Ver Deutsche Welle (2022).
[14] Supuestamente este precio se estableció para la compra de petróleo ruso en todo el mundo y Rusia implementó sanciones para todo aquel que se intente acoger a ese precio topado.
[15] Cabe señalar que Polonia y Bulgaria declararon que no pagarían en la moneda rusa, lo que inmediatamente llevó a que se cortara el suministro por parte de Rusia.
[17] Ver Fast Bull (2022)
[18] Ver Misión Verdad (2022).
[19] Algunos estimados consideran precios de EE.UU. un 40% mayores, pero en cualquier caso, se conoce que los precios norteamericanos serían mayores que los de Rusia, a lo que hay que añadir que para recibir los embarques marítimos de GNL provenientes de EE.UU., se necesitan construir terminales especializadas que hoy no existen y que costarían miles de millones de dólares a los europeos en nuevas inversiones.
[20] Ver Russia Today (2022a). Se trata de unos 751 mil barriles de petróleo diarios.
[21] Ver Wilson Center (2023). En este trabajo se muestra como –a pesar de las sanciones- la economía rusa no ha entrado en una profunda recesión.
[22] Ver Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE) (2022).
[24] Ver Pehal News (2023).
[25] Ver DW (2023)
[26] En tal sentido se habla de un default en pagos del servicio de la deuda, pero lo cierto es que existen pagos que no se pudieron realizar por el bloqueo financiero, aun teniendo Rusia la voluntad y el dinero para hacerlos.
[27] La Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication (SWIFT) es una sociedad creada en 1973 que integra 11.000 establecimientos bancarios a lo largo y ancho del mundo, a los que permite realizar operaciones financieras de transmisión de órdenes de pago. Se considera un sistema muy cercano a la Secretaría del Tesoro de Estados Unidos y al USD.
[28] Ver Russia Today (2022b).
[29] Ver Bloomberg (2023).
[30] Los medios occidentales tratan de justificar la efectividad de las sanciones explicando sus posibles efectos a mediano y largo plazo. Ver CEPR (2022), Consejo de la Unión Europea (2022) y Bloomberg (2023).
[32] El superávit comercial se multiplicó por 1.7 veces en 2022. Ver The Guardian (2022a) y Swissinfo (2023)