Taimí Fernández Pérez resultó ratificada como presidenta de la Unión de Periodistas de Cuba en Guantánamo en la recién celebrada Asamblea XI Congreso en su territorio. Llegó al Periodismo desde el terreno de la Educación en el año 2002, a través de un curso de orientación profesional que la condujo a la redacción del periódico Venceremos y, más tarde, a la dirección del gremio en la provincia, en 2018. Conocedora de que aun falta por transitar un camino para llegar a un periodismo de mayor calidad y que responda a los reclamos de los públicos, accedió a responder estas preguntas.
CP: Algunos profesionales piensan que, si no cambian las mentalidades, poco podrá hacer la Ley de Comunicación en camino. ¿Cómo enfrentar desde la Upec esta ecuación?
TF: La comunicación social es transversal a todos los sectores de la sociedad. Todos estamos implicados en ese fenómeno que permite el intercambio de datos, información, mensajes, ideas entre personas, grupos, entidades y la sociedad como tal, y de alguna manera debe tener sus regulaciones, de ahí que considero que la Ley de Comunicación es el medio para dejar sentado derechos y obligaciones.
“Cada ente social debe estar consciente del papel que le corresponde ante la comunicación y asumirlo y desempeñarlo como debe ser, sin atribuir a otros la máxima responsabilidad de tal encargo. La Ley propone reglas para todos los ámbitos de la comunicación -mediática, organizacional y comunitaria.
“Desde la Upec, teniendo en cuenta las aspiraciones y los pasos que hemos dado en transformar nuestro modelo de prensa socialista, nos corresponde continuar insistiendo en el aprovechamiento de todas las oportunidades que surjan para estrechar más las relaciones de trabajo entre la prensa, las instituciones y las fuentes populares.
“Es necesario seguir explotando con sistematicidad los diferentes espacios que existen para el debate con todo el que deviene fuente de información y crear nuevos escenarios a tenor con las transformaciones tecnológicas en las que nos insertamos y la diversidad de plataformas comunicacionales que surgen y públicos que aumentan, de esta manera se contribuirá también a las gestiones transformadoras de los medios de prensa, tanto editoriales como económicas.
“Nos corresponde crear nuevas alianzas con organismos e instituciones y sensibilizarlos sin cansarnos de la responsabilidad que tienen de ofrecer a los medios las informaciones de interés público, a la vez que nos toca, desde los medios, continuar denunciando con ética a quienes incumplan con el deber de informar obviando que la información constituye un derecho ciudadano y un bien público. Tenemos que seguir Insistiendo en los consensos, en la praxis transformadora de todos los que de alguna manera influyen en la comunicación.
“También nos corresponde continuar gestionando la superación de los profesionales nuestros para que estén en mejores condiciones de cumplir con sus funciones en todos los canales de comunicación surgidos y los que puedan surgir”.
CP: Uno de los temas más debatidos en la Asamblea XI Congreso en Guantánamo fue la de acercar más la agenda mediática a los reclamos públicos ¿Qué prevén para alcanzar esa meta?
TF: Trabajar en equipo, la construcción colectiva es la clave. Es vital el consenso entre los profesionales del medio. Hay que erradicar la falta de iniciativa y el desinterés en algunos periodistas que no siempre son propositivos para enriquecer la agenda editorial.
“De igual manera, es importante reorganizar los procesos, el sistema de trabajo a lo interno; en ese sentido los consejos editoriales siempre tendrán un peso fundamental por lo que considero que hay que rescatar y revitalizar esos espacios.
“El conocimiento y la superación también son imprescindibles en este aspecto. Por ejemplo, en los medios se conocen las políticas trazadas en el país, pero no basta con conocerlas, hay que dominarlas, interpretarlas y saber traducirlas, además de saber cómo se manifiestan en el pueblo.
“El vínculo de los reporteros con las fuentes es importante para dar tratamiento a temas de interés público. Las vías y canales para tratar esos temas también existen y aparecen otros, aunque a veces surgen escollos difíciles de sortear. Hay que reconocer que avanzamos en el destierro de la censura y autocensura, cada vez es más perceptible la autonomía de las direcciones de los medios en decidir qué se publica o no, y ahí entran los temas de agenda pública.
“Pero también reconocemos que se deben explotar otras fuentes de información para enriquecer los materiales periodísticos de interés del pueblo, entiéndase el uso de expertos, investigadores y analistas, así como los datos públicos y oficiales que se publican , generados por instituciones del Estado y que no siempre consultamos para contextualizar los trabajos periodísticos.
“Reconocemos el tratamiento de temas que antes no se abordaban con exposición de los hechos bien fundamentados, contrastes de fuentes y, sobre todo, con el espíritu de resolver los problemas que aquejan a los diferentes públicos, pero llamo la atención que de ninguna manera ese ímpetu debería conllevar a exagerar en los enfoques. No podemos, en aras dedicar atención a temas sensibles y mantener una comunicación más cercana con el pueblo, ofrecer mensajes que se alejan de la ética periodística y la ideología de nuestros medios.
“Los factores humanos claves para hacer coincidir las agendas están ahí en cada medio de comunicación, las herramientas de trabajo también las tienen. No siempre son las mejores y más adecuadas, pero están”.
CP: Hoy es muy recurrente hablar de la formación de multimedios en las redacciones tradicionales. ¿Cómo enfrentan los periodistas guantanameros ese tránsito?
TF: En algunos medios se respira un ambiente de creatividad. Nuestros reporteros incursionan, unos más que otros, en esa multimedialidad articulando los conocimientos que han adquirido a lo largo de su desempeño en sus medios de prensa, y algunos colaborando con otros. Ha sido clave, la superación constante a partir de un diagnostico objetivo, en temas que contribuyen a la formación de un profesional más integral.
“Se han reevaluado y distribuido mejor los roles, se rediseñan las dinámicas productivas y se han concretado novedosos proyectos, en tanto se consolidan otros espacios noticiosos comunicativos mejorando la gestión de contenido en la medida que aumentó la diversidad de públicos y a partir del potencial tecnológico en manos de los periodistas y el acceso a los servicios de internet.
“Se ha trabajado, aunque no estamos satisfechos pues los resultados están distantes de lo que deseamos, en potenciar la formación integral de profesionales para garantizar productos comunicativos con mejor factura a tono con las trasformaciones que se generan en el ciberespacio, por ejemplo, la formación y consolidación de influencers y youtubers.
“Constantemente las redacciones se convierten en laboratorios de intercambio entre redactores-reporteros ya graduados y jóvenes estudiantes procedentes de la Universidad que con sus ideas renovadas contribuyen a introducir cambios en los medios.
“Hablando de proyectos, contamos en la provincia con experiencias transformadoras en medios de comunicación que exhiben resultados no sólo multimediales sino que apuestan por una autonomía y gestión económica favorable. Un ejemplo es el telecentro Solvisión, que ha obtenido premios a la innovación tecnológica en los dos últimos festivales nacionales de la prensa. Pero también conocemos de otros medios que se incorporarán a estos espacios en próximas ediciones”.
CP: ¿Qué acciones puede y debe desarrollar la organización para acompañar los cambios en el modelo de prensa que va experimentando el sistema de medios cubanos?
TF: La UPEC debe continuar transformando determinadas misiones de la organización, desde la contribución con los medios en la reevaluación de los roles de cada profesional, hasta la capacitación y la atención al periodista; desde la aplicación de la ciencia en la información, hasta el marcado interés de convertir nuestro sistema de medios de prensa públicos en espacios para el debate del pueblo.
“Para ello debemos continuar trabajado a favor de elevar la calidad profesional en todas las plataformas comunicativas, con énfasis en las digitales; fortalecer la convergencia mediática que exige estos tiempos, y a tenor con la política del Estado de estrechar comunicación directa con el pueblo, hay que mantener, revitalizar y crear espacios en los que se brinde información inmediata, detallada y veraz por parte de los directivos de los organismos e instituciones, y la dirección política y gubernamental del territorio.
“Debemos sistematizar la socialización de aquellas experiencias de avanzada de los medios que proyectan trasformar sus gestiones editoriales y económicas e influir en cuantos escenarios sean posibles para que cuenten con la recursos financieros y tecnológicos que impulsen esos proyectos innovadores”.
CP: Por último, ¿cuáles son los retos de los profesionales en la provincia para el próximo período?
TF: Tenemos que continuar avanzando en el ejercicio del criterio en los trabajos periodísticos, ir mucho más allá de la denuncia, pues esto puede conducir a la superficialidad, de ahí que es necesario hacer más uso del periodismo de investigación como género.
“Ser más exigentes y aprovechar las oportunidades que brinda el uso de la telefonía móvil en función de lograr la instantaneidad de la información y de su posicionamiento en Internet, así como lograr mayor superación individual y colectiva en el manejo de las redes sociales.
“Desde el enfoque multimedial, es necesario también organizar las estructuras editoriales en los medios e integrarlas a las otras áreas de realización, además de continuar socializando las buenas prácticas de determinados medios en el ejercicio del periodismo multimedial.
“Otro reto es contribuir a la profesionalización de la fuerza que trabaja en las redacciones que no tienen una formación académica ni un curso de rehabilitación, así como aprovechar más los nexos entre las universidades y los medios .
“Asimismo, tenemos que continuar la actualización constante en torno a las campañas mediáticas enemigas, para poder dar respuestas inmediatas que contrarresten la desinformación y manipulación”.
Taimí es natural de Guantánamo. Ejerció el periodismo crítico en varios temas sensibles a la población que la hicieron merecedora de premios y reconocimientos en concursos y festivales de la prensa en el territorio.
Por sus conocimientos sobre Internet fue nombrada como editora jefa del sitio web de Venceremos, periodo en el que realizó aportes significativos desde la formación empírica en la plataforma digital.
Como reserva de cuadro ocupó el cargo de Jefa de Redacción y Diseño en el rotativo y contribuyó a enriquecer las normas de diseño y redacción, así como la carta de estilo.
Integra el movimiento Elio Cosntantín y se desempeñó como tutora en el proceso de universalización de la enseñanza superior. Durante el trabajo en Venceremos asumió la tutoría de estudiantes de la Universidad de Oriente en la carrera de Periodismo.
Fue miembro del Jurado provincial en varias ediciones del concurso de periodismo Marcos Antonio Charón y de los Premios por la Obra de la Vida José Vázquez Savón y de la Obra del año Nelsa Luques. Ostenta las distinciones Félix Elmusa y Raúl Gómez García.
MI OPINION:
“Es necesario explorar con sistematicidad los espacios que existen para el debate”. (Pelayo Terry Cuervo; enero 22/23).
No solamente ahora que se viene preparando la agenda y los contenidos del próximo congreso de los periodistas en Cuba, han salido a relucir investigaciones y análisis sobre el periodismo que nos debemos los cubanos. Claro en casi todos los congresos del PCC el ejercicio del periodismo ha sido objeto de escrutinio y han salido acuerdos o planteamientos convocando a su complementariedad con los esfuerzos por el desarrollo de nuestra sociedad.
El artículo de Pelayo Terry me ha llamado mucho la atención porque yo soy asiduo lector de CUBADEBATE, y en este espacio he sufrido de omisiones en publicaciones que he enviado. En ocasiones pienso que mis observaciones, las que envío cuando ellos mismos convidan a opinar, les resultan incomodas para publicarlas.
Creo haber cogido por el lado que es, el llamado que hace Pelayo en el artículo antes citado. Y por eso lo primero que opino al respecto es que cualquier análisis sobre el uso de los espacios para el debate, tiene que contextualizarse a partir del análisis de las contradicciones e intereses de la sociedad, es decir: Individuales personales Vs. Colectivos particulares Vs. Sociales generales. Que, en determinados momentos de la historia revolucionaria, existían personas y colectivos dispuestos a posponer los intereses de sus proyectos de vida y organizacionales, a favor de los intereses de proyectos sociales; pero que ya no es tan así, o raramente es así. Que cuando la patria o la sociedad está en peligro o en situaciones de emergencia si se posponen y afloran algunos valores éticos diferentes a los que se sistematizan y se defienden en el día a día cuando han cesado esas emergencias.
Con estos presupuestos cito y analizo lo que me viene pasando con CUBADEBATE y la negativa de publicar la mayoría de lo que les envío, según el artículo supuestamente a debate. Y digo supuestamente con toda intención, pues de entrada si hay selectividad en las opiniones enviadas, el debate deja de ser ortodoxo.
Obsérvese como antes de usted escribir a CUBADEBATE, en el espacio habilitado para “haga un comentario”, hay un párrafo que le advierte: “Este sitio se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, que estén fuera de contexto o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social. Recomendamos brevedad en sus planteamientos”.
Fíjense como se adopta una posición de “protección” a los intereses de esta entidad. Aquí se defienden los intereses Colectivo particulares de CUBADEBATE, no los míos como persona individual. Quizás quieran hacer entender defienden los intereses sociales, pero yo también defiendo intereses sociales y no me publican. Está el caso de una periodista que recientemente expresó en un artículo de CUBADEBATE, como en Holguín las autoridades “no están de brazos cruzados ante los especuladores de precios y productos”. Yo le escribí que luego de tantos años de especuladores, de una situación mantenida y creciente en el tiempo, es necesario dar cifras de acciones y resultados en esa “batalla” para transparentar el asunto y propiciar el debate creador. Ahí yo estoy asumiendo la defensa de la población holguinera, de la sociedad, cuando asumo la población está esperando acciones concretas, probadas, eficaces y evidentes de que se hace y se hace con eficacia. Pero no me publican.
De entrada, la advertencia dice “haga un comentario”, sea breve en sus planteamientos. Un solo comentario, no sus comentarios. Y breve. La comunicación es un derecho ciudadano, que enriquece la opinión de los decisores, de especialistas, de académicos y de la población en general. Pero de entrada me advierten ellos son los que tienen el derecho de publicarme y por tanto tienen el derecho de hacerle saber a los demás lo que yo les quiero decir.
Yo me pregunto: Quienes certificaron a CUBADEBATE y han hecho veraz la capacidad que tienen para evaluar y determinar lo “denigrante, ofensivo, difamatorio, o fuera de contexto o indignantes de una persona o grupo social”.
Ahora yo tengo el temor sobre lo que pienso opinar sobre un artículo publicado y titulado “Dìaz-Canel: Falta conexión entre ciencia y producción”. Porque me pregunto, perderé el tiempo en tratar de publicar si digo que una de las razones de esta desconexión está en la disfuncionalidad de determinados valores éticos.
Entonces es cierto y pertinente para corregir la calidad de los debates lo que anuncia Pelayo Terry, “Es necesario explorar con sistematicidad los espacios que existen para el debate”.
Gracias.
Gonzalo Rubio Mejìas.