José R. Fernández Vega, Pepito, director de la revista Bohemia hace casi un cuarto de siglo, ha dejado de existir en esta madrugada del domingo 11 de diciembre, por el agresivo cáncer contra el que batalló valerosamente durante los últimos tres de sus 75 años, casi 60 de ellos en el periodismo y con una ejemplar militancia revolucionaria.
Comparto el profundo dolor de la magnífica familia que formaron él y su compañera Nivia. Lo conocí, siempre desde el afecto camaraderil, cuando aún siendo un niño, inteligente y voluntarioso, inició su vida laboral como formatista en el periódico Sierra Maestra. Hace no mucho, por solicitud de la UPEC en Bohemia, preparé el resumen biográfico que ahora comparto aquí. Las fotos son de Leyva Benítez.
Breve reseña biográfica del periodista José Reinaldo Fernández Vega, Pepito
Nacido de familia gibareña humilde, en 1947, se inicia en la vida laboral desde los 9 años, como aprendiz, a media jornada, en una imprenta de Las Tunas, y más tarde como ayudante y operario en dos similares de Bayamo. Simultáneamente estudia en sesión vespertina de la escuela primaria hasta tercer grado y en cursos nocturnos del cuarto grado hasta la secundaria básica, en Bayamo. Y de forma autodidacta, en exámenes por la libre cursa preuniversitario en Santiago de Cuba. En 1966 matrícula en curso dirigido la Escuela de Letras, de la Universidad de Oriente. Dos años después el Partido lo envía al curso de periodismo en su Escuela. Nacional, Ñico López. En 1970 pasa a la Universidad de La Habana para concluir sus estudios de la Licenciatura en Periodismo, y se gradúa como primer expediente de su grupo.
Al triunfo de la Revolución tiene 12 años. Rápidamente se integra y forma parte de las Patrullas Juveniles. Pasa de la AJR a la UJC y es fundador de las Milicias Estudiantiles y de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), de Bayamo. De esta última fue vicepresidente en la entonces región Cauto-Bayamo-Jiguaní. En 1962 es designado por la UJC para la atención al trabajo de los estudiantes movilizados a la recogida de café en Felicidad de Yateras, Guantánamo. Dos años después lo nombran secretario general de la UJC de ese municipio. También fue secretario de los comités de la UJC de la Escuela de Periodismo de la Universidad de la Habana (1971) y del periódico Sierra Maestra (1973). En 1975 le otorgan la militancia en el Partido Comunista de Cuba, y en él desempeña diversas responsabilidades.
Se vincula al periodismo desde los primeros años de la Revolución como corresponsal juvenil. En 1964 el Partido lo selecciona para el primer curso de la escuela de corresponsales Pablo de la Torriente Brau, de Santiago de Cuba. Al finalizar, con 17 años, lo asignan al periódico Sierra Maestra, como formalista, su primer empleo en el sector, antecedido por la experiencia laboral en artes gráficas.
Poco después, en ocasión de la recuperación tras el paso de un devastador huracán, la dirección del mismo diario lo envía a traer reportajes desde un municipio de Bayamo, y de ese modo se inicia en el oficio de reportero. Después pasa a jefe de página y más tarde a jefe de Redacción, sin dejar de escribir con uso de diferentes géneros sobre diversos temas.
Entre sus más importantes coberturas informativas de esa época, como parte de un pool periodístico, estuvo la Expo’67, en Montreal, Canadá, de la que realiza publicaciones en varios medios nacionales.
Lo eligen organizador de la UPEC en Oriente, encargado de estructurar las delegaciones regionales, hasta que en 1968 lo envían a la Ñico López.
Como estudiante en La Habana, es electo presidente de la UPEC en la Ñico López y hace prácticas docentes en el periódico El Mundo, en el cual fue jefe de turno editorial y como corresponsal en la provincia de Matanzas durante tres meses, sin afectar resultados docentes. En ocasión de la Zafra de los 10 millones lo asignan como refuerzo al periódico Sierra Maestra, en función de jefe de Información. En la Universidad de La Habana, dirige el periódico Despegue, que circula en toda la Colina. Una anécdota significativa de sus publicaciones en este órgano estudiantil fue la crítica al largometraje cubano Páginas del Diario de Martí, que motivó un debate con el presidente del ICAIC, Alfredo Guevara, con el final feliz de que se le otorgó un pase gratuito para todos los cines de La Habana, algo muy estimulante para un empedernido cinéfilo.
Al concluir sus estudios de periodismo en 1972, recibe por parte de Ernesto Vera, diferentes propuestas de trabajo, todas en La Habana, incluidas la página ideológica de Granma, y una solicitud de la Comisión de Orientación Revolucionaria del Partido (COR). Sin embargo, decide gestionar con el Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, designado como delegado del Buró Político en Oriente, para que se le ubique de nuevo en el periódico Sierra Maestra. Allí fue subdirector editorial, a la vez que cubría personalmente las actividades priorizadas por la máxima dirección política en el territorio, como los procesos internos partidistas, entre otras.
También se ocupa de dar cobertura periodística a las visitas de importantes personalidades extranjeras. Así, por indicación del canciller Raúl Roa, entrevista en la granjita Siboney al primer ministro sueco Olof Palme.
En ocasión de la V Cumbre del MNOAL, en Argelia, lo designan para formar parte del equipo de Prensa Latina, y una crónica suya encabeza la primera plana de Granma al recrear el ambiente en Argel al inicio del evento. Como aspecto más significativo de ese trabajo, el Canciller de la Dignidad le indica personalmente entrevistar al líder egipcio Muammar el Kadaffi, quien accedió, y le adelantó que asumiría una posición positiva respecto a Cuba. El trabajo quedó en manos de Roa, quien manifestó que resultó muy oportuno y eficaz.
Tras el Primer Congreso del Partido, se le designa como director del Sierra Maestra, pero al crearse las nuevas provincias orientales, el Comandante Almeida le solicita fundar, a partir de nada, el periódico La Demajagua, en Granma, tarea que requirió consagración y notable esfuerzo, apoyado en su experiencia de las artes gráficas y el periodismo. Se desempeña como su director durante cinco años, luego de concluido el montaje y puesta en operación en el menor tiempo posible. También sin dejar de ejercer al mismo tiempo el oficio periodístico, logra entrevistar a Fidel, en Alto del Naranjo, Sierra Maestra, y le pregunta qué debería hacer la provincia Granma para ganarse la sede de un 26 de Julio. Esto da pie a que el Comandante en Jefe oriente las tareas en que debería esforzarse la provincia para celebrar allí el acto nacional del siguiente año 1982, tal como ocurrió.
En 1981 es promovido a jefe de Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR) del Partido en la provincia Granma.
En esta etapa, el DOR del Comité Central le encomienda dirigir la conclusión del montaje del periódico 5 de Septiembre, en la provincia de Cienfuegos. Participa en la organización del acto por el 30 aniversario del encuentro de Fidel y Raúl en Cinco Palmas, Sierra Maestra, con ambos presentes. También lo designan como inversionista del nuevo edificio del periódico La Demajagua, inaugurado por Fidel.
Recién iniciada la colaboración cubana con el nuevo gobierno progresista de Suriname, se le designa por el Comité Central del Partido para cumplir misión internacionalista (1981-82) como asesor del presidente de ese país, para la organización de la información como mecanismo de movilización popular, tarea que cumple satisfactoriamente.
Teniendo en cuenta su ejecutoria como periodista y experiencia como directivo de la prensa, se le promueve a funcionario del Comité Central, en 1985. En estas funciones se desempeña como jefe de la Sección de Análisis y más tarde sucesivamente en la atención a la prensa escrita, la información nacional, y en particular las coberturas periodísticas a las actividades del Comandante en Jefe, una tarea en la que se logró un alto nivel de organización y coordinación con los diferentes medios nacionales, la seguridad personal y el propio Fidel, quien más de una vez manifestó satisfacción con el trabajo del equipo de periodistas.
Tras la entrada del país en el Período Espacial, tuvo importantes responsabilidades en el asesoramiento para las decisiones que se adoptaron en cuanto al uso de las reservas críticas de papel disponible, así como en el diseño y coordinación de las adecuaciones en los medios que continuaron saliendo, aún con severas restricciones de formato y paginado, y distribución en la Radio y otras funciones, de los periodistas que debieron ser reubicados. También estuvo al frente de coberturas de prensa a eventos internacionales en diferentes países.
En 1996 es solicitado por el compañero José Ramón Machado Ventura como su Jefe de Despacho, hasta que en 1998, hace 24 años se le designa como director de Bohemia.
Junto al colectivo de la revista ha logrado mantenerla en lugares destacados en la emulación de la UPEC, incluidos los festiva les de la prensa escrita. Durante 19 años consecutivos ha sido Vanguardia Nacional del Sindicato de la Cultura. Mantiene positiva acogida entre sus lectores. Recuperó el periodismo de investigación con la Sección En Cuba y las páginas de opinión, a la vez que ha hecho de las ediciones extraordinarias y especiales asociadas a los más relevantes acontecimientos y efemérides nacionales, sello distintivo de la publicación. También se ha desarrollado la edición digital, que alcanzó mayor visibilidad y visitas (dos millones el pasado año) y actualmente ejecuta un programa concertado con la UPEC para avanzar en un nuevo concepto de diseño y contenido con mayor despliegue en las redes digitales.
En los últimos tres años ha sido propuesto por la delegación de la UPEC de Bohemia para el Premio de Periodismo José Martí por la obra de la vida.
Fue elegido diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular en su séptima legislatura (2008-2013), y se desempeñó durante tres procesos como miembro de la Comisión Electoral Nacional CEN. Las asambleas municipales del Poder Popular de Bayamo (2009) y Gibara (2018) le otorgaron la condición de Hijo Ilustre de los respectivos territorios, y Gibara, además, el escudo de la ciudad.
Las FAR lo reconocen en 2018 con la réplica del machete del Generalísimo Máximo Gómez, por su compromiso militante con la Revolución y la defensa de la Patria. Actualmente es capitán de la reserva y ha recibido dos distinciones más de esta institución.
Se ha hecho acreedor, además, entre otras, de las distinciones Raúl Gómez García, del Sindicato de Cultura (1982); 28 de septiembre, de los CDR (1984); Félix Elmusa, de la UPEC (1996). También los sellos por el XX aniversario de La UJC (1982); Laureado, del Sindicato de la Cultura (2014); y 55 aniversario del ICRT (2018), y la medalla conmemorativa por los 50 años de la UPEC.
(Tomado del Facebook de Víctor Manuel González Albear)
Ha muerto un gran compañero, revolucionario hasta el tuétano, comunista, aliado fiel a los profesionales del sector periodístico, para quienes fue no un jefe, ni un cuadro dirigente, sino el colega con el cual disentir o concordar en cualquier tema. Como buen cubano, más si procede del Este, discutidor, jaranero, enamorado, amante de los tragos con medida y admirador de las mujeres. Padre que inculcó en sus hijos los mejores genes de su personlidad revolucionaria. El amigo que nunca abandonó a quienes profesaba respeto y cariño, cualquiera fuese su nivel. La única forma de honrarlo es no traicionar su ejemplo ni sus principios. Te seguiremos queriendo, Pepito.