Cubaperiodistas publica el libro inédito AJEHÉROES: Los héroes cubanos y el ajedrez, el cual consta de 11 capítulos dedicados a héroes cubanos que han tenido relación con el noble juego. El orden en el que aparecen las personalidades es sencillamente cronológico.
Capablanca ha sido nuestra gloria
y lo será mientras exista Cuba.
-Nicolás Guillén
Los cubanos iniciaron el 24 de febrero de 1895 la Guerra de Independencia del yugo español. Por este motivo José María Capablanca fue movilizado en 1898 a Santa Clara, en el centro del país. Fuerte ha de ser el carácter de una mujer capaz de dar vida y educar a 11 hijos, y así era el de María Graupera, más que simpatizante, activa colaboradora de los mambises.
El esposo, aunque oficial del ejército español, se sumó a las actividades conspirativas y realizó labores de espionaje a favor de los cubanos. Cuando España fue derrotada y una tropa de patriotas arribó a la ciudad donde residían, dos niños les recibieron con una bandera cubana: eran los hermanos Alicia y José Raúl Capablanca.
Durante su estancia en Santa Clara, José Raúl asistió al colegio privado Cristóbal Colón. Al concluir la guerra, en 1898, José María dejó de pertenecer al ejército español y se trasladó con su familia a la provincia de La Habana, exactamente a la finca El Destino, en Aguacate.
El libro Cuba en la mano (1940) publica una nota de interés sobre el tema que tratamos. Expone que “de acuerdo con Gerardo Castellanos García, el Club de Ajedrez de La Habana dio un valioso aporte a la Revolución de 1895 y fue un nido de revolucionarios contra Machado”.
José Raúl Capablanca Graupera (1888-1942) ganó el campeonato mundial derrotando a Emanuel Lasker en La Habana, en 1921. Al año siguiente le fue propuesta la ciudadanía norteamericana, la cual declinó, y eso motivó una caricatura llamada Su majestad el campeón del mundo.
Es obra de otro cubano, Gran Maestro del grafito, Conrado Walter Massaguer Díaz, o sencillamente Massaguer. Como si no fuera suficiente con sus continuos viajes, José Raúl le dio la vuelta al planeta en esta caricatura, en la que aparece enfundado en impecable traje, con la bandera cubana al hombro: refleja la cubanía de dos figuras que pasaron la mayor parte de sus vidas en el extranjero, Capablanca y Massaguer.
Massaguer era apenas unos meses menor que el ajedrecista. Había nacido el 3 de marzo de 1889 en Cárdenas, Matanzas. Fundó en 1915 la revista Social y en 1919 Carteles. Expuso caricaturas en no pocas capitales y obligado por el dictador Machado, tuvo que salir de Cuba en 1931.
Cien años después del natalicio de Capablanca, en 1988, otro compatriota ajedrecista, el Gran Maestro Guillermo García, dio muestras de cubanía precisamente en los Estados Unidos, al renunciar a cobrar su premio de 10 000 dólares por el sobresaliente segundo lugar en el Open de Nueva York, ya que para recibir el dinero tenía que renunciar a ser cubano.
El desafío de viajar a Moscú
El Torneo de Moscú de 1925 reviste una importancia especial. Fue el primer gran evento deportivo que organizó el joven estado soviético, que desde el 30 de diciembre de 1922 había adoptado el nombre de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. La URSS estaba sometida a boicots de todo tipo.
Como es natural, Capablanca fue invitado, lo que originó discordias en Cuba. Hasta el mismísimo dictador Gerardo Machado, que había tomado posesión el 20 de mayo de ese año, le hizo llegar una intimidación para que no asistiera, recordándole que él pertenecía al Servicio Exterior de Cuba.
Gratos recuerdos tenía Capablanca de sus estancias en Rusia y sabía de la popularidad que gozaba el ajedrez allí. Desafiando a la dictadura acudió a Moscú, donde era querido y respetado como un Dios. El recibimiento el tres de noviembre en la estación de trenes “Bielorrusia” fue extraordinario. Luego en Moscú la gente se disputaba un espacio en la multitud para verle pasar.
El campeón mundial accedió a trabajar en una corta película silente, de cerca de 20 minutos, nombrada Fiebre de Ajedrez (Chess Fever, en inglés) dirigida por Vsvolod Pudovkin, que a todas luces es la primera que aborda como tema central el ajedrez. Se trata de una comedia que presenta a una ciudad enloquecida por el noble juego y especialmente por el gran torneo.
Effim D. Bogoljubow, a la sazón campeón soviético, fue el triunfador en el Primer Torneo de Moscú con 15,5 puntos de los 20 posibles, seguido por los favoritos, Lasker y Capablanca, con 14 y 13,5 puntos, respectivamente. Capablanca cumplió 37 años en el certamen, disputado del 10 de noviembre al nueve de diciembre. Esta partida ganó el Primer Premio de Brillantez:
Blancas: José R. Capablanca – Negras: Nikolai Zubarev
1.d4 d5 2.c4 e6 3.Cf3 dxc4 4.e4 c5 5.d5 exd5 6.exd5 Cf6 7.Axc4 Ad6 8.0-0 0-0 9.Ag5 Ag4 10.Cc3 Cbd7 11.Ce4 Dc7 12.Axf6 Cxf6 13.Cxf6+ gxf6 14.h3 Ah5 15.Te1 Tfe8 16.Db3 a6 17.a4 Ag6 18.Ad3! Dd7 19.Cd2 Te7 20.Axg6 fxg6?! 21.Ce4 Rg7 22.Dc3 Ae5 23.Dxc5 Axb2 24.Cg5! Tae8 25.Ce6+ Rf7 26.Tab1 Ae5 27.Dc4! Tc8 28.Db3 Ab8 29.g3 Dd6 30.Cf4 Tce8 31.Te6! Dd7 32.Txe7+ Rxe7 33.Dxb7 Axf4 34.Te1+! Ae5 35.d6+ Re6 36.Db3+ Rf5 37.Dd3+ Rg5 38.De3+ Rf5 39.De4+ Re6 40.Dc4+ Rxd6 41.Td1+ Re7 42.Txd7+ Rxd7 43.Dxa6, rinden.
Desafiar al gobierno pro norteamericano que imperaba en Cuba acudiendo a Moscú tuvo sus posteriores consecuencias, pero Capablanca mostró firmeza y valentía. Participó además en las siguientes ediciones del Torneo de Moscú, en 1935 y 1936.
Capablanca vs. Gerardo Machado
El cargo de Jefe de Información y Prensa del Servicio Exterior de Cuba se creó en 1927 especialmente para José Raúl Capablanca, único que lo desempeñó. Podría pensarse en una compensación emocional por haber perdido la corona frente a Alexander Aliojin (Alekhine, su apellido en francés) en Buenos Aires.
En el decreto, que se publicó en la Gaceta del 14 de julio, se consigna que ocupa el puesto (con sueldo de Secretario de Legión de Primera Clase) desde el 20 de septiembre y el juramento del cargo lo hace el 11 de noviembre, siempre de 1927, en la capital argentina.
Pero no duró mucho: el presidente Gerardo Machado firmó la supresión de ese cargo “debido a reajuste presupuestario”, lo cual se le comunica a Capablanca el primero de julio de 1930, a la sazón destacado en la Legión de Gran Bretaña.
Luego del torneo de Nueva York de 1931, que ganó ruidosamente, como se diría entonces, no intervino en otro hasta el de Hastings 1934-35. Y es que Capablanca quedó excedente el 4 de marzo de 1931 y fue reintegrado al servicio activo el 23 de diciembre de 1933, como cónsul de primera clase adscripto a la Embajada en Washington.
Machado, el “Asno con garras”, quiso encarcelar a Capablanca. En 1933, su hermano Ramiro Capablanca estuvo a punto de ser asesinado, junto con los hermanos Freyre de Andrade. Tanto Ramiro Capablanca como su hermana Zenaida militaban en el Directorio Revolucionario Estudiantil.
Ramiro estaba prófugo del régimen y José Raúl lo escondió en su casa, donde ya estaban otros opositores refugiados. La policía allanó la casa del excampeón mundial, quien escapó saltando la verja del patio. Se refugió en la mansión de su amigo y vecino José María Barragán, nada menos que Ministro de Justicia, quien lo sacó del país en un buque a Panamá.
Pasó entonces Capablanca una larga temporada en el extranjero. Después de extensa gira por México, viajó a Hollywood invitado por Edward Lasker. Allí supo de la caída del tirano, el 12 de agosto de 1933, y viajó desde California por tren hasta Nueva Orleans, para regresa por barco a La Habana.
Abogó por relaciones con la URSS
Repuesto en funciones diplomáticas, el 3 de octubre de 1934 le escribe una carta a Cosme de la Torriente desde Nueva York, en la que le comunica que dos días antes habló con el embajador de Rusia sobre la conveniencia de establecer relaciones comerciales. Le dice al jefe de la diplomacia cubana entonces:
“Yo indiqué que el establecimiento de relaciones comerciales sería un medio muy factible para el futuro restablecimiento de toda clase de relaciones entre los dos países. A este efecto me permito indicarle la conveniencia de estudiar bien el convenio celebrado por Rusia para el restablecimiento de relaciones diplomáticas”.
Capablanca le argumenta al Secretario de Estado que países como Italia, con un gobierno de tendencias completamente opuestas en muchos sentidos, fue el primero en establecer relaciones diplomáticas con la URSS, y le recuerda: “Hace días le envié una carta incluyendo un memorándum sobre la situación económica, política y social de este país. Le ruego se sirva decirme si lo recibió, así como su opinión de aquel asunto y de lo que le decía en mi carta”.
Estas son palabras de Capablanca: “La URSS ocupa el primer lugar en el mundo ajedrecístico. El interés del gobierno de la Unión Soviética por hacer del ajedrez uno de los medios de elevar la cultura de las masas, ha dado resultados que en modo alguno podrían alcanzarse en otros países”.
La definición de Carlos A. Palacio
Tuve gran amistad con el célebre periodista e historiador del ajedrez que fue Carlos A. Palacio, dicho sea de paso, amigo también del campeón mundial desde 1921 hasta 1927. En cierta ocasión le pregunté:
-¿Cuál es su valoración integral sobre Capablanca?
–Un ejemplo de energía cívica. La adopción de la ciudadanía norteamericana que le fue ofrecida le hubiese significado la riqueza. Siempre se enorgulleció de ser cubano.