Cubaperiodistas publica el libro inédito AJEHÉROES: Los héroes cubanos y el ajedrez, el cual consta de 11 capítulos dedicados a héroes cubanos que han tenido relación con el noble juego. El orden en el que aparecen las personalidades es sencillamente cronológico.
…Tanta fuerza en la mente
como en el brazo
José Martí
Mariana Grajales, calificada con acierto en los últimos años como Madre de la Patria, dio a luz 19 hijos, de los cuales sólo 14 sobrevivieron. Uno de los niños fallecidos fue Alfredo Maceo Grajales, mellizo del bravo patriota Antonio Maceo.
José Antonio de la Caridad Maceo Grajales es su nombre completo. Nació en Santiago de Cuba el 14 de junio de 1845 y cayó en combate en San Pedro, Punta Brava, el 7 de diciembre de 1896. Es conocido como el Titán de bronce, y de él dijo Martí: tiene tanta fuerza en su mente como en el brazo.
Como digno de ser recogido por la historia, se incluye en este libro un hecho muy poco conocido: el que haya practicado el ajedrez el Lugarteniente General del Ejército Libertador Antonio Maceo Grajales.
Este texto que aparece a continuación lo publiqué en Juventud Rebelde el 20 de julio de 1987, poco después de haber realizado una visita a Artemisa.
En sus Apuntes para la historia deportiva de Artemisa, Mario Robainas Ortega inserta una nota tomada de Historia del Pueblo de Artemisa, por el profesor Leandro E. Rodríguez y Faustino de la Berra, yerno de José Fernández Lorenzo, que dice:
Al finalizar la Guerra del 95, instaló su residencia en el poblado Mangas Viejas, municipio Artemisa, el patriota José González Curbelo, quien fuera amigo de José Martí y secretario del Consejo Revolucionario de Filadelfia, Estados Unidos, donde desempeñó encomiendas del Maestro y prestó señalados servicios durante la lucha independentista. Sufrió prisión en Pinar del Río y estuvo incorporado al sexto cuerpo del Ejército Libertador.
Curbelo, ya residente en Artemisa, acostumbraba a jugar algunas partidas de ajedrez con los hermanos Isidoro y José Fernández Lorenzo, vecinos del mismo barrio, utilizando un fichero del juego ciencia, que según el patriota, pertenecía al general Emilio Núñez, y con el que jugó el General Maceo. A la muerte de Curbelo –ocho de junio de 1907-, el fichero quedó en poder de la familia Fernández Lorenzo, la que lo donó al Museo de Artemisa.
Mayía Rodríguez y Loinaz del Castillo
Estos dos patriotas van unidos, por una anécdota que lo involucra a ambos.
José María Rodríguez Rodríguez era conocido como Mayía. Mayor General del Ejército Libertador, fue calificado por Martí como el más virtuoso de los compañeros. Nació en Santiago de Cuba el 13 de junio de 1849 y falleció en La Habana el 25 de mayo de 1903.
Enrique Loynaz del Castillo nació el 5 de junio de 1871 en Puerto Plata, República Dominicana, hijo de padres cubanos. Falleció en La Habana el 10 de febrero de 1963. Participó en 88 acciones combativas. El 10 de agosto de 1898 fue ascendido a General de Brigada y en 1899 el Gobierno dominicano le otorgó el grado de General de Ejército. Es el padre de Dulce María Loynaz.
En un artículo titulado Enrique Loynaz del Castillo: el eterno mambí, nos ofrece María del Carmen Muzio esta narración de Loynaz del Castillo, cuando era subordinado de Mayía Rodríguez:
En todas direcciones salieron los exploradores: por todas partes columnas enemigas. El General Mayía, que estaba jugando una partida de ajedrez con el ayudante Lavarthe, rodeado de los generales Carrillo y Monteagudo y otros Jefes y del doctor Negre, Jefe de Sanidad, me dijo: “Lleva la infantería del Teniente Coronel Carrillo, a la avanzada que domina el camino por donde viene el enemigo. Yo estaré allí, en seguida del mate que estoy dando dentro de una juagada”.
Carlos Roloff
El General Carlos Roloff tenía como nombre de pila Karol Rolow-Miałowsk. Nació en Varsovia el 4 de noviembre de 1842 y falleció en Guanabacoa el 7 de mayo de 1907. Fue polaco, norteamericano y cubano.
En el trabajo Ocaso de un polaco en Guanabacoa, publicado el 17 mayo de 2017 en la revista Bohemia, narra Igor Guilarte Fong:
Los últimos días de su vida los pasa retraído en su modesta vivienda de tablas y techo de tejas, la marcada con el número 50 de la calle Samaritana. Allí, en la localidad habanera de Guanabacoa sufre el lento pero indetenible proceso que de a poco va matando, en lo recóndito, la elasticidad de sus arterias.
A nadie visita. Solamente asiste a algún que otro acto oficial. Tampoco está afiliado a ningún partido político o agrupación social.
En el juego de ajedrez hallaba su distracción favorita y su mayor complacencia en la estabilidad hogareña. Por fin, luego de una larga ausencia tan llena de penalidades y contrariedades, tenía oportunidad de disfrutar a tiempo completo del calor de Galatea Guardiola, su leal esposa…
Apenas siete años atrás se le había licenciado del Ejército Libertador con el sobresaliente grado de mayor general.
Epílogo del capítulo
Con seguridad no son estos los únicos patriotas cubanos de nuestras luchas independentistas que practicaron el ajedrez, pero sí los únicos de los cuales el autor ha encontrado algún testimonio que sirva de referencia.
