Hace poco más de dos semanas un spot inundaba la televisión cubana en horario estelar y por el canal de mayor audiencia con la promoción de un concierto en Varadero de quien desde hoy es la nueva víctima de la “falta de libertad de expresión en #Cuba”. También por la misma fecha aparecía en el musical de mayor audiencia del mismo canal. Todo eso sucedía luego de meses de sistemáticas declaraciones contra el gobierno cubano de la ahora víctima de la “censura castrista”.
Ayer, en una instalación gestionada por el mismo “régimen” que permite todo lo anterior, y además lo paga, se presenta el hasta antier promovido músico y le interrumpen el audio de una canción.
Hasta ahí la versión que leímos inicialmente, como el “destierro” reciente de otro artista la maquinaria de odio contra Cuba se lanzó a condenar a la “dictadura” y poner a muchos en la obligación de pronunciarse. Ahora, aparece una versión del director de la instalación de que no fue tan así, que se había pasado el horario de cierre (3am) y hubo un comportamiento que la dirección de ese establecimiento consideró inaceptable del músico y su sonidista al llamarles la atención al respecto. Leer en https://www.facebook.com/100041801243554/posts/914019286668104/
Tampoco el hecho se corresponde con la actitud, no de un grupo de individuos a cargo de esa instalación, sino con la que el “régimen” ha venido asumiendo durante meses y meses con el ahora artista censurado en un momento y un lugar determinado por unas personas concretas.
De inmediato, “periodistas” que trabajan con medios pagados desde #EEUU para el cambio de ese “régimen”, casualmente presentes en el lugar de los hechos y que pueden moverse y hacer lo que hacen en Cuba con unos recursos que los medios del “regimen” no tienen, lo convierten en noticia.
No caben dudas, el “régimen” es bipolar… o falta una parte en la historia que no nos están contando desde allí, donde, no un régimen, qué va, sino unas personas muy malas y concretas, eso sí, respaldadas y financiadas por el régimen más poderoso del mundo, aplastan discos de músicos “comunistas”, boicotean conciertos, y callan cuando encarcelan raperos a miles de millas de eso que llaman dictadura cubana.