Nathalie Truebas Hernández, Adrián Sánchez Rodríguez y María de la Caridad Pérez Puentes son estudiantes del Colegio universitario de La Habana, de las carreras de Periodismo y de perfil nuclear y biológico, respectivamente. Esta semana, en conversación con Cubaperiodistas, expusieron algunos de los resortes que los motivan a participar en el referendo legislativo sobre el nuevo Código de las Familias.
Todas las personas que se quieren, sin importar los lazos sanguíneos, pueden ser parte de una misma familia, dice Nathalie desde unas de las aulas del Colegio, por eso – precisa – cuando este 25 de septiembre asista a las urnas, “apoyaré el Código como otra forma de proteger a mi familia”.
Para María y Adrián, el Código representa un cambio progresista urgente dentro de la sociedad cubana actual; de ahí que – asegura Adrián – muchas de las personas que se oponen no lo han estudiado completamente.
Él conversa desde su experiencia familiar: su tío nació con hormonas femeninas y en ese entonces no existía un respaldo jurídico que le permitiera, a pesar de ser un niño, decidir sobre su cuerpo.
“Mi tío es homosexual, se sentía mujer”, dice Adrián y afirma: “No puede suceder que una minoría elija los derechos de la mayoría”.