En medio de un ambiente hostil, donde junto al más cruel de los bloqueos, el gobierno del presidente Joe Biden sigue aplicando las 243 nuevas acciones, ilegales y crueles, adoptadas por su antecesor Donald Trump, aparece ahora una tenue luz en el camino correcto, pero insuficiente, sobre todo, cuando el propio mandatario estadounidense pudiera hacer mucho y cumplir sus compromisos preelectorales.
Y no solo son escasas las nuevas propuestas, sino que pasan los días y nada se sabe sobre el cómo se implementarán las mismas. Y diría más: ¿qué pasará con el resto de las medidas adoptadas por Trump que Biden se comprometió a eliminar? O, ¿porqué no actuar ahora, con las facultades que tiene el gobernante, y empezar a desmontar el entramado sancionador contra una nación vecina, cuyo único crimen es el de ser soberana e independiente?
Olvidó la administración de la Casa Blanca que el haber incluido a Cuba en la lista espuria de país que patrocina el terrorismo, resulta una vil mentira, y el único fin es añadir nuevas y más letales restricciones para asfixiarnos.
Borrar de un plumazo el nombre de la isla digna de esa lista miserable, lo puede hacer Biden sin tener que esperar por ningún otro mecanismo dentro de su propio gobierno.
Los tiempos son otros, como ha advertido el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador. Son momentos de diálogo y no de confrontación.
El comienzo, es decir las tenues medidas anunciadas esta semana, pueden marcar el rumbo correcto para beneficio de todos, el que debe prevalecer en las relaciones internacionales, en este caso, entre Estados Unidos y Cuba.
Puedo asegurar que, tanto aquí como en los propios Estados Unidos, en la región de América Latina y el Caribe y en el mundo todo, serán insuperablemente muchos los que votarán por acciones que de verdad eliminen el bloqueo y establezcan el diálogo y la amistad como premisa, que los que vociferan y han hecho del odio y la confrontación contra Cuba, un modo de vida y de obtener cuantiosas sumas de dinero.
Sepan, además, que nuestro pueblo está bien claro de que ninguna de las medidas del bloqueo ha sido levantada e, incluso, las 243 adoptadas por el gobierno de Trump y fortalecidas en tiempos de Biden, se mantienen.
La gran acción del actual presidente de Estados Unidos, sería acabar con ellas y asistir, como ha sido invitado reiteradamente por las autoridades cubanas, a un diálogo amistoso, respetuoso y sin ningún tipo de imposiciones.
Entonces, de verdad, podremos llamar Cumbre de las Américas a esos convites como el de junio próximo en Los Ángeles.
Biden puede y es el momento de hacerlo.
