La prensa cubana sufre una notable pérdida con el fallecimiento este viernes, en La Habana, del destacado periodista Nicanor León Cotayo, a los 82 años de edad.
Desde muy joven se incorporó a la lucha contra la tiranía en su natal San Antonio de los Baños, y tras el triunfo revolucionario integró, desde su fundación, a la Asociación de Jóvenes Rebeldes, las Milicias Nacionales Revolucionarias y los Comités de Defensa de la Revolución y en 1962, al Partido Comunista de Cuba (PCC).
Graduado de Periodismo en la Universidad de la Habana, nos lega una acuciosa obra investigativa y de denuncia a las agresiones del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, materializada en su labor en la agencia Prensa Latina, el periódico Granma y su colaboración con el resto de los órganos nacionales de la prensa escrita, digital, radial y televisiva. Fue profesor titular de la Escuela Superior del Partido Ñico López.
Su jubilación hace más de una década no significó el cese de su labor profesional. Su nombre continuó apareciendo asiduamente en la publicación digital Cuba Sí y la emisora Radio Reloj. Es autor de más de diez títulos, entre ellos Sitiada la esperanza, El bloqueo a Cuba y Crimen de Barbados, cuyos derechos de autor donó a la defensa del país.
En reconocimiento a su destacada trayectoria recibió numerosos premios y condecoraciones, entre ellas la medalla Combatiente de la Lucha Clandestina y las distinciones Félix Elmuza, 28 de Septiembre y Destacado en la Preparación para la Defensa.
Por decisión familiar, su cadáver será cremado y en los días siguientes se le rendirán los honores correspondientes.
Una excelente persona acabamos de perder.Profesional competente,siempre aento a los acontecimientos nacionales y globales, en lo personal le debo su disposición permanente a la colaboración. Mi esposa y yo le recordaremos además en un tránsito por Berlin,en el que constatamos su amor por la familia. Uno de los guerreros muchas veces anónimo que dignifican nuestra profesión.
Nicanor es un ejemplo de analista político y divulgador capaz. Su rigurosa dedicación al conocimiento de la sociedad estadounidense y del papel de los Estados Unidos en el mundo, en particular hacia América Latina y hacia Cuba le permitió ilustrar durante décadas a los lectores y alertar sobre los peligros y las consecuencias del accionar imperialista del país norteño. Leer sus trabajos equivalía a conocer mejor la política interior y exterior de los EEUU. Sus argumentos cargados de información y razonamientos certeros lo convirtieron en un importante referente a la hora de juzgar los acontecimientos internacionales. Su sistematicidad en la investigación y el tratamiento de los temas le permitió condensar en varios libros asuntos como el bloqueo y otras agresiones contra Cuba, textos que junto con sus artículos y ensayos forman parte de la crónica de nuestra historia contemporánea.
Lo conocí personalmente y en el trato con él siempre reconocí al hombre modesto y dedicado que hizo de su vida un ejemplo de revolucionario y periodista. Su muerte es una sensible pérdida para el periodismo de nuestro país.