Fidel en Congreso UPEC
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El Comandante y el 7mo. Congreso de la Upec

Transcurría el año 1999, específicamente el 3er. mes del año y se realizaba el 7mo. Congreso de la Upec en la Sala 3 o en el de las plenarias del salón principal del Palacio de Convenciones, no recuerdo bien, pero sí que se encontraba atestado de los colegas delegados e invitados al importante cónclave.

Se había debatido y discutido mucho y se aprobaron propuestas y planteamientos de calidad. Tubal Páez Hernández, entonces desde muchos años presidente de la organización, dedicaba repetidas y acuciosas miradas a las puertas laterales de acceso a la presidencia del plenario, las que también disimulaba un poco más espaciadamente Rolando Alfonso Borges, igualmente desde muchos años jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del PCC.

Viejo guerrillero acostumbrado a que no le tendieran emboscadas como las que suponía le fraguaban, teniendo en cuenta lo delicado de una de las mociones que si esta memoria desgastada por casi 8 décadas no me traiciona, se refería nada más y nada menos que al papel que ejercía el Partido en los medios. Se apareció reluciente e irradiador como siempre y por un acceso no previsto… ·Buenas tardes, me incorporo un poco tarde ¿ ya se pusieron de acuerdo en el punto controversial que Alfonsito con tanto gusto elude…?  (*) Las carcajadas y algazara no se hicieron de esperar, el Comandante en Jefe en persona una vez más, daba el espaldarazo a la institución y sus representantes. A partir de ese momento, como siempre sucedía con su presencia, se suprimieron las formalidades dando lugar a cuasi una tertulia que todos disfrutaban.

Muchos fueron los debates que se avivaron sobre temas nada fáciles y ante cada uno de los cuales él tenía siempre una respuesta dialéctica e instructiva, por muy polémico e irascible que se expusiera.….. Bueno, con el perdón del exponente, yo considero que ese procedimiento de que altos oficiales de las FAR o del MININT jubilados estén revendiendo los autos particulares que se les vendieron en su momento como estímulo por sus méritos durante el ejercicio de sus cargos,  no es ninguna mala señal. Por el contrario, demuestra que no se enriquecieron o robaron durante la realización de su trabajo, como tanto acontece hoy en otros países.

Avanzada la noche y las sesiones habían comenzado desde las las 9 de la mañana, el empresario Abraham Maciques Maciques importunaba con su repetida e intermitente presencia en la presidencia, susurrándole a veces a Alfonsito y otras con Tubal… Vamos a parar para que Maciques nos explique lo que con tanta continuidad quiere decirnos… El ¨polaco¨ imperturbable lo expuso a micrófono abierto… Comandante el salón está reservado para otro evento de unos empresarios extranjeros que pagaron por adelantado. .. Bien, solo nos indicas unos minutos antes a cual sala desplazarnos, siempre te he reconocido por lo exigente que eres para con los clientes y es así como debe de ser… Pero, el otro replicaba… es que no habrá  más salas Comandante, está alquilado todo el Palacio a partir de las 8 de la noche. Y entonces el Jefe de la Revolución lo replicó ya algo ríspido…. Nada más nos avisas minutos antes, como te propuse y nos vamos …

No habían transcurrido 20 minutos cuando las luces del amplio local comenzaron a pestañar a intermitencias, tal como acontece en los hospitales para marcar la culminación del horario de visitas a los pacientes ingresados. Fue entonces que el Comandante, siempre imprevisible, decidió que todos nos trasladáramos al lugar escogido menos imaginable: la cocina comedor de los empleados del recinto.

Raudo se encaramó en una silla que para más contratiempos se balanceaba a su peso y gestualidad, preocupando no solo a sus escoltas en lo que buscaban otra  y el micrófono. Mientras, él continuaba imperturbable a viva voz reiterando el papel que le correspondía ejercitar a la prensa escrita, muy a pesar de toda la parafernalia de las infocomunicaciones actuales, e incluso dispuso de tiempo para recomendar con pasión de experto culinario el menú para la cena de los allí presentes.

Aquel evento de los profesionales de la prensa se prorrogó por algunos días más llegando hasta cinco, y resultó inolvidable no solo por las deliberaciones y acuerdos trascendentales, así como los medios materiales que el Comandante en Jefe decidió asignar al sector, con el objetivo de equiparlo mejor con las armas requeridas para la batalla de ideas que libraba el país bajo su conducción. ´

La convivencia más familiar con él volvió a confirmar como para aquel ser indomable no existían obstáculos infranqueables ni impedimentas formales que impidieran su magisterio como jefe guerrillero bien combinada con sus facultados al frente del Estado revolucionario.

Con los periodistas cubanos, como uno más entre ellos, Fidel nos hizo vivir esos históricos días del 7mo. Congreso de la Upec.

* Las expresiones inclinadas y subrayadas se corresponden a las del Comandante tal y como las recuerdo no son textuales, aunque las rememoro con la mayor de las fidelidades.

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