En Perú, desde inicios de los años 2000, despuntó una tendencia protagonizada por los jóvenes cineastas: la revalorización de los archivos para la construcción de los materiales fílmicos. Quizás porque el cine de ese país, “encuentra más vida” en los documentales.
Paradójicamente, la comunicadora social y crítica de cine peruana Mónica Delgado Chumpitazi, dice que no hay un interés marcado por el cine histórico, por ejemplo-agrega- “no existe una película sobre los incas, algo que resulta insólito”.
Se trata de “un cine que ha demostrado la fascinación por leer su propio tiempo y sus propias interioridades, es un cine de cuatro paredes que retrata temas íntimos, familiares”, a través del cual “se quiere hablar de la cotidianidad” sin llegar a conformar un cine combativo.
Delgado Chumpitazi redescubre, este miércoles en Diálogos en reverso, las interioridades arquitectónicas del cine peruano contemporáneo, con sus contrastes y su diversidad.
Así, el origen de los textos cinematográficos puede ser una obra literaria, entre ellas “algunas novelas del escritor Alonso Cueto”, o el imaginario del propio creador. “Como es un país tan plural hay historias que parten de la realidad”.
La también directora de la revista especializada Desistfilm y magíster en Literatura con mención en Estudios Culturales afirma que existe un cine feminista, si bien la sociedad peruana está sellada por el rastro del machismo.
Ese cine tiene que ser “renovador, transformador, coherente, ético, responsable porque el feminismo está transformando a la sociedad”.