Ningún día es bueno para morirse, y menos un 14 de febrero. Cuando fui a Google para obtener detalles todavía no estaba la noticia, pero ya en Facebook circulaba que el Gran Maestro yugoslavo —ahora serbio— Borislav Ivkov, quien fuera candidato a la corona mundial, había fallecido a la edad de 88 años.
Birmingham, Inglaterra, acogió en junio de 1951 el primer Campeonato Mundial Juvenil de Ajedrez, y como primogénito de los Príncipes del Ajedrez se coronó Ivkov, aventajando, entre otros, al danés Bent Larsen y al islandés Fridrik Olafsson.
Alfil malo es el sugerente título de un notable libro que escribió este Gran Maestro (GM), nacido el 12 de noviembre de 1933 en Belgrado. Su biografía resulta demasiado larga, de modo tal que vamos a recordar solo algunas de sus vivencias.
Amigo de Cuba, protagonizó aquí asombrosas batallas que le dieron glorias, tanto en el éxito como en el entrecomillado revés. Es de los fundadores del Torneo Internacional Capablanca In Memoriam e intervino también en las adiciones segunda, cuarta y vigésima.
Ivkov tuvo buenas actuaciones en los dos primeros memoriales certámenes (1962 y 1963). En la edición 20, celebrada en 1985, triunfó en el grupo principal invicto —con 10 puntos—, dos más que los que le escoltaron. Sin embargo, su gran competencia, en la isla y tal vez en toda su existencia, fue el IV Capablanca (1965), con la atracción de que Robert Fischer jugaba mediante el teletipo desde el Marshall Chess Club, en Nueva York. En el país movía las piezas de Fischer José Raúl Capablanca, hijo.
Ivkov fue el único que logró derrotar a Vasili Smislov y a Fischer. Veamos a continuación el dramatismo de esta justa en las jornadas finales: A la altura de la ronda 16 lideraban Ivkov y Smislov (13 puntos, seguidos por Fischer (12).
En la ronda 18 Ratmir Jolmov derrotó a Fischer y el yugoslavo iba en la punta con 14,5 puntos, medio más que Smislov y uno más que Efim Gueller. En la ronda 19 Ivkov, con tablas, subió a 15 y fue virtual campeón, pues a Smislov lo frenó Eleazar Jiménez y lo mantuvo en 14, los mismos que Gueller. Quedaban solo dos rondas y entonces sucedió lo que ni Nostradamus podría vaticinar.
Un solitario revés tenía Ivkov frente a Jolmov, y le tocó medirse con el sotanero Gilberto García. Ante el asombro general “David venció a Goliat”, aunque siguía Ivkov de líder con sus 15 puntos, mientras Smislov y Gueller subieron a 14,5 y Fischer a 14. Así llegó la última ronda…
Smislov derrotó al polaco Zbigniew Doda, lo mismo que Fischer a Wolfgang Pietzsch, de la antigua República Democrática Alemana. Gueller con negras dividió ante el GM belga O’Kelly. Entonces otra vez vibran las gradas ante el asombro y casi la incredulidad. El GM austríaco Karl Robatsch hizo rendir al rey de Ivkov, y este vió como se le escapó de las manos el torneo de su vida, uno de los más singulares, importantes y emotivos en la historia del ajedrez.
El campeón es Smislov con 15,5 puntos. Los tres abrazados a continuación sumaron 15. El sistema de desempate S.B. favoreció a Ivkov (150.50) y recibió el trofeo de segundo lugar. Gueller obtiene el tercer puesto (145.00), en tanto Fischer queda fuera el podio (141.50). Aliciente para Ivkov ganó el premio de belleza en su partida con el holandés Johannes Donner.
En la Olimpíada de La Habana, 1966, el GM Borislav Ivkov, rindió para el 66,7 por ciento, desde el segundo tablero yugoslavo. En declaraciones a la revista CUBA aseguró: “La Olimpiada ha sido maravillosa. Es la mejor organizada hasta ahora”.
(Fotos: www.chess.com).
Te leo, te leo y mientras más te leo más quiero seguir leyéndote. Abrazo.