Transcripción de la entrevista a Javiera Olivares, periodista chilena y expresidenta del Colegio de Periodistas de ese país, en el espacio Al debate, de la Unión de Periodistas de Cuba, realizada el 25 de enero de 2022 sobre el tema Comunicación, política y poder en Chile.
Patricia María Guerra: Buenas tardes a todas las personas que nos siguen en estos momentos. Este martes 25 de enero estrenamos el espacio de videoconferencias “Al Debate”, de la Unión de Periodistas de Cuba, que propone examinar el estado de la comunicación actual en contextos internacionales desde el posicionamiento crítico tanto de periodistas como de profesionales vinculados al campo de la comunicación.
Hoy abrimos el diálogo con la periodista chilena y ex-presidenta del Colegio de Periodistas de ese país Javiera Olivares, quien ya se encuentra en línea y a quien envío un abrazo agradecido por aceptar esta invitación. Buenas tardes, Javiera.
Javiera Olivares: Hola, muy buenas tardes, un abrazo para ti y para todos y todas quienes nos están escuchando y mirando.
Patricia María Guerra: Un gusto inmenso inaugurar este espacio con una conversación con usted, así que permítame presentarla para quienes nos siguen. Javiera es diplomada en Estudios Internacionales de la Universidad de Santiago de Chile y magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos de la Universidad Alberto Hurtado. Fue reportera de diversos medios de comunicación, entre ellos el desaparecido diario La Nación Domingo, el cuerpo de reportajes de La Tercera, y también se desempeñó como corresponsal de Telesur en Chile. Actualmente es coordinadora del Programa de Libertad de Expresión y Ciudadanía del Instituto de la Comunicación y la Imagen de la Universidad de Chile. Milita en el Partido Comunista, y es la encargada política de las comunicaciones de esa colectividad, y se ha propuesto construir, junto a la sociedad organizada, una institucionalidad legal que permita darle voz a los sectores minoritarios y vulnerables que hoy son invisibilizados por las grandes transnacionales mediáticas chilenas.
Entonces creo que ahora podemos comenzar. Si algo está claro es que el Estado chileno ha tenido una actuación muy pobre en materia comunicacional, al punto de considerar que la mejor política pública de comunicación es no tener una política pública de comunicación; en este sentido, me gustaría que nos diera su análisis respecto al estado de la propiedad y circulación de los medios de prensa en Chile.
Javiera Olivares: Sí, efectivamente, yo creo que, la situación que pervive en Chile así como la de muchos otros países de América Latina es que de alguna manera el Estado, digamos, la sociedad en la cual vivimos, con características neoliberales en distintos ámbitos, lo que ha hecho es que se vayan privatizando muchos derechos humanos, que pasan a transformarse en bienes de consumo; es un contexto que también de alguna manera ha impactado, ha afectado la realidad del derecho humano a la comunicación, a la expresión, a la información, y aquello se traduce, en distintas consecuencias, una de ellas, por supuesto, es que el ecosistema de medios, la diversidad, el pluralismo de medios, no es, uno podría decir, la característica más fuerte, más clara, de esta democracia que tenemos en nuestro país, que bueno, como saben, es una democracia que ha sufrido distintas situaciones complejas durante la transición desde la dictadura de Pinochet hasta lo que tenemos ahora.
Ha habido muchas dificultades en el tiempo de democratización que se produjo en todo ese proceso, y diría que sin dudas desde el 18 de octubre de 2019 hubo un cambio abrupto con lo que se denominó a través de los medios de comunicación el estallido social, que en realidad fue una revuelta popular que de alguna manera puso todos estos temas sobre la mesa, y también puso el tema de la comunicación. Muchos de los rallados en esos días de movilización versaban: “Apaga la tele, apaga la televisión” o “No le creas a los medios”, “Queremos tener voz”, distintas frases que un poco ilustran estas características que yo muy brevemente trato de hoy día hacerles ver, relacionadas con estas dificultades de nuestra democracia, que ha ido de alguna manera cercenando o privatizando derechos que antes de la dictadura sí existían o a lo menos estaban en vías de consecución, entre ellos el derecho a la comunicación, a la expresión, etcétera.
Algunas características de esta realidad implican, por ejemplo, una alta concentración de medios privados, una desaparición de medios podríamos decir contrahegemónicos, alternativos, o que tienen una interpretación distinta de la realidad de aquellos vinculados a los grandes poderes económicos, y lamentablemente también una desaparición de los medios públicos, yo creo que eso es bien complejo, porque de ser un país que antes de la dictadura cívico-militar que comandó Pinochet, durante la dictadura de ese mando militar, y después de la dictadura los primeros años tuvo más diversidad, la verdad es que poco a poco esa diversidad ha ido cada vez disminuyendo, y hoy día estamos en el peor, en el peor escenario respecto de todos esos procesos históricos previos, o sea, hoy día hay menos diversidad, hay menos medios, hay más concentración de la propiedad, hay mucho también abuso laboral respecto de los trabajadores y las trabajadoras de las comunicaciones en general.
Entonces, la verdad, es un escenario complejo que empobrece el debate democrático, que tiene menos espacios para aquellos actores y actrices que son más bien vulnerables o que no tienen vinculación con los grandes poderes, por lo tanto, no son atractivos para las parrillas programáticas muchas veces.
Es un escenario muy complejo, y ya digo que ha empobrecido nuestro debate democrático, yo diría que está cambiando o está dando atisbos de comenzar a cambiar, y eso abre perspectivas muy interesantes en lo que estamos viviendo hoy día en Chile.
Patricia María Guerra: Ahora que hablábamos de cambios, en 2017 usted tuvo que renunciar a la presidencia del Colegio de Periodistas para asumir como candidata a diputada y llevar adelante una demanda por un verdadero derecho a la comunicación, ¿qué pasos se han dado en esta materia por insertar el derecho a la comunicación en la nueva Carta Magna que se redacta?
Javiera Olivares: Ha habido varias iniciativas interesantes, yo quisiera marcar un hito que incluso tiene más importancia, a mi juicio, que los avances legales o las propuestas legales que han existido, que las hay, que insisto, es esta revuelta que se produjo en las calles y que obligó, porque no hay otra palabra, al status quo de alguna manera a mirarse hacia adentro y decir: “Bueno, hay muchas cosas que hay que cambiar”, que es lo que da origen, de alguna manera, a la discusión constituyente que hoy día tenemos.
En muchas materias, el estallido social o la revuelta popular puso sobre la mesa derechos que habían sido cercenados por el neoliberalismo y que hoy día queremos recuperar para el pueblo, y la comunicación no fue la excepción, y si bien habíamos muchas personas, y muchas organizaciones sociales, y muchos partidos de izquierda también que habían puesto este tema como un tema relevante, yo diría que el estallido, la revuelta popular, le dio un nuevo impulso a este debate, lo trajo a colación, obligó a que hoy día, por ejemplo, los constituyentes y las constituyentes de nuestra convención constitucional, que es lo similar a una Asamblea Constituyente, con algunas diferencias pero es más o menos lo mismo, el órgano que discute la nueva Constitución, ha obligado, o ha presionado, o ha logrado, para decirlo en términos positivos, instalar este tema también en el ciberespacio; y hoy día, para responder tu pregunta, nosotros tenemos incluso una iniciativa de norma constitucional que está, planteando ampliar la promoción, la regulación, el cuidado, del derecho a la comunicación, del derecho a la libre expresión, del derecho a la información, que implica por un lado promover, ya digo, aquellos actores o actrices que han sido los eternos discriminados y discriminadas de las grandes parrillas programáticas de los medios masivos, pero también está hablando de la importancia de la comunicación pública, de los medios públicos, del rol del Estado a la hora de emitir contenidos informativos y culturales, y por otro lado, también de cómo sin hacer desaparecer a los medios privados, porque tienen que existir igualmente en una democracia como la que existe en Chile, bueno, y en general en cualquier democracia, existen los tres tipos de medios, privados, públicos y comunitarios, pero cómo hacemos que estos medios no sean los únicos, si eso es lo complicado, lo complicado es cuando tú tienes solo los medios privados, a lo menos en la experiencia chilena eso es lo que ha crecido muchísimo mientras los otros se disminuyen, entonces de alguna manera estas iniciativas buscan que existan estos tres sectores, que se equipare la cancha y hago este punto porque muchas veces los sectores podríamos decir retardatarios, que quieren mantener las cosas como están, lo primero que se le dice a los sectores progresistas, o de izquierda, o de avanzada, es que lo que se quiere es cerrar medios, y aparece el fantasma de la censura y el fantasma de que no queremos que existan más medios, y esa no es la realidad, la realidad es que queremos al revés, promover más discursos, promover más medios, promover aquellos medios pequeños, promover aquellos medios universitarios, aquellos medios públicos, aquellos medios feministas, en fin; y por ejemplo, para darte un ejemplo, esa norma constitucional que hoy día está en debate en la convención constituyente plantea este punto, plantea este punto.
Hay otra iniciativa también legal que habla específicamente del concepto del derecho a la comunicación, entendido como un derecho colectivo y no individual, de unos pocos, es decir, de los que tienen dinero, por ejemplo, para instalar un medio de comunicación, hay una iniciativa que versa sobre aquello y que fue ingresada por el Colegio de Periodistas junto a varios constituyentes también en la convención constitucional, es decir, a lo menos esas dos iniciativas hoy día están cursando, se están discutiendo, y paralelamente también hay diversos debates en la sociedad civil, en la sociedad al mundo político, sobre la necesidad de diversificar, dar más pluralismo y más diversidad a los discursos de los medios.
Patricia María Guerra: Claro, se trata de que haya una representatividad de todas las esferas de la sociedad.
Javiera Olivares: Exacto.
Patricia María Guerra: Entonces la idea de la prensa chilena como un territorio vacío, libre de reglas y de regulaciones, siempre al final ha terminado favoreciendo a los magnates que sostienen esa estructura oligopólica de los medios de comunicación en Chile, entonces desde su experiencia me gustaría que comentara por qué es tan importante en Chile una ley orgánica de comunicación, o una ley de medios, y de qué estrategias se han valido para posicionar este tema tan importante en la sociedad civil.
Javiera Olivares: Creo que hoy día es importante sobre todo pensar en que el nuevo proceso que está viviendo Chile, la nueva etapa, que para mí es un nuevo ciclo histórico de nuestro país, es necesario pensar en que todos los espacios que no se han democratizado lo suficiente se democraticen, por eso yo quisiera hablarlo esto de manera global, porque creo que no es solo un problema de los medios, es un problema de la democracia chilena en general, y cómo democratizamos más.
Yo quisiera insistir en derribar los fantasmas de la censura, los fantasmas de la idea de que lo que se quiere es cerrar medios, no, por el contrario, aquí lo que se quiere es potenciar los derechos humanos, potenciar los derechos de las personas, y en este caso potenciar el derecho a la comunicación, y en muchos casos aquello requiere que existan regulaciones que favorezcan esta promoción, por eso es relevante que discutamos la posibilidad tanto desde la nueva Constitución como desde las figuras legales, que existan nuevas y mejores maneras de promover más voces, porque más voces a la larga serán más democracia, ese es el punto; entonces en ese sentido, claro, algunos actores como por ejemplo el Colegio de Periodistas, han hablado de ley de medios o de ley orgánica de comunicación, que tiene que ver con esta idea de garantizar el pluralismo, de buscar nuevas formas de garantizar el pluralismo, porque con las que tenemos al menos hasta ahora no ha sido suficiente.
Como tú bien dices, de algún modo la transición democrática, este paso que recién yo diría que hoy está terminando con este nuevo ciclo histórico entre dictadura y democracia, que ha sido una larga transición chilena, larguísima, que recién hoy día nos tiene discutiendo la nueva Constitución que heredamos de Pinochet, digamos, este largo proceso de transición no benefició necesariamente más pluralismo, sino que como tú bien señalas, de alguna manera fue favoreciendo los oligopolios y en algunos casos los monopolios, o los duopolios en el caso de la prensa escrita, por ejemplo, los monopolios en el caso de la distribución, entonces yo te diría, por todas esas razones es hoy día importante sentarnos a discutir lo que muchos actores sociales han planteado, que son nuevas regulaciones en materia, ya digo, constitucional y legal; si le quieren llamar a eso ley de medios, ley de comunicaciones, ley de la diversidad, o sea, busquemos el mejor nombre, de manera que ese nombre nos haga sentir incluidos e incluidas a todas y a todos, no busquemos, creo yo, excluir, sino al revés, incluir, y sobre eso es importante sentarnos a discutir.
En el fondo, el momento histórico del gobierno que se inicia también es relevante a favor de estas discusiones que tenemos que dar para profundizar nuestra democracia.
Patricia María Guerra: Y esto sería a nivel legislativo, constitucional. ¿Cómo hacer entender a la ciudadanía chilena la importancia de una ley de medios?, ¿qué estrategias han trazado desde la comunicación?
Javiera Olivares: Yo creo que hay algo ya de eso avanzado, yo te decía que en la revuelta popular la gente lo pedía en las calles, o sea, hubo un momento en que los medios de comunicación no lograron dar abasto respecto de lo que estaba pasando en la calle, o sea, en la calle se estaban produciendo movilizaciones, claro, en algunos casos más radicales, pero también hermosas, había muestras culturales, la gente estaba feliz, la gente gozaba en la calle al encontrarse con el vecino, con la amiga, con el compañero de trabajo, con la compañera de la universidad, y eso no siempre aparecía en los grandes medios digamos oligopólicos, podríamos decir, o masivos, asociados a ciertos poderes fácticos que existen en Chile, y entonces la propia gente empezó a decir: “Bueno, no le creamos a la tele, busquemos otros medios”, y medios comunitarios, medios alternativos, empezaron a hacer las veces de los principales difusores de contenido de lo que estaba ocurriendo en la calle, imagínate lo que te estoy diciendo, o sea, contra todo pronóstico, las grandes empresas de comunicación de alguna manera pasaron a segundo plano, lo que fue bien bonito desde el punto de vista de que la gente se empezó, yo diría que a lo mejor la gente ya se había dado cuenta, pero como que se hizo carne esta necesidad de tener otras voces.
A mí me tocó hablar con muchas personas porque me tocó investigar sobre este tema en esos meses a propósito de mi tesis doctoral precisamente, y me acuerdo de, por ejemplo, un caso de una familia específicamente que vivía muy cerca de la Plaza de la Dignidad, en donde se dieron las principales movilizaciones en Chile, en el centro de Santiago, una de las avenidas más importantes, y esta pareja, que era una pareja de adultos mayores, me decía: “Yo para salir de mi departamento e ir hacia la calle la verdad es que ya no prendo las noticias de la televisión, me fijo en mi celular, en Twitter, o busco la radio comunitaria de tal población —que las poblaciones son aquellos sectores más humildes de Santiago—, para poder informarme de si realmente hay o no movilizaciones afuera y si de verdad hay tanta violencia como dice la televisión o no”, entonces, y te estoy hablando de gente adulta mayor, que no necesariamente tiene tanta cercanía con las, comillas, nuevas tecnologías o las tecnologías virtuales.
Se produjo algo muy lindo, muy virtuoso, donde la propia gente empezó a exigir comunicación veraz, y yo creo que eso nos ha permitido hoy día avanzar mucho a la hora de decirle a las personas, a la ciudadanía, que necesitamos más y mejores medios de comunicación, que necesitamos diversificar muchas más voces, que es importante que una mujer indígena tenga la misma visibilidad que un diputado de la República, que un doctor tenga la misma audición, digamos, o posibilidad de vociferar en una radio, que una mujer que trabaja de empleada en una fábrica, en los supermercados de las grandes cadenas de, digamos, aquí de grandes empresas transnacionales, que las hay en Chile, muchísimas.
Entonces creo que esa, lo que te quiero decir es que hoy día hablar con la gente de estos temas me parece que es menos difícil que hace cinco o diez años atrás, hoy día hay una cercanía, una mayor proximidad a estas preocupaciones.
Y a mí me parece que tanto la convención constitucional, que ha hecho su trabajo de territorio y que lo va a seguir haciendo de aquí hasta que se escriba la Constitución, es un gran elemento, una gran herramienta para debatir con la gente en las calles, en los territorios, estos temas, y también lo va a hacer el nuevo gobierno, y las nuevas autoridades que asuman y que están asumiendo ya. Tenemos un gabinete de ministros y ministras donde estos temas van a estar en los espacios que corresponda seguramente.
Entonces, creo que hay una tarea importante ahí de conversar, dialogar con la gente estos temas, también de las propias organizaciones sociales, también del Colegio de Periodistas, pero creo que ya nos va a costar tanto, ya hay un terreno de alguna manera fértil donde poder trabajar estas temáticas, que van a profundizar, insisto, nuestra democracia.
Patricia María Guerra: Ahora que hablábamos del avance de esa privatización de los medios y del escaso pluralismo que hay en la prensa chilena, le pregunto si el régimen de propiedad privada garantiza la libertad de expresión.
Javiera Olivares: A ver, yo creo que la garantía de la libertad de expresión, del derecho a la comunicación, del acceso a la información de interés público, es un deber que tiene que ser garantizado por el Estado, no es la propiedad privada, no es su interés hacerlo.
Ahora, el régimen que existe hoy día, digamos, régimen es una palabra para denominarlo, pero podríamos decir también el ecosistema de medios o el sistema de medios que existe en Chile hoy día, que es fundamentalmente privado, que es fundamentalmente concentrado en pocas manos, que es fundamentalmente asociado muchas veces a la extranjerización del capital, obviamente ilustra lo que hablábamos antes, que el Estado no ha tenido la suficiente posibilidad, o tal vez convicción política, para decirlo en otras palabras, de regular y promover más y mejor libertad de expresión, de manera de que no solo existan estos privados.
Los privados van a seguir existiendo, y están, y ellos van a querer hacer, obviamente, su mejor negocio, eso es así en cualquier lugar del mundo, los que tenemos somos aquellos que estamos en posibilidad de incidir e intentar por todos los medios que este nuevo Estado en este nuevo ciclo político, que tiene las características que yo te he descrito, especialmente fue el 18 de octubre de 2019, de alguna manera tome la iniciativa, tenga la convicción política para diversificar los medios, para tener más voces, para profundizar la democracia, para que termine con los estereotipos, para que existan, por ejemplo, figuras tan interesantes, y que existen en muchos países del mundo, como una defensoría de las audiencias, defensoría de los públicos, que lo que hacen es, por ejemplo, educar a los públicos y decirles: “Ustedes tienen derechos, ustedes pueden exigir que se les trate con respeto, que por tener determinada religión, orientación sexual o color, no pueden ser ni discriminados, ni discriminadas, ni maltratados ni maltratadas por los grandes discursos mediales”; esas cosas, esa educación mediática hoy día se puede hacer, o creo que debiera hacerse, es el momento de hacerla, por lo tanto insisto, la culpa, de alguna manera, la responsabilidad, no es de los privados, es de hoy día los poderes políticos, que me parece que tienen que actuar, y creo que van a empezar a actuar, estoy muy esperanzada en el nuevo Chile que se está construyendo, en la nueva Constitución que va a emanar de la Convención constitucional, y en el nuevo gobierno que se inicia ahora el 11 de marzo próximo.
Patricia María Guerra: Esa concentración mediática, que de alguna manera a veces parece imparable, detrás de ella están los mismos que montaron campañas mentirosas, campañas difamatorias, para configurar la hegemonía discursiva de Pinochet, ¿cómo cambiar ese escenario de concentración y de anulación de los derechos a la comunicación por parte de la ciudadanía?
Javiera Olivares: Bueno, tiene alta relación con lo que hemos venido hablando. Yo creo que primero hay que establecer muy claramente cómo se va a garantizar el derecho a la comunicación, información, y expresión y acceso a la información de interés público en la nueva Constitución de Chile. La Constitución democrática que se está discutiendo es la cúspide del ordenamiento jurídico que va a definir nuestro país, y que de alguna manera yo espero, y creo que para allá vamos, va ahora a dar, va a empezar a horadar el neoliberalismo o las bases de este Estado subsidiario que ha sustentado el neoliberalismo, y creo que la Constitución debe garantizar este derecho lo mejor posible, y eso implica buscar la manera, los abogados ahí tendrán la palabra, y las abogadas, pero buscar la manera de establecer el mejor acápite, el mejor inciso que indique que el Estado debe garantizar este derecho de manera individual, es decir, que cualquiera de nosotras y nosotros pueda decir su opinión y no ser asesinada o asesinado por eso, efectivamente eso es muy importante, y eso hoy día hay que cuidarlo.
También hay que garantizar este derecho de manera colectiva, es decir, que el pueblo de Chile en su conjunto reciba la información diversa, sin discriminaciones, desde distintas perspectivas, y para eso hay que garantizar una diversidad de medios; entonces a mí me parece que la Constitución debiera buscar la mejor redacción para establecer todo esto, este derecho de manera individual, este derecho de manera colectiva, y el pluralismo necesario, que exista diversidad, que no existan solo privados, que existan medios públicos, que existan medios comunitarios, y que existan medios también privados, pero por supuesto, que con cierta regulaciones como en todos los países del mundo, no es nada lo que estamos diciendo, no estamos ni siquiera descubriendo la pólvora, más bien estamos aprendiendo, ensayo/error, de lo que han hecho otros países, otras democracias, que han logrado diversificar un poco más sus medios de comunicación.
Patricia María Guerra: Javiera, ahora con la llegada de Gabriel Boric al poder, ¿qué perspectivas reales existen de crear o de fundar un sistema de comunicación realmente participativo y diverso?
Javiera Olivares: Bueno, yo te decía hace un rato que estoy súper esperanzada, creo que hay posibilidades reales hoy día de avanzar, por supuesto que uno no siempre va a lograr conseguir todo en un solo gobierno, pero sí creo que a lo menos avanzar, establecer las bases para generar cambios en el sistema de medios que tenemos; por ejemplo, el programa del presidente Boric establece la necesidad de tener un sistema de medios públicos, que eso es muy interesante porque yo te decía antes, antes de la dictadura, durante la dictadura, y después, los primeros años que terminó la dictadura, siempre hemos tenido más diversidad e incluso más medios públicos; hoy día no tenemos eso, el primer gobierno de Sebastián Piñera privatizó ese diario La Nación, hoy día solamente nos queda Televisión Nacional, que es el canal público, ¿cuál es el problema de Televisión Nacional?, que se financia de manera privada a través de publicidad, entonces obviamente no puede responder a sus principales deberes como canal público porque tiene que responder también a lo que los avisadores le piden para poder entregar los recursos necesarios, entonces ya solo el hecho de sentarnos a pensar sobre medios públicos yo creo que es un gran logro, un gran desafío más bien, que se propone este gobierno; si eso se llegara a lograr, si nosotros lográramos sentar las bases de un sistema de medios públicos para Chile me parece que ya habría una parte importante del camino avanzada en términos de equilibrar, emparejar un poco el escenario, es decir, ya no habría solo privados, también habría un medio, o medios, o un sistema de medios, ojalá, de carácter público, que por deber, por su deber y por su razón de ser tendría que incorporar voces diversas, voces de origen por ejemplo mapuches, voces asociadas a la diversidad sexual, voces asociadas a los distintos pueblos-naciones que participan de este territorio que se llama Chile, ¿cierto?, es decir, estarían obligados, si existiera ese sistema de medios públicos estarían obligados a incorporar en sus parrillas este tipo de contenidos, lo que sería una absoluta, no solo una absoluta novedad sino también un tremendo aporte a lo que existe hoy día en los medios de comunicación chilenos; yo creo ahí ser muy justa, porque a veces las y los periodistas dicen: “Bueno, pero si nosotros hacemos los mejores intentos y sí hemos llevado mapuches a algunos programas”, y sí, efectivamente eso ha ocurrido, y yo creo que cada vez la televisión se ha ido abriendo más, de hecho comentaba antes, con el estallido social o la revuelta popular los canales, de alguna manera los canales masivos, por ejemplo, la televisión se vio obligada a cambiar sus parrillas y empezaron a invitar a gente que no había invitado hace décadas, entonces yo creo que han habido cambios, para ser muy justa, pero desgraciadamente esos cambios no van a ser suficientes en la medida en que no exista un pluralismo estructural donde la diversidad de medios sea mayor, donde tú tengas, por ejemplo, medios de comunicación televisiva, que siguen siendo de los más masivos pese a las tecnologías virtuales, donde tengas canales de televisión diversos, o sea, que existan, por ejemplo, canales abiertos y masivos para quien quiera y pueda verlos, de carácter universitario, de carácter comunitario, con mayor diversidad editorial, en fin.
Entonces efectivamente, yo creo que viene un tiempo auspicioso, yo creo que es posible, muy posible, que las cosas cambien de buena manera en este gobierno, que se inicien los primeros cambios necesarios para modificar este sistema, y también, como te decía antes, los cambios constitucionales van a ayudar en eso, la nueva Constitución más bien.
Patricia María Guerra: Y yo creo que es fundamental lo que decías ahorita, y me gustaría que también comentaras un poco sobre eso, de la importancia de la educación popular, cómo todo depende también de la capacidad que tengan no solo los periodistas, sino también como tal los nuevos directivos de medios, de educar a la ciudadanía y de mostrarles los derechos que tienen realmente con la comunicación, que yo creo que de eso depende mucho este nuevo sistema de medios y estos nuevos cambios que se avecinan, ¿verdad?
Javiera Olivares: Absolutamente. Yo creo que va a ser muy interesante que la ciudadanía, que el pueblo organizado y no organizado, es decir, las personas que están en su casa incluso, conozcan que tienen derechos respecto de estas materias, porque las personas no exigen derechos que no conocen, o sea, si las personas no saben que tienen derechos asociados a su dignidad, a la comunicación, entendida como un derecho que les pertenece también, a la expresión, al acceso a información diversa de interés público, no van a exigirlo mientras no sepan que esto existe, que es parte de los derechos que les pertenecen, no lo van a exigir; por lo tanto creo que esa posibilidad preciosa de educar y autoeducarse también, porque cualquier institucionalidad que eduque, que participe, que se comunique con las y los pobladores, las y los ciudadanos, también a la vez se enriquece, también es una educación de ida y vuelta; si esos procesos virtuosos se dan y se producen yo creo que la gente va a tener cada vez más conciencia de estos derechos, y esta semillita que se expresó tan claramente en la revuelta popular va hoy día a significar una exigencia clara y concreta de las personas a tener más y mejores discursos mediáticos, y además, más diversidad de medios, y yo creo que eso, insisto, en las condiciones de hoy día creo que están.
Las condiciones, podríamos decir objetivas, han estado siempre, pero hoy día también están las subjetivas, o sea, está este deseo de la gente de más democracia, está la reciente revuelta popular que ha ocurrido, ha triunfado un gobierno que tiene una propuesta de medios públicos y de una diversidad y una promoción mayor de los discursos democráticos en el país, y hay además exigencias de otros derechos que de algún modo se asocian al derecho a la comunicación, el derecho a más cultura, al derecho a más y mejor educación, al derecho a la equidad de género, son derechos que tangencialmente se relacionan con la comunicación y que también van a estar cruzando en importantes avances, entonces yo creo que ahora es cuando se va a producir esta posibilidad de educar y autoeducarnos, y sinceramente espero y creo que el Estado cumpla un papel en esas materias, yo creo y espero que así vaya a ser.
Patricia María Guerra: Ahorita, que hablábamos de esta pareja de adultos que usted entrevistó y que le decían: “No, preferimos no atender a la televisión y seguir todo por las redes, salir aquí, participar”, ¿qué función han tenido las redes sociales en las revueltas y en este cambio que vive ahora Chile?
Javiera Olivares: Yo creo que han sido importantes desde el punto de vista de que siempre, bueno, históricamente desde que conocemos la imprenta y todas las tecnologías que han surgido con el paso del tiempo siempre han sido relevantes a la hora de difundir mensajes, a la hora de avanzar en más instantaneidad, en más rapidez, quizás la gran diferencia, yo creo, hoy con estas nuevas tecnologías, que ya son cada vez menos nuevas, uno dice nuevas pero en realidad para personas de mi edad a lo mejor son nuevas pero para los chicos y chicas que han nacido diez o veinte años después que yo ya no son nuevas, nacieron con eso, pero creo que estas tecnologías, digamos, la diferencia o el aporte inmenso que han hecho, primero, es que tienen muy bajo costo, por lo tanto a lo menos en países como el mío es fácil acceder a ellas, relativamente fácil, y por lo tanto cualquiera que maneje hoy día un aparatito de estos, un móvil, puede perfectamente transformarse de algún modo en comunicador o comunicadora, por supuesto no en periodista porque a lo mejor no está toda la disquisición ética que recibimos los periodistas en la universidad, en fin, pero sí a lo menos puede comunicar, que eso a mí me parece muy bien, porque eso también va nutriendo de contenidos; en el caso de la revuelta popular, por ejemplo, yo les quiero decir que prácticamente la mayor parte de las violaciones a los derechos humanos que cometió el gobierno de Sebastián Piñera las conocimos por estas vías, no las conocíamos inicialmente por los grandes medios, las conocimos por las redes sociales, las conocimos porque una persona grabó en su celular y lo envió a un medio comunitario y ese medio lo difundió a sus redes, y esas redes las veía más gente, y así se fue amplificando y de alguna manera rompió el cerco informativo de los grandes medios, que se vieron también obligados a contar lo que estaba pasando, entonces sí tuvieron un papel, yo creo que sí tuvieron un papel, y sí ayudan muchísimo.
Ahora, si tú me dices, ¿es suficiente?, o sea, porque alguien podría decirme: “Bueno, si ayudaron tanto dejemos todo igual y que todos tengan un celular, un móvil, y listo, y resolvemos el problema”, no, yo creo que ayudan muchísimo, son importantes, van a seguir siéndolo, pero no son suficientes, en la medida en que no necesariamente todos y todas acceden a ellas, por la dificultad, por la edad, igualmente por el costo, muchas veces porque en distintos territorios no hay tampoco la misma capacidad de acceso a este tipo de tecnología, pero además también porque así como existen estos contenidos bondadosos, podríamos decir, y que cuentan una situación veraz que está ocurriendo, también hay muchas, fake news se les llama ahora, pero yo diría mucha mentira de plano, digamos, muchas informaciones falsas, pero además, que malintencionadamente buscan tener o parecer veraces; entonces tiene de bueno y de malo, han sido muy importantes, sí, ¿son suficientes?, no, yo creo que acompañado a esa tecnología tiene que existir esta otra de tener políticas públicas que democraticen los discursos, de manera de que acompañando estas nuevas tecnologías haya una definición, una convicción política de una democracia, de querer tener más y mejores posibilidades de comunicación para todos y todas sin distinción ni diferencia porque nacieron en tal lugar, o porque profesan tal credo, o porque tienen determinada orientación sexual.
Patricia María Guerra: Muchísimas gracias, Javiera, ha sido un gusto inmenso poder contar con usted en esta primera transmisión, y le envío un abrazo desde la Unión de Periodistas de Cuba. Luego este diálogo lo vamos a transcribir y se publicará en nuestra página web, así que ya tendrá aviso. Un abrazo.
Javiera Olivares: Muchas gracias a ustedes y un abrazo enorme a las y los periodistas cubanos, les deseo el mejor de los éxitos y que bueno, que todo vaya bien para ustedes, un abrazo fraterno.
Patricia María Guerra: Abrazos.