La entrevista titulada “En las aguas tranquilas de Serguey Torres”, realizada por Jorge Luis Coll Untoria, conquistó mención en el más reciente Concurso Nacional de Periodismo Histórico.
El texto, publicado en el semanario Trabajadores, el 20 de julio de 2021, es un relato de vida que cumple con lo que se llama historia reciente, y con el periodismo que necesitamos cada vez más. No oculta vicisitudes ni decisiones injustas que han herido al deportista espirituano. Asimismo, comunica las alegrías y tristezas más presentes en él, con un lenguaje a la altura del contenido.
Estremece la triste verdad que extrajo el entrevistador del pecho del interrogado. Antes escribió: “…llegará a la cita bajo los cinco aros de Tokio con posibilidades de saldar la deuda que tiene con él mismo. Se siente con fuerzas. Seguro. Literalmente, ha tenido que remar mucho para llegar hasta aquí, en ocasiones con viento en contra”.
Por poco se queda debiendo. Al frente, un ciclón. El periodista y Serguey Torres Madrigal, sobre el barco de la conversación, se remontan a aquel cuarto lugar en la Copa del Mundo de Poznan, 2019.
La regata casi les cuesta su salida del C2, “… a pesar de que solo quinientas ochenta y cuatro milésimas los separaron del oro a él y a Fernando Dayán”. Existen funcionarios a los que solo les interesan las medallas, las doradas ante todo. Uno de esos soslayó la estabilidad de resultados del dúo.
Coll Untoria revela que “… al llegar a Cuba se produjo una reunión con un metodólogo del Cerro Pelado. Serguey pensó que los felicitarían por la competencia, pero como jarro de agua fría le comunicaron que no integraría más el C2”.
Otro golpe bajo agregaba: “Podía seguir en el C1 si remaba 3:47, casi un insulto tomando en cuenta que en ese momento marcaba 3:50. .Además, entrenaría solo, porque la otra parte del grupo iría a México. Muy molesto dije que no estaba de acuerdo y que separarme del bote lo consideraba una injusticia”, recordó el deportista. Lo salvaron directivos de peso al evitar el error. No ignoraron que el desempeño, a nivel mundial, constituía aval suficiente para respetarlo, para creer en él.
Observen la hoja de servicios que jamás debían haber olvidado: 23 medallas en Copas del Mundo —12 de oro, 8 de plata y 3 de Bronce—, nueve en Campeonatos Mundiales —0-6-3—, cinco en Juegos Panamericanos —4-0-1— y seis en Centroamericanos del Caribe —5-1-0—. En la mayoría de las batallas, utilizando botes pasados de moda, con necesidad de mayor fogueo, y otros obstáculos, casi todos venidos desde el bloqueo yanqui.
Dayán también se opuso al desaguisado que quería sacar de la lid al veterano que, a sus 34 años, mantenía potencia atlética e ilusiones. Como señaló entonces el reportero: “Lo principal es alcanzar la presea olímpica, esa que le falta a su impresionante palmarés…”. Y expresó su confianza en ese hombre en relación con el papel desempeñado en Tokio 2020.
Otro gran valor del escrito: apareció en la prensa mucho antes del “nocao” propinado en la magna cita a quien no creyó en Torres. Esta victoria fue una de las más reverenciadas por los dirigentes del Comité Olímpico Internacional.
El as había sufrido las trompadas de los dogmáticos, desde los inicios: en remo y judo, los profesores lo rechazaron por su poco tamaño y porque no le veían perspectivas… “Entonces, llegué a la cátedra de kayak. Como se dice: ‘lo que esta pa’ ti, nadie te lo quita’.
Cuando la madre y él le preguntaron al profesor de canotaje, Pedro Hernández, este les comunicó que le hacía falta una sola plaza. “Tal vez yo no era la mejor opción, pero resultaba complicado salir a buscar talentos para una sola boleta. Él me tomó las medidas y di el mínimo en todos los parámetros. Así entré”.
En la Escuela de Iniciación Deportiva, a los13 años… “Hasta hoy no he vuelto a estar en un ambiente hogareño. Mucho tiempo le he dedicado a esto, tanto que cuando acabe tendré que empezar una nueva vida. Mi familia siempre me ha apoyado. Como la selección nacional radica en La Habana, es difícil pues no podemos compartir juntos lo necesario, pero estamos en contacto por teléfono”.
Asegura el periodista Jorge Luis: “Serguey Torres no olvida de donde viene y tampoco hacia qué objetivos se dirige. Sabe que parte de su éxito le corresponde a sus entrenadores, a quienes le precedieron y a sus diversos acompañantes en la canoa”.
El entrevistado le aseveró también: “Si pudiera ir atrás y cambiara algo, entonces no aprendería de los errores. No soy perfecto y los he cometido; pero eso te enseña y te hace más fuerte, así que no cambiaría nada, porque las cosas que han pasado me han hecho lo que soy hoy”.
Imagen de portada: Serguey Torres. Foto tomada de Trabajadores