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Jorge Pérez: Diagnóstico y tratamiento, claves para poner fin al SIDA

El nombre del Doctor Jorge Pérez Ávila está definitivamente ligado a la historia y evolución VIH-SIDA en Cuba. Durante las últimas cuatro décadas, él ha estado en la cabecera de la cama de sus pacientes, ha escuchado y escrito sus historias y defendido para ellos la aplicación del sistema ambulatorio; también ha encabezado estudios sobre terapéuticas contra el virus y la enfermedad, por solo citar sus concurrencias más genéricas.

“La meta o el lema de este año para recordar el Día Mundial del SIDA ha sido Poner fin a las desigualdades, poner fin al SIDA, poner fin a las pandemias”, precisa con la inmediatez de la celebración reciente. Aunque tiene acotaciones que hacer a cada uno de estos propósitos.

“Poner fin a las desigualdades es prácticamente una quimera. Las desigualdades están presentes en todas las sociedades. Sin embargo, no es lo mismo vivir en un país desarrollado que en uno subdesarrollado. No es igual, África que Centroamérica. Es muy diferente la manera en que puede enfrentarse este problema de salud en Estados Unidos, Canadá e Inglaterra, naciones que tienen una economía poderosa”.

En este sentido, el experto también piensa que deberían eliminarse todos los bloqueos. “No solo los que sufren Cuba, Nicaragua y Venezuela; también los que ejercen los países ricos sobre los más pobres. Las regiones del África subsahariana, por ejemplo, prácticamente no tienen acceso a las vacunas contra la Covid-19, porque no tienen dinero y las que les llegan son pocas y próximas a su vencimiento, en países donde no hay cadenas de frío y no están preparados para el proceso de vacunación”.

Lo mismo pasa con el VIH —subraya—, cuyo tratamiento conlleva fármacos costosos y que requieren de un sistema de distribución y enfriamiento.

“El asunto entonces es eliminar las desigualdades en el trato a los seres humanos, en el acceso a las tecnologías y a los medicamentos. Ojalá el mundo pueda librarse algún día libre de estas dolorosas inequidades”.

Poner fin al SIDA

Fundamentalmente a través del tratamiento antirretroviral y del diagnóstico de los casos positivos, puede acabarse con esta pandemia, afirma Pérez Ávila. “Hay que tratar la infección por VIH con inmediatez y medicamentos poderosos que existen ahora. Estos son capaces de abolir prácticamente la carga viral en pocas semanas o meses. Si la persona tiene una carga viral indetectable no transmite la infección”.

Acerca de la meta propuesta por ONUSIDA: acabar con el SIDA para el año 2030, basada en el conocido plan 90 x 90 x 90, el Doctor Jorge Pérez explica que para alcanzarla es necesario que sean detectadas el 90 por ciento de las personas portadoras del VIH que existan en cada país y que estas puedan ser tratadas. “Se sobreentiende que la pandemia termina si ese 90 por ciento identificado recibe atención y tratamiento inmediatos, y consigue tener una carga viral indetectable”.

Pero este es otro sueño, insiste. “Muchos países que no tienen dinero, recursos, y tampoco se los proveen, para poder suministrar esos tratamientos efectivos. Aun así, seguimos soñando con que se eliminen las diferencias entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado, o que la brecha se haga mínima y se pueda tratar a todas las personas con los antirretrovirales precisos y así consigan un desarrollo feliz de sus existencias, tener descendencia y vivir tanto como una persona que no tenga el VIH o el SIDA.

Cuba

Al referirse al contexto cubano, “con el bloqueo recrudecido y una pandemia que ha sido muy severa —y que todavía puede serlo con la amenaza de nuevas cepas—, bajo control gracias al desarrollo de nuestros científicos”, Pérez Ávila alude las afectaciones que ha sufrido la atención médica en el país y el impacto que esta y los problemas económicos tienen en la atención a los pacientes con VIH.

“Hasta el 23 de noviembre del 2021 se habían detectado en el país 36 784 personas portadoras del virus, de las cuales un 84,4 por ciento son hombres y un 19,6 por ciento mujeres.

“La tasa de prevalencia del VIH entre 15 y 49 años es de 0.4 por ciento, la de niños menores de 15 años (en Cuba se eliminó la trasmisión materno infantil entre 2014-2015) está en 0.002 por ciento; en adolescentes hasta los 18 años, 0.06 por ciento. Significa que los muy jóvenes, los jóvenes y los niños están prácticamente libres de infección por VIH.

“La prevalencia entre mujeres trans es de 23.9 por ciento. Entre los hombres que tienen sexo con otros hombres, entre 15 y 49 años, 4,3 por ciento. Esta transmisión llega a un 5,7 por ciento en hombres y a un 2,7 en mujeres.

“En general, este año, en casi todos los grupos principales de pesquisa disminuyó el número de casos diagnosticados, fenómeno asociado a una merma en el número de pruebas realizadas debido a la pandemia de la Covid. Solo han sido detectados 958 casos, casi mil menos que en el año precedente y menos que en los anteriores”, precisó el experto.

“Con respecto al 2020, Pinar del Río, Matanzas, Sancti Spíritus, Holguín y Granma presentan las mayores disminuciones en el diagnóstico de nuevos casos”.

Otros datos aportados por Pérez Ávila indican que las provincias que concentran una mayor incidencia acumulada de personas que viven con VIH en el país, desde 1986, son La Habana, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. “En la capital se concentran casi el 53 por ciento”.

En cuanto a la mortalidad, dijo que todas las provincias presentan una disminución, excepto la Isla de la Juventud, Camagüey, Ciego de Ávila y Las Tunas. “La disminución global es de un 18 por ciento”.

90 x 90 x 90

De acuerdo con el sistema computarizado Spectrum, que aplica ONUSIDA, se estima que en Cuba debe haber 43.649 seropositivos. “Ese sería su 100 por ciento. Pero el real diagnosticado es 36.784, y viven con VIH un 70 por ciento de esa cifra: 29.768 personas. Asimismo, la isla tiene el 93,5 por ciento de las personas vivas con VIH  bajo tratamiento con antirretrovirales, más que lo propuesto por ONUSIDA en su plan 90 x 90 x 90.

“La trasmisión en isla debe continuar si no encontramos al menos el 90 por ciento de los potenciales portadores, y hemos disminuido este año a un 70 por ciento: un 20 por debajo de lo que deberíamos tener, cuando casi siempre hemos alcanzado un 81 u 82”.

Por otra parte, el Doctor Jorge Pérez explicó que por no haber podido acceder a la prueba de carga viral, se desconoce cómo está la carga viral de numerosos pacientes. “Por lo tanto, la trasmisión continuará silente durante muchos años si esto no se revierte”.

Al respecto, acotó que está en curso un plan intensivo, encabezado por el jefe del programa de las ITS, VIH y Hepatitis del Ministerio de Salud Pública, el doctor Manuel Romero, junto al equipo de trabajo del programa, para hacer los exámenes de cargas virales y saber cuáles son nuestros principales problemas y cuántos pacientes tienen la carga viral indetectable. (Tomado de Cuba en Resumen). 

(Imagen destacada: El Doctor Jorge Pérez fue condecorado recientemente con el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, entre los diez eminentes científicos cubanos a quienes les fue otorgado el lauro mediante decreto presidencial).

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Flor de Paz
Periodista y Editora.

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