En el patio interior del Museo de la Ciudad, este lunes 15 de noviembre, será develada una tarja conmemorativa en homenaje a Eusebio Leal. En la obra, instalada en la pared que resguarda un banco donde el Historiador acostumbraba a sentarse, aparece el rostro del hombre que entregó la mayor parte de sus energías a transformación de La Habana Vieja; se trata de un altorrelieve del escultor Leo D’ Lázaro.
Para el artista, esta ha sido una experiencia singular en su trayectoria. “Como tener a Leal de invitado en mi casa durante el proceso de la obra”. No realizo rostros con mucha frecuencia —aclara—, a no ser que se trate de alguien capaz de transmitirme una inspiración particular y profunda.
Y así ha sido. Durante el proceso de creación Leo se ha sentido como si estableciera una conversación con Eusebio. “Nunca la tuvimos, a pesar de desarrollar una parte de mi obra en La Habana Vieja, y de admirar la inmensidad de la suya. Me parece que ese ‘diálogo’ aguardaba este momento”.
El escultor cuenta cómo la imagen del Historiador comenzó a nacer rápidamente entre sus manos mientras modelaba la figura. “Mi esposa Amy y yo—y hasta nuestra pequeña hija Lluvia—, sentimos la presencia de Eusebio en la casa mientras se revelaba en la arcilla cada rasgo de la morfología de su rostro. En gestos sutiles, hallé la historia de avatares de su existencia, que cada vez más ponían vida a la figura que iba naciendo, al punto de sentir las vibraciones de su voz bajo los amasijos del material dúctil”.
Imágenes audiovisuales de Eusebio aparecieron en la pantalla del televisor del escultor en esos días de trabajo, “gracias a la gentileza de mi amigo Argel Calcines, autor de la concepción epigráfica de la tarja y editor de la revista Opus Habana, quien en constantes visitas reflexivas y cafés de trabajo llevó personas especiales a visitarme. A Javier, hijo de Leal, por ejemplo, quien tuvo la amabilidad de regalarme uno de los espejuelos del padre para incorporarlo a la obra.
“Mi casa adquirió entonces luces de otros matices, y la música que se escuchó fraguó acordes diferentes. Fue un proceso creativo totalmente emocional, tan profundo y placentero que aun cuando ya estuvo el rostro fundido en yeso le seguía dando pequeños toques a cada detalle”.
Otros pormenores de la escultura fueron revelados por el artista. “Decidí realizar un altorrelieve, casi a volumen completo. No es muy común en una tarja, pero mi idea es que las personas se sientan muy cercanas a Leal cuando observen la obra. Por eso, su rostro está a tamaño natural, tiene la boca abierta (como quien está hablando) y la figura queda a la altura del espectador. Todo está concebido para crear esa atmósfera íntima con el personaje, tal y como yo lo sentí mientras esculpía”.
Argel Calcines, quien ideó la realización de este homenaje, encabezó un equipo de trabajo compuesto por el escultor Leo D’ Lázaro, los maestros fundidores Carlos A. Rojas Arauz y Daniel Aurelio Torres Fajardo, apoyados estos últimos por José Duverjer Aliaga y Juan Carlos Botello. (Publicada en Cuba en Resumen).
Felicitaciones Leo, siempre poniendole alma, corazón y vida a todo lo que haces
Que bien
Gracias al Maestro Leo de Lazaro, gracias por traerlo nuevamente a nosotros ala gran Eusebio de la Habana.
Eterno agradecimiento a Leo D’Lazaro y equipo creativo por este homenaje a nuestro Leal.