“¿Ya tenemos el tema para esta semana?”. Cada martes, sin falta, el mismo mensaje llega a mi WhatsApp. Del otro lado, quien pregunta es Alex Falco Chang, quien desde hace alrededor de seis meses publica en Cubaperiodistas su “huella gráfica”.
Puede ser sobre el Código de las Familias, sobre el Festival Nacional de la Prensa, el acceso a Internet, el burocratismo, las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones, sobre el medioambiente. No hay un tema imposible. Falco los asume por igual.
Y su fórmula está, según escribe en un mensaje, en trabajar cualquier idea “desde una mirada que sea novedosa” en la que predomine su esencia “desprovista de cualquier perspectiva que pueda interferir la lectura final”, condición que si bien resulta polisémica, es algo que lo cautiva, “pues las diferentes asimilaciones por parte del público enriquecen la obra”.
Falco comenzó a dibujar “de manera consciente” desde que tenía ocho o nueve años. Algo común como el hecho de reproducir las ilustraciones de los libros de cuentos que le compraban sus padres, se convirtió en un talento visible que, a pesar de no moldearlo de manera directa en la academia, continuó afianzándose con sus estudios superiores. En 1990, fue uno de los egresados de la primera graduación de la Licenciatura en Educación Artística en el Instituto de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona. Tenía 25 años y el convencimiento paralizado de su afinidad por las artes plásticas en general.
Su primer contacto con el humor —antes de ser miembro del grupo dedeté—, trabajar para el diario Juventud Rebelde (JR) y colaborar con publicaciones en países como España, Francia y Estados Unidos, fue “hace muchos años”, en la ciudad de Holguín, donde vivía. Su padre colaboraba con el periódico Palante en una desaparecida sección que se llamó “NotiAb” (Noticiero Absurdo), conducida por el escritor humorístico ya fallecido, Betán.
En una ocasión, cuando el equipo de ese periódico cubría el evento deportivo de la Vuelta ciclística a Cuba, algunos pasaron a visitarlos. “Así conocí a Pitín, a José Luis y a otros miembros de Palante. A ellos les mostré mis primeros dibujos humorísticos y en este semanario publiqué mi primer dibujo en una sección que se nombraba Gente Nueva”.
A la pregunta de qué implica el trabajo de un caricaturista o de un diseñador gráfico, Falco responde fugazmente “sobre todo estar muy informado”, pues de ahí deriva la sustancia que forma un proyecto o, al menos, una de sus partes.
Por eso, en la descripción milimétrica que hace de su rutina, precisa que en primer lugar, está la revisión de la prensa; luego, el seguimiento a los trabajos que generalmente tiene, ya sean dibujos para el dedeté o encargos de JR; todo eso sin dejar de lado su libreta de apuntes en la que reúne ideas de manera permanente.
Dice Falco que en estos momentos suele ser un poco desaplicado para participar en concursos de cualquier tipo, contrario a otras épocas de su vida en las que obtenía premios en eventos nacionales e internacionales. En cuanto a reconocimientos y distinciones-detalla- ha recibido el Premio anual de Periodismo Juan Gualberto Gómez, en 2018; la Distinción por la Cultura Nacional junto al colectivo del dedeté, en 2020, y el premio ramal de la prensa escrita Guillermo Cabrera Álvarez en la categoría de gráfica, también en 2020.
Aunque no pueda dar una evaluación de su trabajo desde la perspectiva de la creación en sí misma, apunta que se acerca al cartel tanto en lo formal como en lo conceptual y con la intención de provocar en el receptor más que una risa, una reflexión.
Para Falco, aun existen muchas deudas con el humorismo gráfico en nuestro país. De ahí que declare: “Creo que nuestros medios de comunicación deben apoyarse mucho más en los creadores gráficos. Hay en estos momentos un amplio grupo de colegas haciendo un trabajo importante, de gran calidad en su mayoría”.
Se han fusionado-explica-creadores de larga historia, con otros de mediana y nueva data, por lo cual, considera urgente la búsqueda de más oportunidades en todos los medios impresos y digitales, principalmente. Se trata de “dar cobertura digna y significativa a nuestro trabajo en cuanto a exposiciones, concursos y publicaciones”. De dejar una huella gráfica en la prensa nacional.