Las principales caras de la contrarrevolución, ahora convertidas en pegatinas continúan apareciendo en lugares céntricos de La Habana. Cabinas telefónicas y paradas de ómnibus ubicadas en la calle 23 del Vedado son algunos de los sitios en los que se han visto este tipo de materiales que despliegan la mordacidad criolla para burlarse de la mafia anticubana.
Marco Rubio, María Elvira Salazar, Mario Díaz Balart, Bob Menéndez devenidos en Narco Rubio, María Esbirra Salazar, Mario Díaz Vulgar y Bobo Menéndez quedan una vez más ridiculizados gracias al ingenio de esos recursos que han pasado de las calles a las redes sociales.
Esos senadores han estado a la vanguardia de la campaña contra Cuba que intentó servir de altavoz de unas manifestaciones antigubernamentales que nunca existieron este 15 de noviembre.
Contrario a los anuncios previos aparecidos en redes digitales sobre protestas en Cuba, el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, destacó, en entrevista con Rusia Today, la tranquilidad en el país durante esa jornada.
Todo ello-según aclaró el canciller- “a pesar de esta operación político-comunicacional de Gobierno de los Estados Unidos”, que fue capaz de hablar “más de este tema que de cualquier otro” de su política exterior.
Desde esta perspectiva, Bruno denunció las constantes declaraciones de incitación al desorden público por parte de funcionarios y legisladores norteamericanos.
“En este mes-detalló-se produjeron 185 declaraciones de políticos estadounidenses, solo el lunes hubo 103” pronunciamientos.
Rodríguez enfatizó, además, que el consejero de seguridad nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, aunque afirma que la supuesta protesta en Cuba fue reprimida, sofocada y habla de militarización del país, “no puede mostrar una imagen” ni ofrecer un dato al respecto.
“El contexto de su comunicado-sentenció- hace evidente que lo ocurrido el lunes y el fin de semana fue la celebración y la apertura de Cuba y del pueblo cubano”.