V
A lo largo de los primeros meses del 2021 se han venido aplicando –más aceleradamente- un conjunto de medidas de política económica ya aprobadas de años anteriores, pero entre ellas resalta una, que por su complejidad y alcance puede valorarse como de las más complejas aplicadas en los últimos años.
Se trata de la Tarea Ordenamiento, diseñada con el propósito de avanzar en el unificación monetaria y cambiaria del país –luego de una dualidad vigente desde el verano de 1993-,[2] con el objetivo de lograr las transformaciones del sistema de dirección de la economía que permitan su funcionamiento con un mayor nivel de eficiencia, requisito indispensable para lograr el desarrollo previsto. El impacto macroeconómico principal esperado con esta política debe resultar en un estímulo a las exportaciones y frenar las importaciones, efecto que se alcanzará solo a mediano plazo.
Se partió así de llegar a un sistema de medición de la economía cubana que reflejara -de forma realista- la verdadera magnitud de los valores creados en la producción y los servicios, ajustando la tasa de cambio frente a otras monedas –en este caso, el USD-, para llegar a una situación en la que se pueda conocer el verdadero poder de compra del peso cubano (CUP).
De este modo, la reunificación monetaria y cambiaria que se desarrolla a partir del 1º de enero de 2021 vino precedida de varios años de análisis, con la elaboración de diversos modelos que tomaban en cuenta el costo de este ajuste a corto plazo y que incluyeron elementos compensatorios para enfrentarlo. Con ese objetivo, se partió de elevar los ingresos de la población –por la vía de los salarios y las pensiones-, unido a la eliminación de subsidios generalizados y gratuidades no sustentables, lo que en un proceso de cambios estructurales paralelo, debía asegurar un nivel de gestión descentralizada en las empresas estatales y un encadenamiento productivo con el sector no estatal, para lograr un crecimiento suficiente de la productividad del trabajo, con el fin de equilibrar los ingresos que se anticiparon como compensación del ajuste, generando –simultáneamente- una redistribución de la riqueza existente, para estimular una gestión económica más productiva en el futuro.
Lógicamente, esta dinámica demandaba de un período de tiempo para desarrollarse, pero eso no se correspondió con las expectativas que se crearon en la población y también en un grupo de empresarios.
En efecto, las expectativas de la población con el ajuste monetario y cambiario se centraron –mayoritariamente- en que con el mismo se reducirían los precios en CUC y mejoraría la situación económica en lo inmediato, sin tomar en consideración el costo de esta operación a corto plazo y sin reconocer claramente que solo mediante una mayor eficiencia económica –que tomaría un tiempo lograr- se produciría más y a menores costos y precios.
Por otra parte, iniciar el proceso de ajuste monetario en las condiciones del 2021 fue una decisión audaz, pero muy riesgosa, ya que la misma se implementaría en una situación marcada por un fuerte desequilibrio de la economía nacional que precedía la aplicación del ajuste. Ciertamente era una decisión impostergable para que funcionasen los estímulos económicos, si se quería que la economía cubana avanzara sólidamente, sobre bases más apegadas a la realidad y pudieran llevarse a cabo los cambios estructurales indispensables para ello.
Sin embargo, esta estrategia se desplegó –además- bajo el impacto negativo imposible de predecir- de la COVID 19, en un contexto de un bloqueo económico acrecentado y una crisis económica internacional no superada, lo que provocó una caída del 0.2% del PIB ya en el 2019 y del 10.9% durante el 2020, A esto se añadió un primer semestre del 2021 donde no se ha logrado controlar la pandemia y la economía ha decrecido un 2%.
En medio de estas difíciles circunstancias, se han rectificado y corregido diversos efectos de la Tarea Ordenamiento, pero quedan también todavía importantes ajustes que deben llevarse a cabo para reducir los costos del ajuste monetario y cambiario a corto y mediano plazo.[3]
Reforzando este proceso, en abril se aprobó un conjunto de 63 medidas dirigidas a fortalecer la producción de alimentos y la distribución de los mismos, las que dan continuidad a los ajustes en la política agraria que se han derivado de la Tarea Ordenamiento.[4] También a partir de agosto se aprobó una mayor flexibilización en la comercialización de los productos agropecuarios.
Otra medida de singular importancia ha sido la aprobación por parte del Ministerio de Economía y Planificación de 43 medidas para aumentar la eficiencia de la empresa estatal. En este sentido, se destaca la Resolución 115, de este año 2021, que trata de las bases generales para el perfeccionamiento del sistema de asignación de liquidez del Plan de la economía nacional. Esta normativa se rige “…por los principios de dotar de mayor autonomía a las entidades para que gestionen las divisas y asuman la responsabilidad por sus resultados económicos y productivos.” Las retenciones por las entidades llegan hasta el 100% de la divisa ingresada.[5]
Más recientemente se anunció igualmente el inicio del proceso de constitución de las MPYMES (Micro, pequeñas y medianas empresas) en el país a partir del mes de septiembre, decisión que también debe contribuir a una mejor conducción de la economía, tanto en empresas estatales como no estatales.
Un impacto positivo de la Tarea Ordenamiento se ha registrado en el aumento de las solicitudes de empleo y hasta mayo se habían incorporado al trabajo 122 877 personas y de ellas un 50% aproximadamente, en el sector no estatal.[6]
No obstante, se mantiene deprimida la actividad de los trabajadores por cuenta propia y también en parte del sector estatal debido al efecto de la pandemia y de algunas restricciones que aún subsisten.
VI
Las tensiones de la economía que se incrementaron a lo largo del primer semestre del año, unido al aumento de las agresiones de todo tipo –especialmente a través de las redes sociales- promovidas por el gobierno estadounidense, motivaron el estallido de una serie de desordenes sociales el domingo 11 de julio, fenómeno que intentó capitalizar la contrarrevolución externa e interna con el fin de destruir la Revolución.
Los sucesos del 11 de julio de 2021 resultaron semejantes –en múltiples aspectos- al estallido social del 5 de agosto de 1994 en La Habana, el que fue neutralizado por el Comandante Fidel Castro basándose en la movilización del pueblo para enfrentar a aquellos que pretendían destruir la Revolución, en un momento extraordinariamente difícil por la crisis del Período especial producto de la desaparición del campo socialista en Europa.
No obstante, la situación enfrentada en este verano, resulta más compleja por diversos factores comenzando por los efectos de una pandemia inédita, que llevaba golpeando la sociedad cubana por más de 17 meses y un bloqueo que alcanzó su máximo nivel de presión contra Cuba en el verano del 2021. También habría que añadir la ya mencionada intensificación de la campaña de agresiones a través de las redes sociales contra la población, a través de las redes sociales, -inexistentes en 1994- y que fomentaron el desorden y el odio sistemáticamente desde el pasado año 2020.
Otros factores objetivos se añadieron a lo anterior. En tal sentido, destacan un mayor segmento de la población fuertemente afectada por la coyuntura económica presente, donde se arrastran consecuencias no superadas del propio Período especial, tales como la situación de la vivienda –con un mayor déficit habitacional-; una mayor desigualdad en la distribución de ingresos en la población; un deterioro en la atención institucional a los segmentos más vulnerables de la población y un incremento de la pobreza en la sociedad. Junto a lo anterior, existen muestras del deterioro de la capacidad de movilización política de las organizaciones políticas y de masas.
Al examinar los acontecimientos del 11 de julio, el presidente Díaz Canel señalaba, junto a la denuncia de la agresión externa: “Nada de esto que denunciamos hoy nos aparta de la necesaria autocrítica, de la rectificación pendiente, de la revisión profunda de nuestros métodos y estilos de trabajo que chocan con la voluntad de servicio al pueblo, por la burocracia, las trabas y la insensibilidad de algunos que tanto dañan. Hoy vengo a reiterar el compromiso de trabajar y exigir por el cumplimiento del programa que nos hemos dado como Gobierno y como pueblo, revisado a la luz de los posibles errores de estos años de presiones intensas, particularmente, los dos últimos.”[7]
Frente a la actual coyuntura, será preciso estudiar y trabajar de inmediato sobre los factores que llevaron a la actual situación, para tomar rápidamente las decisiones indispensables con vistas a corregir los errores cometidos y brindar una respuesta concreta a los reclamos legítimos de la población.[8]
A modo de conclusiones y en lo que resta del año –además de lograr un control y reducción del impacto de la COVID 19- será preciso emprender otras acciones para iniciar la recuperación de la economía luego de la caída del PIB en 2019, 2020.y el primer semestre de este año.
En una coyuntura en la que se requiere unir todos los esfuerzos posibles para avanzar, algunas cuestiones merecen la mayor atención y entre ellas se pueden destacar las siguientes.
- Es preciso –tomando en cuenta su alcance y complejidad- un espacio de mayor discusión de la Tarea Ordenamiento con los actores económicos y con la población, para lograr un consenso de apoyo indispensable a las decisiones económicas adoptadas mediante su explicación razonada y autocrítica cuando sea necesario.
- Tomando en cuenta los niveles de rectificación posibles que se han registrado en los precios y las medidas que ha sido necesario adoptar, se impone una revisión a fondo de las fichas de costo y rentabilidad que se han diseñado, especialmente en el caso de las que se han elaborado descentralizadamente. Resulta así indispensable poner en práctica un programa que permita frenar la elevada tendencia inflacionaria que se observa y diseñar mecanismos necesarios para proteger a la población ante el alza desmedida de los precios.
- Como parte del ordenamiento necesario de la economía cubana a corto plazo, se requiere una revisión de la política inversionista y su efectividad en términos de su rentabilidad y recuperación del capital invertido. Se impone la priorización inmediata de las inversiones en la producción de alimentos y en el sector energético.
- También como parte del ordenamiento económico, es preciso examinar en el más breve plazo posible, la factibilidad de un proceso de reordenamiento y renegociación flexible de la deuda pública y de la deuda externa, para recuperar la capacidad de obtención de financiamiento interno y externo para el país.
- Considerando el nivel de afectación de las cuentas de ahorro en CUP producto de la devaluación de la moneda, deben aplicarse en lo inmediato medidas que estimulen nuevamente el ahorro mediante tasas de interés apropiadas, así como la venta de bonos de deuda pública a personas naturales, con rendimientos adecuados, dirigida especialmente a los ahorristas.
- Resulta conveniente ampliar las posibilidades de empleo de elevada calificación mediante la creación de cooperativas, particularmente en el sector no agropecuario.
- En general, se requiere una mayor agilidad en la implementación de las decisiones adoptadas, a corto plazo, eliminando todo tipo de obstáculos y trabas burocráticas con ese fin.
- Por último, resulta indispensable monitorear y actuar sobre la situación del segmento de población vulnerable y de menores ingresos con vistas a asegurar su atención emergente en las actuales circunstancias.
La Revolución cubana ha logrado avanzar y enfrentar con éxito todo tipo de agresiones externas y también ha podido superar errores e insuficiencias inevitables en un proceso de desarrollo tan complejo como en que comenzó nuestro país desde 1959.
Las enseñanzas de Fidel para las generaciones actuales pueden encontrarse en sus múltiples alocuciones y discursos, pero quizá ninguno tenga tanta validez para el presente como el pronunciado el 17 de noviembre del 2005, cuando señaló: “Una conclusión que he sacado al cabo de muchos años: entre los muchos errores que hemos cometido todos, el más importante error era creer que alguien sabía de socialismo, o que alguien sabía de cómo se construye el socialismo.” (…) ¿Puede ser o no irreversible un proceso revolucionario?, ¿cuáles serían las ideas o el grado de conciencia que harían imposible la reversión de un proceso revolucionario? Cuando los que fueron de los primeros, los veteranos, vayan desapareciendo y dando lugar a nuevas generaciones de líderes, ¿qué hacer y cómo hacerlo? Si nosotros, al fin y al cabo, hemos sido testigos de muchos errores, y ni cuenta nos dimos.” (…) “Este país puede autodestruirse por sí mismo; esta Revolución puede destruirse, los que no pueden destruirla hoy son ellos; nosotros sí, nosotros podemos destruirla, y sería culpa nuestra.”[9]
Septiembre 2021.
[1] Este trabajo se apoya en el “Resumen sobre la evolución de la economía mundial en el primer semestre de 2021” Agosto de 2021 www.ciem.cu
[2] Desde el verano de 1993 se implantó en Cuba la circulación de dos monedas: el peso cubano (CUP) y la moneda libremente convertible (básicamente el USD), a lo que se añadió en 1994 el peso cubano convertible (CUC) con un valor equivalente al dólar norteamericano. Esta decisión se adoptó para evitar una fuerte devaluación de la moneda nacional (CUP) en medio de la crisis del Período especial y tuvo un impacto positivo en el corto y mediano plazo, pero su extensión en el tiempo acabó por crear múltiples problemas para la dirección de la economía.
[3] Ver CUBADEBATE “Cuatro meses de ordenamiento monetario en Cuba. Ajustes y correcciones” Mayo 5 2021 www.cubadebate.cu
[4] Ver CUBADEBATE “En detalles nuevas medidas para potenciar la producción de alimentos” Abril 14 2021 www.cubadebate.cu
[5] Ver MEP “Resolución 115 del Ministerio de Economía y Planificación en vigor” www.mep.gob.cu
[6] Ver ACN “Destacan efectos positivos del Ordenamiento Monetario en el ámbito laboral” Junio 10 2021 www.acn.cu
[7] Ver “Discurso de Díaz Canel en el acto de reafirmación revolucionaria en la capital cubana” Julio 17 2021 www.tribuna.cu
[8] Múltiples trabajos se han venido publicando sobre los desórdenes del 11 de julio. En tal sentido puede consultarse la grabación de la Mesa Redonda que registró el encuentro del presidente Díaz Canel con los periodistas cubanos, transmitida el 24 de agosto del 2021, la que puede verse en www.presidencia.gob.cu . También resultan de interés las reflexiones de la destacada periodista Rosa Miriam Elizalde en el trabajo “Lo que no dicen de Cuba” Julio 13 2021 www.cubadebate.cu y el trabajo “Debate en torno a los hechos del 11 de julio: Desafíos sociales y políticos” 12 de agosto de 2021 www.cubadebate.cu
[9] Ver Fidel Castro “Discurso del 17 de noviembre del 2005” http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/2005/esp/f171105e.html
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