Ha pasado más de un año desde que la Covid-19 impuso nuevas rutinas. Teléfonos e internet se han vuelto los mejores aliados de los periodistas, esos seres andariegos que han tenido que transformar su diarismo.
Entrevistas desde las redes sociales, intercambios en los grupos de Whatsapp se han fomentado en tiempos de pandemia. Los periodistas se han crecido. Algunos han entrado a trabajar a zona roja, han buscado historias aquí y allá y han estado, por supuesto, al lado de su gente.
Para los titulares de Cultura y Deporte, con una página completa cada sábado y un diario digital, ha sido un desafío. Jorge Rafael Matos Cabrales, nuestro especialista en temas deportivos nos dice: “Los principales eventos han sido internacionales y los he podido seguir por Internet. Además del apoyo que he tenido de Rosa Panadero, pues al ella ser la periodista del Inder provincial, tiene acceso a informaciones que yo desde casa no puedo. Entonces ella me las pasa y yo las redacto a nombre de los dos. “Imagina una página semanal sin eventos deportivos. Menos mal las Olimpiadas. Ahora ya veremos, pero no dejaremos de escribir”.
Otros casos, acogidos también al teletrabajo, han hallado alternativas para dar la noticia con certeza e inmediatez. Esta modalidad de teletrabajo ha implicado un reto, sobre todo para las que tienen hijos en edad escolar, pues han tenido que combinar a la ama de casa, la maestra y la periodista en un mismo ser.
“Este tiempo de pandemia me llegó junto a la maternidad y ha sido muy difícil reincorporarme en las nuevas circunstancias donde hay que sobrellevar y simultanear varias cosas: el trabajo en casa, las faenas del hogar, y el cuidado y la crianza de mi pequeña. Ha sido una experiencia nueva, muy complicada pero no imposible, gracias también a la ayuda de mi familia y de mis compañeros de trabajo, fundamentalmente de la jefa de información y la directora, Yamilé Mateo y Olga Thaureaux, respectivamente, que me han dado facilidades para realizar teletrabajo”, comentó Odette Elena Ramos Colás.
“También ha conllevado mucho esfuerzo de mi parte para cumplir con la palabra dada y los tiempos de entrega. He tenido que trabajar a veces de madrugada para que los trabajos estén listos en tiempo y forma.
“En fin, ha sido una etapa de superación personal en la que se ha impuesto el amor incondicional a esta profesión que escogí, el respeto a mis compañeros de trabajo que esperan mis artículos para llenar una página web o armar un periódico impreso, y la responsabilidad de cumplir con mi deber como periodista santiaguera”.
En tanto, para Irma de los Ángeles Rivera, una de nuestras más recientes adquisiciones: “Hacer entrevistas y acercarse a las fuentes de información han sido los principales cambios en las rutinas productivas. Imagino que a todos los colegas les suceda igual”.mLos tiempos de pandemia requieren sacrificios y ajustes en todos los sectores y la prensa no está exenta de ello.
“Que el periódico Sierra Maestra circule cada sábado da muestras de que los ajustes se han hecho y son funcionales.
“Sin dudas, las tecnologías son nuestras principales aliadas durante las jornadas de trabajo a distancia, aunque no pueden salvar todas las posibilidades que ofrece el intercambio directo con el entrevistado, las circunstancias exigen su uso constante”.
“Estos han sido tiempos de sobreponerse a los miedos en aras de lograr las metas, de tomar la paciencia de la mano y no dejarla ir, por más que ella lo intente, y de reinventarse cada día para hacer el periodismo que queremos y la gente merece”, nos expresó la joven periodista Daniela Villalón.
Esta ha sido una etapa diferente, pero el colectivo de Sierra Maestra ha desafiado cada una de las vicisitudes. Este colectivo, unido y fortalecido con las armonías generacionales, está hoy de aniversario. ¡Felicidades Sierra Maestra!
(Tomado de Sierra Maestra)