América Latina y el Caribe, que la derecha yanqui ha considerado siempre el “patio trasero” de Estados Unidos, registra en los últimos tiempos síntomas preocupantes para el Imperio.
Y uno de los elementos importantes de la reacción antimperialista en el llamado “patio trasero” es el fracaso yanqui en su guerra de cuarta generación contra Cuba, por la respuesta tanto del pueblo como del gobierno cubanos.
Y es que la grosera maniobra yanqui en tiempos de pandemia, que se apoya en el sector anexionista –pero muy minoritario– de la emigración cubana, ha provocado reacciones que Washington no esperaba, como la del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien no solamente condenó las leyes del bloqueo contra Cuba, sino que fue uno de los primeros en enviar ayuda humanitaria a la pequeña nación antillana, a la cual elogió por su larga resistencia en defensa de su independencia y su soberanía.
La digna postura de México, que preside la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) también constituye un sólido golpe al mentón del tristemente célebre Secretario General de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, pieza clave para los empeños de dominación yanqui en Nuestra América, a quien le falló en estos días una provocación contra Cuba por falta de consenso.
Las tribulaciones del imperio aumentaron cuando el pasado 28 de julio tomó posesión en Lima un nuevo Presidente, el profesor Pedro Castillo, quien se ha comprometido en recuperar la decencia y la independencia para un nuevo Perú, lo cual nada tiene que ver con el llamado “Grupo de Lima”, otro de los instrumentos creados por Washington para controlar su añorado “patio trasero”.
Cuba ha contado, además, con el apoyo de Bolivia, Venezuela, Nicaragua, Argentina, y las numerosas naciones del Caribe, cuyos gobiernos cierran las puertas de entrada al patio trasero anhelado por Estados Unidos.
La batalla no es nada fácil. Estados Unidos cuenta entre sus aliados a los gobiernos de Brasil, Colombia, y otros países de Centro y Surámerica, pero la correlación de fuerzas va cambiando no sólo en Nuestra América, sino también en el mundo, y Cuba por estos días ha recibido también la ayuda solidaria de naciones como Rusia, China, Vietnam, e Irán.
Se va cumpliendo paso a paso el pedido del Jefe de Estado de México de que los 184 países que en la Asamblea General de la ONU votaron el pasado 23 de junio contra el bloqueo yanqui, materialicen ahora su apoyo solidario a Cuba, cuyo pueblo es víctima de un bloqueo genocida acrecentado en tiempos de pandemia, que López Obrador calificó de leyes unilaterales de factura medieval.