Imposible hablar de la historia de la medicina en Cuba sin mencionar a Pedro Kourí, hombre que nació un día como hoy (21 de agosto) de 1900 y ocupa un lugar cimero entre los grandes parasitólogos del mundo.
Oriundo de Haití, pero desde muy pequeño radicado en esta nación caribeña, el conocido como ‘padre de la parasitología cubana’ se graduó de Bachiller en Ciencias y Letras en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago de Cuba, y obtuvo la plaza de ayudante de Física, Química e Historia Natural.
En 1919, se trasladó a La Habana para comenzar la carrera de Medicina y ganó por oposición el cargo de Ayudante Graduado en la recién creada Cátedra de Parasitología y Enfermedades Tropicales.
Ya para 1934, Kourí había asumido la dirección de ese espacio y el prestigio alcanzado hizo que el 8 de diciembre de 1937, por acuerdo de la Junta de Gobierno, se inaugurara el Instituto de Medicina Tropical en el Pabellón Domingo Cuba, del Hospital Calixto García.
Además, se dedicó a organizar laboratorios, el Museo de Parasitología Carlos J. Finlay, combinó la docencia y la investigación con el servicio asistencial.
Fue reconocido por sus estudios sobre Fasciola hepática, Amebiosis, Ascaris lumbricoides y el descubrimiento por primera vez en Cuba del parásito intestinal Inermicapsifer cubensis.
Hoy su legado se mantiene en los cientos de especialistas que laboran en las modernas instalaciones del actual Instituto de Medicina Tropical (IPK), que desde 1979 lleva el nombre de Pedro Kourí.
Este centro, del cual fue director el hijo de Pedro Kourí, doctor Gustavo, ha contribuido a que Cuba sea un participante de categoría mundial en la lucha contra las enfermedades tropicales.
Con la llegada de la Covid-19 a la isla antillana, el IPK se convirtió en el «cuartel general» del sistema de salud para desarrollar las estrategias de prevención y capacitación que lleva a cabo el país ante la amenaza mundial del SARS-CoV-2, causante de la enfermedad.
El Laboratorio Nacional de Referencia de esa institución, fue uno de los tres primeros encargados de confirmar los casos positivos al inicio de la pandemia en el territorio nacional y allí se realiza la vigilancia genómica del coronavirus a fin de seguir el desarrollo de sus variantes, mutaciones y cepas.
El IPK mantiene estrecha colaboración con organizaciones e instituciones internacionales como la Organización Panamericana de la Salud, el Fondo Mundial, MediCubaEuropa, el Instituto de Medicina Tropical de Bélgica y la Universidad de Berkeley, California, en Estados Unidos.
(Tomado de Prensa Latina)