El maestro radialista Franklin Reinoso Rivas es ahora uno de los hombres más felices de Cuba, luego de otorgársele este 2 de agosto el Premio Nacional de Radio 2021 por su consagración al antológico medio de comunicación al que le ha dedicado toda la vida.
Desde su casa en la ciudad de Santa Clara, vía telefónica, el querido locutor, director de programas y grabador de sonido manifestó a Vanguardia su felicidad por el prestigioso galardón, el cual comparte y dedica a su familia y viejos compañeros de años de labor.
«Este premio es, sin dudas, el mayor reconocimiento a un realizador de la radio. Aunque nunca he trabajado con la mirada en los premios, me alegra mucho que al final de mi carrera piensen que soy digno de merecerlo. Puede parecer una frase manida, pero llevo la radio en las venas.
«Desde que conocí la radio, muchos años antes del triunfo de la Revolución, no me pude apartar de ella nunca. Solo en “W” llevo más de 50 años diversas especialidades como la locución, sobre todo; dirección de programas, principalmente musicales, grabador multipista, hasta operador de control remoto», dice orgulloso.
El Premio Nacional de Radio 2021 no olvida sus raíces en Caibarién, donde inició su acercamiento a la radio a través de uno de los pioneros de ese medio de comunicación en Cuba, Manolín Álvarez, y también de su padre Feliciano Reinoso.
«Conocí mucho a Manolín, tuve amistad con él. Mi padre fue una gran inspiración para mí. Se considera que él protagonizó la primera narración deportiva que se conozca en Latinoamérica, cuando la emisora de Manolín transmitió una pelea de boxeo entre el campeón Jack Dempsy el pugilista argentino Luis Ángel Firpo, en el Madison Square Garden, de Nueva York, el 14 de septiembre de 1923. Tengo muy buenos recuerdos», expresa.
Según Franklin, además de la locución lo que más le agradó siempre durante su paso por las cabinas fue grabar en estudio orquestas musicales. Recuerda con satisfacción los trabajos con La Aliamén, Orquesta Revelación, entre otras. Aunque, la agrupación de Cándido Fabré le impactó sobremanera.
También, recuerda las labores en las Tribunas abiertas, en las cuales se trabajaba día y noche.
Franklin evoca a todos los compañeros de trabajo de muchos en las que registró en audio a los talentos. Rememora la intensidad con años con quienes compartiría su premio. Entre ellos: Víctor Valdés Menéndez, Machín de la Peña, Alfredo Iturria y todos los demás que han formado parte de la vida radial en disímiles acontecimientos como la Zafra de los Diez Millones, transmisiones especiales desde El Escambray, los campos de caña y café, y de todas las provincias de Cuba.
El amor por la radio se lo inculcó a sus dos hijas, quienes también siguieron el camino de las ondas hertzianas. Su esposa, la periodista María Teresa Valdés, de la CMHW, complementa ese amor tanto profesional como familiarmente.
El Premio Nacional de Radio a Franklin Reinoso Rivas no solo constituye un reconocimiento a su vasta trayectoria, también a su aporte como realizador y defensor de lo más auténtico de la cultura cubana.
(Tomado de Vanguardia)
CMHW siempre fue mi emisora favorita. Entonces LA FRECUENCIAS DEL AZUCAR. Hablo de las década de los 70.