Este 23 de agosto, cuando se cumplen 61 años de la creación de la Federación de Mujeres Cubanas, puede Cuba sentirse orgullosa por haber sido la primera nación que en el mundo firmó la Convención de las Naciones Unidas para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer.
La Convención, considerada también como la Carta Internacional de los Derechos de las Mujeres, fue aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 18 de diciembre de 1979, y entró en vigor el 3 de septiembre de 1981.
Cuba, que entre sus méritos tiene haber sido uno de los 51 países fundadores de la ONU en 1945, es una de las naciones donde el protagonismo de la mujer es reconocido a nivel mundial, y en ello están presentes el legado de la heroína de la Sierra Maestra Vilma Espín y del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro.
Nunca olvidaré que fue la fundadora y primera Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, la ingeniera química Vilma Espín, la pionera en Cuba en la lucha por la despenalización del aborto, una de las tareas que ella se impuso en los primeros años de la Revolución Cubana.
Aquella fue una de las primeras victorias de la Presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas, quien conquistó el apoyo del eminente médico cubano Celestino Alvarez Lajonchere, especialista en Obstetricia y Ginecología, quien dedicó su vida a luchar por el bienestar de la mujer, como lo hizo Vilma Espín.
Y en este 2021 se ven por doquier los frutos del trabajo incesante a favor de la mujer, que ocupa un lugar destacadísimo en la ciencia, la medicina, la educación, la economía, la cultura, el deporte y otras disciplinas donde se pone de manifiesto la igualdad de géneros en Cuba.
El Parlamento cubano es uno de los primeros en el mundo por la participación femenina, y en nueve de las quince provincias cubanas la titular de la Asamblea del Poder Popular es una mujer. Y también es mujer la Vicepresidenta de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
El presidente de Cuba, ingeniero Miguel Díaz-Canel Bermúdez, ha reiterado en numerosas ocasiones su reconocimiento a la mujer cubana, destacando su extraordinario desempeño como parte del personal de Salud, desde la atención primaria, con permanencia en la Zona Roja, y su participación en el enfrentamiento a la Covid-19 en numerosas Brigadas Médicas cubanas en el mundo.
De cada diez trabajadores de la ciencia, la innovación y la tecnología en Cuba, más de cinco son mujeres, y ellas están presentes en la producción de tres vacunas cubanas contra la Covid-19, las únicas producidas por un país de América Latina y el Caribe.
Yo me sumo a la felicitación a la mujer. Y mi gratitud hacia Vilma Espín se remonta al viernes 23 de agosto de 1991, cuando recibí de sus manos la Distinción de la Federación de Mujeres Cubanas, y mis recuerdos hacia ella se remontan al momento en que pude entrevistarla en la sede de la Fundación Guayasamín, en Quito, Ecuador, donde ella realizó su primera y única visita a ese país.
La mujer es una de las grandes fortalezas de Cuba, pequeña nación que resiste en el Caribe la agresión de un imperio que no quiere reconocer la grandeza de un pueblo que ama su independencia y defiende su soberanía nacional.
Gracias Martínez Pirez en mi nombre y en el de las federadas cubanas.
LA REVOLUCIÓN cuenta hoy y podrá contar siempre con la participación de las mujeres.