Ni las osadas mentalidades de John Lennon y Yoko Ono, autores de su música y letra, respectivamente, podrían haber calculado el hondo significado que tendría su creación, medio siglo después, cuando fue eje de un llamado olímpico a la paz, la solidaridad y la convivencia humana, en turbulentos tiempos de una pandemia de guerras no convencionales, aunque también hay de las otras.
Apreciemos la traducción al español de de su mensaje
Imagina que no hay cielo
Es fácil si lo intentas
Ningún infierno bajo nosotros
Sobre nosotros sólo el cielo
Imagina toda la gente
Viviendo para hoy
Imagina que no hay países
No es dificil de hacer
Nada por lo que matar o morir
Y sin religión también
Imagina toda la gente
Viviendo la vida en paz
Puedes decir que soy un soñador
Pero no soy el único
espero que algun dia te nos unas
Y el mundo será como uno
Imagina no posesiones
me pregunto si puedes
No hay necesidad de codicia o hambre
Una fraternidad de hombres
Imagina toda la gente
Compartiendo todo el mundo
Puedes decir que soy un soñador
Pero no soy el único
espero que algun dia te nos unas
Y el mundo vivirá como uno solo
Amplios sectores de la humanidad no concordarán hoy con la utopía condensada por el chico de Liverpool y su pareja japonesa en unos párrafos por algunas de sus propuestas imaginativas, como la no existencia de religiones, pero incluso los creyentes concordarán que el mensaje de concordia, de elevarse por encima de las diferencias de todo tipo y vivir en paz sin guerras ni hambre, es una bandera de vital valor.
Ambos la crearon en 1971, aunque no se dio a conocer hasta un tiempo después, y constituyó el más notable éxito individual de ese fundador de los legendarios Beatles, realzado por la ceremonia que el mundo acaba de apreciar por la televisión –sin público en las gradas olímpicas—como introducción a mensaje cargados del mismo espíritu.
Los Juegos de la Pandemia, como algunos han llamado a Tokio 2020 (celebrándose en 2021), ya hicieron historia más allá del complejo maniobrar de 1824 drones que dibujaron en el cielo el logo olímpico y luego se transformaron en un globo terráqueo.
El ser humano, representado por parejas de ambos sexos y los deportistas, fue el centro de todo lo valioso de esta jornada inaugural. Y todas las autoridades deportivas que intervinieron así lo patentizaron, como fue el caso del alemán Thomas Bach, presidente del COI, quien destacó sobre todo el valor de la solidaridad para afrontar juntos los nuevos retos.
La presidente del Comité Organizador, Seiko Hashimoto, afirmó: “Hoy es un momento de esperanza. Es muy diferente de todo lo que habíamos imaginado antes pero valoremos este momento porque por fin estamos todos aquí. Esto es un mensaje de paz y de resilencia para todo el mundo”.
Miles de palomas de papel sobrevolaron el estadio para subrayar el valor de la paz, no solo para el deporte. Igualmente el homenaje a los valores humanos se hicieron presentes en portadores de la bandera olímpica, enfermeros, bomberos o policías de Tokio que han trabajado y trabajan para superar la pandemia, en una nación que, como contraste, enfrenta masivas protestas por parte de quienes no deseaban Olimpiadas en ambientes como el creado por el SAR-CoV-2.
En este contexto complejo resulta aún mas importante Imagine, utopía por la que trabajar para vivir en paz y prosperidad global.