A los 87 años, falleció este miércoles en La Habana, la doctora Nuria Nuiry Sánchez, quien consagró su vida al estudio de la obra de José Martí y a la formación de generaciones de periodistas cubanos. Hija de Santiago de Cuba y de una familia profundamente martiana, junto a su hermano Juan Nuiry, desde muy joven se incorporó a la lucha clandestina contra la dictadura de Fulgencio Batista, y luego del triunfo dedicó su talento y vocación a la enseñanza, convirtiéndose en pedagoga reconocida en la Universidad de La Habana, donde llegó a dirigir la Escuela de Periodismo. Uno de sus alumnos, el destacado profesional de la prensa y Premio Nacional José Martí, José Alejandro Rodríguez, en ocasión del cumpleaños 80 de Nuria escribió en Juventud Rebelde: “Mucho más que Doctora, catedrática y profesora universitaria, mujer sabia y culta —que también ha sido todo ello con creces—, a Nuria la siento como mi maestra (…) la mujer que alumbró con luz martiana los laberintos muchas veces enrevesados de toda una generación de aprendices de periodistas, en tiempos de tierna crudeza”. Desarrolló a la par, como fiel discípula de Martí, la vocación pedagógica con el liderazgo de instituciones culturales. De ahí su destacada labor como profesora de Literatura Hispanoamericana o conferencista en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí como de rectora del Instituto Superior de Arte, o directora de Enseñanza Artística del Ministerio de Cultura. En entrevista concedida en 2008 a la entonces estudiante de Periodismo Lourdes María Benítez Cereijo, y en respuesta a la pregunta sobre qué opinión le merecían tantos reconocimientos a su obra, entre ellos la Orden por la Cultura Nacional conferida cuatro años antes, Nuria respondió: “Mi mayor condecoración es cuando un alumno me brinda una muestra de gratitud. Las medallas halagan, pero ver los resultados de un ser humano me satisface mucho más, y como esa medalla no me la puedo colgar en el pecho, la llevo en el corazón. Lo importante consiste en saber que la idea que he sembrado tiene una buena fructificación”. Y esos frutos despiden hoy con dolor a la maestra, entre ellos la prestigiosa periodista Alina Perera Robbio, otra de sus alumnas, quien al conocer la noticia escribió hoy bien temprano una inmensa verdad que honra la vida de una MAESTRA: “Ha muerto un gran ser humano”.