“Un periódico es obra de mucha gente. Al director le corresponde, por supuesto, aunar voluntades, aglutinar al colectivo, aconsejar, atender inquietudes, velar por los enfoques… Pero la obra mayor es de todos los trabajadores”.
Así expresó el recordado periodista Jorge Luis Canela Ciurana (Camagüey, 1939-La Habana, 2017), en una entrevista en ocasión del aniversario 45 del periódico Trabajadores, medio que este 6 de junio arriba a sus 51 años de existencia y en el que ocupó el cargo de director en dos períodos: entre 1986 y 1992, y desde 1994 hasta el 2011, tiempo en que ganó el cariño y admiración de todo el colectivo.
Es imposible dejar de evocar a Canela en esta efemérides, pues bajo su primera etapa de mandato en el órgano oficial de la Central de Trabajadores de Cuba lideró el “cambio de formato: de la ‘sábana’ al tabloide, justo cuando nos mudamos de la antigua redacción en la calle Virtudes al poligráfico Granma”, recordó entonces.
Con anterioridad, el prestigioso periodista de la vieja escuela se había desempeñado como redactor, editor y director de varias publicaciones, como el periódico Adelante y la revista El Militante Comunista. Sobre sus años en Trabajadores dijo:
“Siempre pretendimos distinguir al periódico por esa capacidad de hablar de los problemas de los trabajadores, de los ciudadanos. Claro que ese es un ejercicio complejo, que hay que asumir con mucha profesionalidad. Logramos reunir a un equipo cohesionado y comprometido. Esa es una de mis satisfacciones”.
En varias oportunidades, durante la dirección de Canela, el líder de la Revolución Fidel Castro Ruz elogió el trabajo del rotativo. “Yo me sentía siempre muy orgulloso, porque el periódico era sangre que corría por mis venas. Pero nunca lo asumí como un elogio personal”.
Magali García Moré (La Habana, 1939), Premio Nacional de Periodismo José Martí 2018, es otra colega que dejó su impronta al frente de Trabajadores. Ella fue la primera mujer en desempeñar este cargo en Cuba.
Sobre Trabajadores, “cuyo perfil muchos encontraban estrecho e incapaz de poder ser sobrepasado, resultó un descubrimiento, no solo en el abordaje de temas variados y con una mirada siempre renovada, sino porque posibilitó que encontrara la llave maestra de cualquier directivo: lo fundamental radicaba en las relaciones con el colectivo a la hora de trazar los objetivos y plasmarlo en un trabajo que requería del esfuerzo de todos. Esa fue y sigue siendo la gran lección de Trabajadores”, ha opinado Magali.
La maestra normalista y maestra voluntaria del primer contingente al llamado del Comandante en Jefe, posteriormente dirigió la emblemática revista Bohemia, cargo que desempeñó hasta su nombramiento como decana de la Facultad de Comunicación durante dos cursos.
“En cada subsiguiente etapa el periódico, con sus cambios de formato, número de páginas y frecuencia de salida ha tratado de mantener su perfil. La tecnología lo ha hecho renovarse cada día y llegar hasta donde nunca pudimos imaginar entonces. Pero lo que le permitirá perdurar es el afán de su colectivo por mantener su responsabilidad para con la mayoría de nuestro pueblo: los trabajadores, en el continuado esfuerzo por consolidar un proyecto social que busca fortalecer su difícil camino”, añadió la también corresponsal de guerra y directora de diferentes espacios informativos de la televisión y la radio nacionales.
Luego de dirigir las publicaciones Bastión y Verde Olivo, Frank Agüero Gómez (La Habana, 1940) arribó a Trabajadores como director, llevando consigo la experiencia aprehendida en esos medios. “Antes de dedicarme al periodismo en las FAR ya tenía experiencia como reportero y dirigente en el semanario Mella y también en el diario Juventud Rebelde desde su nacimiento”, ha dicho este inquieto colega.
Cuando llegó a Trabajadores, disponía, además, de algún bagaje sobre la vida sindical por su labor de reportero, y por la vinculación con el Sindicato Nacional de Trabajadores Civiles de las FAR (hoy de la Defensa).
Frank recuerda que encontró, “en Trabajadores, una composición mínima por el período especial, razón que obligó a reducir la redacción del diario (ahora semanario) y reubicar a varios profesionales en otros medios y tareas. Pero el espíritu de unidad, forjado durante dos décadas y media, se mantuvo y contamos para ello con la labor mancomunada de la dirección, el sindicato, la delegación de la Upec y el núcleo del Partido”, subrayó el prestigioso periodista quien posteriormente fue designado director del periódico Granma y editor de la Agencia Latinoamericana de Noticias Prensa Latina.
Con muchos bríos juveniles Alberto Núñez Betancourt (La Habana, 1964), hace diez años —y hasta la fecha— fue designado director de Trabajadores, cargo que comenzó a ejercer luego de su ejercicio profesional como jefe de la Redacción Nacional y subdirector del periódico Granma, responsabilidad esta última que igualmente asumió en el semanario Tribuna de La Habana.
El también Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular recordó la etapa inicial de este rotativo —en 1970 con 12 páginas y una tirada de apenas 3 mil ejemplares—, la presencia y apoyo de su principal inspirador, el Maestro de cuadros sindicales Lázaro Peña, así como “la disposición , preocupaciones y aspiraciones de quienes lo fundaban. Como casi todos los comienzos fue difícil, pero ahí estaban los temas salidos de las propias fábricas. Nada de medio de prensa menor como temieron algunos en un inicio.
Alberto destacó el reconocimiento demostrado por los lectores a Trabajadores, sobre todo por la trascendencia social de las secciones Salud, Apartado 2009 —derivada actualmente en Buzón Abierto—, Sin Pausa y la Columna del lunes que dignifica el comentario con toques de editorial.
“El propósito esencial hoy para nuestro colectivo —subraya— es trabajar por mejorar la dinámica del sitio web en el orden organizacional y profesional, de manera que convierta a la edición digital en la principal del periódico”.
Estimulada su creación por Lázaro Peña, Trabajadores surge como vocero del movimiento sindical ante la necesidad de dotar a la Central de Trabajadores de Cuba de un medio de prensa nacional propio. Durante sus primeros años de existencia, cuando suplió el vacío ocasionado por la desaparición de Vanguardia Obrera y la Revista CTC, se denominó Los Trabajadores, y en sus páginas aparecían reportes de prensa y comentarios escritos por un reducido grupo de profesionales y los corresponsales obreros voluntarios. Entonces sus páginas abordaban cuestiones fundamentalmente relacionadas con el movimiento sindical, la zafra, la emulación, la vida interna de los sindicatos, la práctica del internacionalismo proletario, la y solidaridad internacionalista; amén de sus orientaciones sobre la legislación laboral del país.
En la década de los años 70 se publicaba en la pequeña imprenta de la Central obrera, situada en Virtudes y Manrique, municipio de Centro Habana, hasta que a principio de los 80 la redacción se instaló en la sede del antiguo periódico El Mundo, a pocas cuadras de allí, donde también se imprimía.
Al principio, cuando era quincenal, era distribuido gratuitamente en reuniones de los trabajadores y a través de los centros de trabajo, y en noviembre de 1974 se inició su venta. A partir de 1975 su frecuencia era semanal y al siguiente año dos voces en similar periodo de tiempo. Con igual formato, pautas, y la cantidad de páginas arribó a 1977, y en el mes de julio de ese año, desapareció el artículo “Los”, que hasta entonces había formado parte de su nombre, y comenzó a llamarse Trabajadores.
En 1978 la frecuencia aumentó a tres a la semana, y el 2 de diciembre de 1980 se convirtió en diario. Hacia finales de los 80 y tras la construcción del Combinado de periódicos Granma, en Plaza de la Revolución —donde aún radica— este medio de prensa instaló allí su sede donde, en 1997, creó su sitio en internet, el que posee contenidos adicionales a los que se publican en la edición impresa, realizados por colegas, fotorreporteros y el personal propio de la redacción digital; además de los corresponsales existentes en todo el territorio nacional y los colaboradores.
El diseño de Trabajadores se cambió en 2002, adoptando sus páginas una mejor organización de los contenidos y espacios especiales. A ese siguió otro esquema en el 2003, con el cual se experimentaron cambios sobre todo en las secciones, y la arquitectura de la información. Otras modificaciones en su presentación se llevaron a cabo en el 2005, y siguieron efectuándose ajustes hasta junio del 2007, cuando se introdujo el sistema automatizado de gestión de contenidos plone y cambió totalmente el diseño, gracias a un trabajo llevado a cabo por ingenieros de la Universidad de Ciencias Informáticas.