Otro motivo de orgullo por ser cubano es que el cercano 21 de abril se festejarán 100 años de José Raúl Capablanca como campeón mundial de ajedrez: ese día de 1921 Emanuel Lasker decidió abandonar el match por el máximo título, aun cuando quedaban partidas por disputar.
El primer campeón mundial de ajedrez fue William Steinitz, en 1886. Lasker “le arrebató” la corona en 1894 y reinó durante cerca de 27 años, récord que se mantiene. Capablanca retó a Lasker por primera vez en 1911 y parecía que llegarían a un acuerdo en 1914, pero se desató la Primera Guerra Mundial.
En 1919 se organizó en la ciudad inglesa de Hastings el llamado Torneo de la Victoria, convocado por los países aliados para dar el título de campeón al vencedor. Capablanca ganó con 10,5 puntos de 11 y las agencias cablegráficas anunciaron que el mundo tenía un nuevo monarca.
Pero lo mismo en 1919 que en 1920 cuando por una confusión Lasker renunció al título en favor del cubano, Capablanca declaró: –No acepto título que no haya ganado tablero por medio frente al doctor Lasker.
Cuando se dio a conocer que había acuerdo para un match por la corona, varias ciudades se postularon para acogerlo. Capablanca convenció a Lasker de que La Habana era la mejor opción, por las condiciones que ofrecía y el aporte de la mayor bolsa (20 000 pesos).
En el vapor Hollandia arribó el Doctor en Filosofía y Matemática junto con su esposa Marta Lasker a La Habana el nueve de marzo de 1921 y fueron hospedados en el Trotcha, que fue el primer hotel que se construyó en la residencial barriada de El Vedado, en 1890. Pero poco después el campeón cambió lujo por tranquilidad y el matrimonio se trasladó a una pensión de judíos. (Lasker era judío).
Emanuel Lasker había defendido con éxito seis veces su corona, pero no la ponía en juego desde 1910, cuando la revalidó dos veces, frente a Schlechter y Janowski.
Capablanca solo había derrotado a Lasker en partidas rápidas. El único precedente en duelos oficiales era San Petersburgo 1914. Allí se midieron tres veces: Lasker ganó una y dos fueron tablas. Para quienes gustan de las estadísticas, se enfrentaron de por vida en 24 partidas “serias”, de las cuales nuestro compatriota ganó 6 y perdió 2. Entablaron 16.
El match en La Habana comenzó el 15 de marzo de 1921 a las nueve de la noche, en los salones del Unión Club, situado en la confluencia de las calles Virtudes y Zulueta. A partir de la segunda ronda se trasladó para el ya inexistente Casino de la Playa, en Miramar, para propiciarle mejor clima al huésped.
Se proclamaría vencedor quien llegara a ocho victorias, sin contar las tablas, pero si en un máximo de 24 partidas esto no había sucedido, triunfaba quien se encontrara delante en el marcador.
Luego de cuatro empates consecutivos José Raúl triunfó en la quinta partida y también lo hizo en la 10, la 11 y la 14, que fue la última. Se inició el 20 de abril y fue sellada… y en esa posición quedó, porque el 21 de abril Lasker escribió su nota de rendición. Capablanca se coronó en calidad de invicto.
El destacado periodista Manuel Márquez Sterling, a la sazón presidente del Club de Ajedrez de La Habana, fungió como padrino de Capablanca y ambos le hicieron una visita de cortesía al campeón caído durante el siguiente día, 22 de abril.
Con el premio en metálico Capablanca mandó a construir “Villa Gloria”, en el reparto Buenavista. En las losas de la terraza se mostraba la posición final de la última partida. Se casó con la camagüeyana Gloria Simoni Betancourt finalizando el año, el 29 de diciembre, y fruto de esa unión nacieron sus dos hijos, José Raúl en 1923 y Gloria en 1925.
PARA LA HISTORIA EN SELLOS
Los primeros sellos dedicados al ajedrez en Cuba fueron los de la serie de siete valores emitida en 1951 con motivo del 30 aniversario de la conquista del título por Capablanca. Era la quinta emisión del mundo con temática de ajedrez y la primera del planeta dedicada a un campeón mundial.
La serie fue impresa en Londres y hay diseños que se repiten porque tres valores estaban destinados al correo ordinario, otros tres al correo aéreo y uno a “entrega especial”.
Merecido ese homenaje a Capablanca, pero lamentable las omisiones hasta entonces de los otros campeones cubanos del deporte, como el esgrimista Ramón Fonst, el billarista Alfredo de oro y el boxeador Kid Chocolate.
Capablanca fue campeón mundial hasta 1927, cuando cayó frente a otro genio, Alexander Aliojin, en Buenos Aires. Había nacido en 1888 y vivió hasta 1942.
Le propusieron la ciudadanía norteamericana en 1922 y renunció a ella en solemne actitud de cubanía. Eso motivó las caricaturas de Conrado Massaguer (hay dos versiones) en las que Capablanca pasea la bandera cubana y que el autor denominó como Su majestad el campeón del mundo.
Me gustó, si pudieras hablar de los grandes maestros que ha tenido Cuba después del triunfo de la Revolución